martes, 27 de febrero de 2018

Urgente, se busca líder para reconstrucción.


Salvador Camarena.

No es por ser ave de mal agüero, pero la próxima vez que escuchen la alerta sísmica tiemblen por doble motivo. El primero es obvio, el segundo no tanto, pero igualmente grave.

El 19-S marcó de nuevo a la ciudad. Cientos de familias perdieron seres queridos, patrimonio y la vida como la conocían antes del 19 de septiembre. Algunos siguen en la calle. Miles más resultaron afectados de otras maneras (gastos en inspecciones, reparaciones menores y mayores, mudanzas, pérdida de empleos, terapias, estrés, etcétera).

La tan cacareada reacción ciudadana de solidaridad fue una flor que duró unas semanas. Luego, dejamos al garete (es decir, en manos de Mancera) la reconstrucción. “A cinco meses del sismo del pasado 19 de septiembre, no existe dirección ni coordinación de las autoridades para llevar a cabo las labores de reconstrucción y prevalece la incertidumbre e inconformidad entre las organizaciones y las personas damnificadas”, se lee en un informe de la diputada Dunia Ludlow, de la Comisión de Vivienda de la ALDF.

En ese reporte de 14 páginas, dado a conocer ayer, se denuncia que: “la incertidumbre de los damnificados se mantiene, entre otras cosas, por el incumplimiento de los objetivos de la Ley de Reconstrucción; la inexistencia de un diagnóstico consolidado de los daños causados; la falta de celeridad en el reconocimiento de los derechos de propiedad y de reconstrucción de las víctimas; y consecuentemente, en el retraso de las labores de reparación y reedificación de inmuebles”.

Sumen a lo anterior que hace dos semanas la Comisión para la Reconstrucción, nombrada en octubre por Miguel Ángel Mancera, colapsó luego de la renuncia del titular de la misma –Ricardo Becerra– y de otros tres subcomisionados, en protesta por el conocido agandalle de tres diputados de ocho mil millones de pesos para la reconstrucción.

Aunque la ley que les dio ese privilegio a esos diputados ya fue corregida, la Comisión no se ha reinstalado. Y si eso no ocurre, entonces no hay quién, en términos legales, opere y alimente la plataforma, que es el instrumento para censar, clasificar y administrar la reconstrucción.

“No existe -apunta el documento de Ludlow- por lo tanto, un documento en el cual se pueda valorar y dimensionar, de manera sistemática y coherente, todas las afectaciones sufridas por las personas, las viviendas, la infraestructura y el patrimonio de la ciudad”.

¿A quién culpar de todo lo anterior? Les doy una pista: busquen una foto reciente (cuatro meses para acá) de Mancera atendiendo damnificados en un lugar afectado por el terremoto (Escuela Rébsamen, Multifamiliar Tlalpan, calle Morena, Álvaro Obregón, Condesa, Lindavista… el que gusten). Encontré en Google cinco reuniones, tres de ellas en un set montado en el Palacio del Ayuntamiento, y dos más en la Álvaro Obregón (dominio de Leonel Luna, por supuesto).

Mancera nunca se metió a fondo, nunca se comprometió con atender el trauma que costará, como él dijo, entre cinco y seis años superar.

Permitió que los trabajos de la Comisión quedaran atrapados por las grillas de un gabinete disfuncional y por la voracidad del eje Luna-Romero-Toledo.

El trabajo probono de los subcomisionados no sólo se desperdició, sino que se les maltrató. La atención que Becerra daba cotidianamente a los damnificados ha quedado trunca. Y la plataforma -si bien todavía lejos de un nivel óptimo- que era alimentada constantemente, ahora ya ni eso.

En conclusión, lo que la Comisión había logrado avanzar en la reconstrucción ha entrado en coma. Por lo que, si uno de estos días resulta la de malas y suenan los altavoces, teman por el sismo, y por la reacción ante el mismo mientras Mancera siga en la oficina.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Gracias por tu comentario.