Julio Astillero.
Las
tensiones internas en el morenismo no se dan sólo en los flancos encabezados
por Alfonso Ramírez Cuéllar y Yeidckol Polevnsky Gurwitz, inmersos en una seca
pelea por el poder mediante un escandaloso litigio relacionado con inmuebles,
pero también con otros servicios que, se dice, fueron prestados teóricamente al
partido en el poder. Véase, además, que el académico John Ackerman, muy
relevante en el proyecto denominado Cuarta Transformación, más allá de su
adscripción partidista, ha criticado ácidamente el hecho de que el coordinador
de los senadores de Morena, Ricardo Monreal, haya dado una entrevista a Carlos
Loret de Mola en su portal denominado LatinUs, así como las palabras que el
zacatecano utilizó en esa sesión.
Ackerman
llegó a conminar a los senadores morenistas a relevar a Monreal de sus
funciones actuales: “¿Qué esperan @MorenaSenadores para renovar su
coordinación?”, planteó el doctor en derecho y en sociología que tiene
programas de televisión en Canal Once y en Tv UNAM, a lo que añadió: “Ya lo
dijo @lopezobrador_. Es #TiempoDeDefiniciones”. En un tuit anterior, Ackerman
señaló: “Mientras medio mundo se solidariza con @IrmaSandoval, otros prefieren
hacerle el caldo gordo al principal calumniador y adversario de la #4T. Aquí
@RicardoMonreal en muy amena plática con @CarlosLoret, juntos tirándole a
@LopezGatell; @LopezObrador_ y todoMorena”.
El ex
gobernador de Zacatecas e impulsor de proyectos alternos a la propia Morena
(como la asociación en espera de ser declarada partido político nacional,
Fuerza Social por México, dirigida por el peculiar sindicalista Pedro Haces)
eludió declarativamente el choque, al precisar que no se confronta con los
opositores y menos lo hará con compañeros de la llamada 4T. En torno a las
posturas de Monreal y de Ackerman se reprodujeron comentarios múltiples, muchos
de ellos con fuerte carga tóxica, explícita e implícita.
El
posicionamiento del articulista Ackerman, la referencia a la solidaridad con su
esposa, Irma Eréndira Sandoval, secretaria de la Función Pública, y el repudio
a las relaciones periodísticas con Loret de Mola tienen como contexto la
publicación que éste hizo de una serie de datos referentes a las propiedades
inmobiliarias de la pareja de académicos de la UNAM. Loret pintó de amarillo
cierta información, forzó la interpretación de que una regularización colectiva
de predios en la entonces delegación Coyoacán había sido un regalazo
individualizado desde el gobierno capitalino y no una herencia paterna puesta
en orden administrativo y especuló, acusatoriamente, respecto a los valores
actuales, a precio de mercado, de los bienes inmuebles registrados en
declaraciones patrimoniales a precios de compra.
Tal
publicación recibió como respuesta una tarjeta informativa de la oficina dela
propia secretaria Sandoval, con consideraciones exculpatorias, y señalamientos
de Ackerman cargados de duras expresiones políticas, pero aún no con
precisiones plenamente esclarecedoras, más el anuncio de que emprenderá
acciones jurídicas en México y Estados Unidos contra el ex conductor de
programas informativos en Televisa.
Los asuntos
inmobiliarios y de negocios entre miembros relevantes del grupo actualmente en
el poder han regalado a sus adversarios una suculenta oportunidad para la
crítica y la ironía. Polevnsky, ex presidenta del partido que ganó las
elecciones en 2018, está acusada de pillerías al más puro estilo del pasado
supuestamente en vías de erradicación (aunque falta el desenlace de este
litigio). Sandoval, encargada de combatir la corrupción, señalada de presuntas
acumulaciones inmobiliarias que no serían acordes con sus ingresos personales o
conyugales (aunque también falta conocer el curso judicial de este caso). Y
Monreal, coordinador de los morenistas en el Senado y virtual jefe político de
esta cámara, referido en otra publicación de prensa como coleccionista de
propiedades y negocios en lo individual y lo familiar en Zacatecas.
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