La
eventual dispersión de nube de polvo proveniente del desierto del Sahara,
África, puede incrementar la mortalidad en las personas que padecen
enfermedades respiratorias y cardiacas crónicas, señaló este miércoles el
subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell.
En la
conferencia de prensa vespertina para actualizar las cifras sobre la pandemia
de covid-19, el funcionario federal se refirió a la Enfermedad Pulmonar
Obstructiva Crónica (EPOC), bronquitis crónica, enfisema y asma, padecimientos
que, dijo, pueden precipitar exacerbaciones o complicaciones.
En una
explicación científica sobre el polvo del Sahara, comentó que las partículas
tienen un tamaño de entre 2.5 y 10 micras, que son las respirables, pueden
entrar por nariz y boca al momento de respirar y alojarse en la tráquea y los
bronquios, o incluso las de menor tamaño, de 2.5, pueden alcanzar los
bronquiolos, los alveolos y los pulmones.
“Pueden
incrementar la mortalidad, en general. Este incremento de la mortalidad ha sido
descrito en múltiples estudios epidemiológicos en relación con la contaminación
ambiental”, indicó.
De acuerdo
con López-Gatell, el propio Instituto Nacional de Salud Pública (INSP)
presentó el 8 de junio una revisión de la literatura precisamente sobre
covid-19 y el aumento de la mortalidad en relación con la contaminación.
En ese
sentido, recomendó a las personas con alguna enfermedad ya citada, o que
tengan familiares con enfisema, bronquitis crónica, o hijos con asma y que
vivan en el sureste mexicano, que procuren estar en casa.
“Procure
estar en casa, que las personas que estén en mayores condiciones de riesgo
permanezcan en casa el mayor tiempo posible. Hay que mantener las puertas y
ventanas cerradas (…) y mantener baja actividad física a lo largo del día, para
evitar que con la inspiración intensa pudiera incorporarse una mayor cantidad
de partículas”.
El
funcionario federal comentó que habló al respecto con la secretaria de Salud
del estado de Quintana Roo, Alejandra Aguirre Crespo, quien muy diligentemente
está atenta a esta situación desde antes de que llegara la nube de polvo del
Sahara.
Por eso,
añadió, “consultamos con especialistas en epidemiología ambiental, nuestro
propio colega Víctor Hugo Borja, director de Prestaciones Médicas del IMSS, y
también con nuestro Instituto Nacional de Salud Pública, específicamente con
Horacio Riojas, director del Área de Salud Ambiental, y lo que nos comentan es
que, efectivamente, las partículas de arena que se están propagando desde el
Sahara, con este fenómeno del calentamiento global, progresivamente han
ampliado su superficie, pero también su sequía”.
Desde su
perspectiva, parece curioso que un desierto pudiera estar más seco, pero en
este caso así es, se ha extendido la zona de sequía y eso ha precipitado que se
expandan cada vez más estas nubes de arena.
“No es la
primera vez que ocurren estas nubes de arena, y esto está afectando también al
continente europeo desde hace algunos años. Para temas de salud y
específicamente de covid-19, estos polvos que viajan a largas distancias –el
Sahara está en el norte de África–recorrieron todo el océano Atlántico, han
llegado por el Caribe y están afectando a las islas Caribe y a la Península de
Yucatán”, puntualizó.
Por otra
parte, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud señaló que
hasta el momento no existe una conclusión científica que sugiera un riesgo alto
de transmisión materno infantil del virus causante del covid-19.
Indicó que,
el pasado miércoles 17, mediante una cesárea nacieron trillizos y resultaron
positivos a covid-19, pero sus padres no estaban contagiados, lo cual provocó
la preocupación de los especialistas sobre si existe o no transmisión
transplacentaria o materno infantil o vertical del virus SARS-Cov2.
Los
trillizos aparentemente están teniendo una buena evolución clínica, pero en
realidad la literatura internacional, tanto técnica como la información
científica, ha sido escasa, reconoció.
En general,
añadió, han identificado una baja probabilidad de que esto siga ocurriendo,
porque las experiencias obtenidas sobre los recién nacidos con covid-19 era que
pudieron haber sido contagiados por su madre portadora del virus SARS-Cov2,
causante de la enfermedad.
“De todos
modos, nosotros en México hemos seguido considerando a las mujeres embarazadas
como una población de especial riesgo. Esto lo empezamos a decir cuando inició
la epidemia, tomando como analogía lo que ocurre con la influenza, en donde sí
se conoce claramente que el embarazo aumenta el riesgo de complicaciones”, explicó.
López-Gatell
mencionó que en ese momento no había información alguna respecto al covid-19
y el embarazo, pero posteriormente se ha documentado que la probabilidad de
complicaciones no es particularmente elevada.
Aun así,
dijo, “preferimos, como una medida de cuidado general, seguir enfatizando en
el cuidado de las mujeres embarazadas, y dado que las medidas de precaución o
de prevención de los contagios son las mismas, recomendamos que se tenga mayor
cuidado con las mujeres embarazadas”.
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