Por Verónica
Espinosa.
La mamá de José Antonio Yépez Ortiz, “El
Marro”, María Eva, quedó en libertad la tarde de este domingo junto con las
otras cuatro personas detenidas el sábado 20 de junio, en un cateo efectuado
por fuerzas federales y Fiscalía del estado en la comunidad de San Isidro de
Elguera.
Los
defensores de las cinco personas detenidas -María Eva, Rosalba, Juana Érica,
Marlene y Jesús Emmanuel- informaron al salir de la audiencia de imputación y
vinculación, que al encontrar indicios de que fueron torturados, la juez
desestimó las acusaciones y datos de prueba presentados por la Fiscalía y
resolvió que no serán procesados por delitos contra la salud (posesión de
drogas).
La jueza Paulina
Medina Manzano determinó que la defensa de los detenidos logró desvirtuar la
hipótesis o acusación hecha por la Fiscalía, por lo que ordenó girar las
boletas de libertad y declinó su competencia al Centro de Justicia Federal.
La mamá del
líder del cártel de Santa Rosa de Lima y las otras cuatro personas -entre ellas
también una prima de “El Marro”- fueron recluidas en el Centro de reinserción
social de Puentecillas, en la capital del estado, y el 24 de junio la juez
Medina Manzano calificó de legal su detención, como presuntas responsables de
posesión de metanfetamina y alrededor de 2 millones de pesos en efectivo.
La
audiencia para definir si las cinco personas sería vinculadas a proceso por
delitos contra la salud inició el sábado por la mañana y, salvo un par de
recesos breves, continuó con el desahogo de datos de prueba por la Fiscalía y
los defensores de los detenidos, hasta este domingo cerca de las 5 de la tarde.
Al salir, los
dos representantes de la Fiscalía general del estado no emitieron declaraciones
y se retiraron escoltados por un grupo de agentes ministeriales en varios
vehículos.
En tanto, los
abogados defensores expusieron que la jueza “desestimó todos los datos de
prueba de la Fiscalía” y por eso no se vinculó a proceso a ninguno de los
cinco.
Además, señalaron
que “se demostró que hubo indicios razonables para pensar que hay tortura. (La
juez) encontró indicios razonables para presumir que pudo haber tortura y le
dio la indicación a la Fiscalía de que iniciara esa investigación; por lo
tanto, desvaloró todos los demás elementos”.
Una
abogada afirmó que la tortura se habría infligido a las cinco personas
detenidas, por lo que por esta orden de la juez se deberá de indagar a fondo.
Por lo
pronto, la libertad de María Eva y las otras cuatro personas se daría de
manera inmediata.
Según lo que
expuso uno de los defensores, se presentaron peritajes psicológicos en los
que se aplicó el Protocolo de Estambul y éste reveló indicios de que las cinco
personas fueron torturadas física y psicológicamente.
También se
presentó un peritaje en fonética en el que se avaló un mensaje enviado por una
de las mujeres, presuntamente cuando era torturada, mismo que correspondía a su
voz y el momento posterior a su detención.
Pero un
punto en el que insistieron los defensores fue en la ausencia del perito que
elaboró el informe de fijación de todo lo que presuntamente se encontró el
sábado en el cateo: la droga, el dinero y unos sobres de una supuesta nómina.
La
Fiscalía nunca presentó a la perito, a pesar de la insistente petición expresa
hecha por los defensores.
“No se
acreditó que las personas fueran detenidas en el mismo domicilio (señalado en
el cateo) y esto era fundamental porque es el peritaje de la fijación del
lugar.
También se
describieron los actos que habrían configurado la tortura que se achacó tanto a
elementos del Ejército como a las fuerzas estatales y ministeriales de la
Fiscalía general, según palabras del abogado:
“Fue tortura
física y psicológica; a una señora le golpearon a su hijo, le pusieron una
golpiza a su hijo delante de ella, le ponían la pistola…el rayo de luz, ellas
no saben nada de armas, todas fueron coincidentes en que les ponían un rayo de
luz, ‘un puntito en el cuerpo’; que les iban a matar a una niña de 3 años”.
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