Darío Celis.
Aplicación de pruebas de laboratorio con recursos propios,
contratación de personal médico o capacitación a colaboradores en la materia y
cierre total de actividades durante 14 días si se registra un solo caso de
Covid-19, son algunos de los requisitos que deberán cubrir las empresas en la
CDMX para reanudar labores.
A las mencionadas medidas se debe sumar una inversión
obligatoria en equipo de protección personal, como cubrebocas, caretas o lentes
de seguridad, así como la modificación de espacios de trabajo o hasta la
sustitución de mobiliario para asegurar la distancia mínima de 1.5 metros que
establece la sana distancia.
La iniciativa privada había calculado estos costos en
alrededor de 10 por ciento de las inversiones totales de cada empresa para todo
2020. Pero ante nuevos requisitos que contemplan la aplicación semanal de
pruebas de coronavirus a por lo menos 5 por ciento del personal, los organismos
estiman que el porcentaje de la inversión dará un brinco de hasta 25 por
ciento.
El golpe es brutal, en medio de una crisis sanitaria que el
gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador tiene fuera de control por
haber creído y depositado toda la estrategia fallida en un charlatán como lo es
Hugo López-Gatell, el todavía subsecretario de Salud, y su jefe, el igualmente
inepto secretario Jorge Alcocer.
La aplicación de pruebas es obligatoria para las empresas con
más de 30 empleados, algo así como 16 mil unidades económicas en la CDMX, las
que se encontrarán con un mercado de servicios de laboratorio que cotiza en un
mínimo de 3 mil pesos el procedimiento más efectivo de detección de la
enfermedad, el ya famoso RT-QP.
A esto se agrega la inversión ya realizada en tecnologías
digitales, en específico en la adquisición de redes privadas de trabajo, mejor
conocidas como VPN, indispensables éstas para mantener sesiones de trabajo
virtuales con estándares suficientes de seguridad y de protección de
información.
Se estima que antes de iniciado el periodo de emergencia sólo
20 por ciento de las empresas en la CDMX estaban preparadas para enfrentar el
reto de la digitalización, y que a cuatro meses de haberse detectado el primer
caso de coronavirus, la cantidad de firmas capaces de operar en home office
asciende a 35 por ciento del total, como resultado de una inversión que en el
caso más extremo fue de 3 por ciento de los ingresos totales anuales.
El escenario apunta entonces a la extensión de las
modalidades de trabajo en casa y, ante la detección de oportunidades de
reducción de costos, a la permanencia del modelo en un escenario de plena
normalidad. En números, según los datos recabados por Coparmex, el trabajo
remoto ofrece a los empresarios oportunidades de ahorro de hasta 30 por ciento
de sus gastos totales, específicamente en el pago de servicios, espacios de
oficina y bienes de capital.
Por otro lado, la modalidad a distancia ha llegado a registrar
en diversas partes del mundo, en escenarios diferentes a una emergencia
sanitaria, un incremento en productividad laboral de 28 por ciento, nada
despreciable para una economía en la que se pronostica una contracción
anualizada de dos dígitos.
Parece entonces que los empleadores de la capital del país
decidirán mantener a sus empleados trabajando desde casa, aún cuando el
semáforo se coloque en color verde, hasta que el desarrollo de una vacuna les
permita eliminar el riesgo de cerrar intermitentemente sus instalaciones ante
los riesgos de rebrote.
HASTA AYER AEROMÉXICO, que dirige Andrés Conesa, alcanzaba su
nivel de precio mínimo en la historia: 6.01 pesos por acción, lo que la lleva a
una valorización de mercado de aproximadamente 190 millones de dólares. También
ayer su competidora, Volaris, registró un valor de mercado de 540 millones de
dólares. Así, la aerolínea más grande de México, que controlan Eduardo Tricio,
Valentín Diez Morodo y Delta Airlines, que preside Ed Bastian, vale ya una
tercera parte que la de menor tamaño que preside Enrique Beltranena. Y lo que
todavía estamos por ver.
Y LO QUE ya vimos ayer fue el sonoro default de Posadas. Ya
le veníamos anticipando que el grupo hotelero se encaminaba al impago del cupón
por 15.70 millones de dólares que vence el 30 de junio. Para muchos era obvio
que la firma dirigida por José Carlos Azcárraga no iba a distraer recursos de
caja para liquidar esos intereses del bono de 450 millones de dólares que
expira en el 2022. DD3 Capital, de Martin Werner, está abocada de lleno en su
reestructura. Apenas le informé ayer que los principales bondholders son
Ashmor, Doubleline Invesco y Credit Agricole.
GRUPO KALTEX, de Rafael Moisés Kalach, es otro que tiene en
puerta un vencimiento. Son 14.2 millones de dólares, que equivalen al cupón de
8.875 por ciento del bono que por 320 millones de dólares colocó hace unos tres
años con liquidación al igual que Posadas en 2022. Kaltex redujo en 50 por
ciento los sueldos de sus trabajadores como efecto del golpe del coronavirus
que la obligó a bajar la cortina desde el 13 de marzo. La compañía textilera
tiene su bastión en Tepeji del Río, Hidalgo, donde posee seis plantas de
producción y una plantilla de unas 4 mil 500 personas.
IOS OFFICES SE está apoyando en la flexibilidad de su modelo
de negocios para hacer frente al impacto del Covid-19. La empresa de coworking
de Adrián García Iza posee elementos defensivos, como deducibilidad total de
gastos y contratos de corto plazo para sus 5 mil clientes. Ofrece en
subarrendamiento 80 mil metros cuadrados a una comunidad de 20 mil personas a
nivel nacional. Además de Dahnos de José Daniel tiene acuerdos con Carso de
Carlos Slim, Abilia de María Asunción Aramburuzabala y Gicsa de Abraham
Cababié.
LE REFERÍ HACE un par de días del paquete sureste de
mantenimiento, rehabilitación y operación de 523 kilómetros. Hablamos del
puente El Zacatal, los subtramos La Tinaja-Acayucan y Acayucan-Cosoleacaque y
las autopistas Cárdenas-Agua Dulce, Las Choapas-Ocozocoautla y la
Champotón-Campeche. Se trata de un contrato de Asociación Público Privada que
licitará Banobras, dirigido por Jorge Mendoza. El 4 de septiembre se entregan
posturas y ese día se abre la técnica. El techo presupuestal es de poco más de
14 mil millones de pesos.
OTRA OBRA QUE pinta interesante es el viaducto elevado
Playa del Carmen. Es una infraestructura complementaria del Tramo 5 del Tren
Maya, que todo apunta será para la dupla BlackRock, de Larry Fink, y Prodemex,
de Olegario Vázquez Aldir. La convocatoria para este segundo piso será lanzado
en octubre por el Fonatur, de Rogelio Jiménez Pons. Requerirá una inversión
cercana a 3 mil millones de pesos. Vaya apuntando como fuertes interesados a La
Peninsular de Carlos Hank Rohn y a CAABSA de Luis y Mauricio Amodío.
A PROPÓSITO DEL Tren Maya, nos dicen que quien se está
despachando con la cuchara grande con los contratos de obra es el sindicato de
Pedro Haces. Nos referimos al líder de la Confederación Autónoma de
Trabajadores y Empleados de México (CATEM). El senador por Morena, quien no
pierde oportunidad para decirse 'amigo' del presidente Andrés Manuel López
Obrador, está rebasando por la izquierda a su rival Napoleón Gómez Urrutia,
quien tampoco se queda atrás y anda muy metido con los contratos de obra del
nuevo aeropuerto Felipe Ángeles.
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