Enrique
Galván Ochoa.
La idea
del presidente Andrés Manuel López Obrador es que la ayuda del gobierno debe
ser entregada directamente a la gente, a los consumidores y no a las grandes
empresas porque tarda en bajar, se desvía o nunca llega. Fue la amarga
experiencia que dejó el Fobaproa. En semanas recientes, organizaciones
empresariales han insistido en que el gobierno repita aquella experiencia,
incluso que se endeude para hacerlo. Se han topado con una negativa firme.
¿Cómo están enfrentando –sin Fobaproa– grandes empresas la crisis financiera
ocasionada por la pandemia? Femsa, la principal embotelladora de Coca-Cola y
dueña de los Oxxo, se ha apalancado mediante un préstamo de 700 millones de
dólares. Se sumó a Kimberly-Clark, que obtuvo otro por 500 millones. América Móvil
emitió mil millones de dólares en bonos con vencimiento a 2030 en la Bolsa de
Valores de Nueva York. Famsa, la cadena de tiendas, tomó otra vía: buscó la
protección de la Ley de Quiebras de Estados Unidos a fin de tener oportunidad
de restructurar sus finanzas. Grupo Posadas, que maneja la cadena de hoteles
Fiesta Inn, tomó la delicada decisión de dejar de cumplir con el pago de 15.5
millones de dólares de sus notas senior 2022, con el fin de asegurar la
continuidad de sus negocios como resultado del importante deterioro relacionado
con el Covid-19 en los ingresos operativos y los flujos de efectivo de la
compañía, así como el impacto todavía incierto que tendrá en la industria
turística de México en el futuro próximo. El sector empresarial experimenta un periodo
de ajuste severo que algún día ocurriría, pero que precipitó la pandemia. Vivía
en un paraíso gracias a la condonación de impuestos y la manga ancha con los
factureros, pero ya se acabó.
Les atan las
manos.
Los más
grandes bancos de EU se enfrentan a una supervisión más estricta a raíz de las
pruebas de estrés en este año. Aunque pasaron los exámenes, la Reserva Federal
dictó nuevas reglas que limitan el reparto de dividendos y la recompra de
acciones en respuesta a la pandemia del Covid-19. La recompra de títulos es un
medio con el que frecuentemente los bancos favorecen a sus socios con dinero
líquido. En otras palabras, el banco central les ha atado las manos con miras a
que no se repita el colapso financiero de 2008, que llevó a la quiebra a numerosos
bancos. Eso acontece en Estados Unidos. En México no hay información pública de
que la Comisión Nacional Bancaria y de Valores o el Banco de México estén
tomando medidas preventivas. No se conocen resultados recientes de las pruebas
de estrés, si es que han continuado. Dicen y repiten que el nivel de
capitalización de las instituciones comerciales es muy bueno. Veremos qué tanto
resisten. Por lo pronto, deberán hacer frente a la riesgos de incumplimiento de
la clientela que se inscribió en el programa de diferimiento en el pago de
deudas.
Contra
Facebook.
Un boicot de
anunciantes contra la red social Facebook ha hecho perder 7 mil millones de
dólares a su principal accionista, Mark Zuckerberg. Grandes anunciantes como
Uniliver, Verizon y Hershey cancelaron anuncios como resultado de las críticas
en el sentido de que esa red social no ha podido controlar suficientemente el
odio y la desinformación. Por su lado, Coca-Cola anunció que pausaría su
publicidad en todos los medios sociales durante al menos 30 días. ¿Y cuándo
comienza uno contra Twitter? Se ha convertido en un pantano.
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