Georgina Morett.
Qué bueno que el dirigente del PRI,
Enrique Ochoa, asegure que su partido sí combate la corrupción y expulsa a los
malos gobernantes, porque si no lo dijera, nadie lo pensaría, ya que la
realidad parece totalmente diferente.
Nos hacen creer que en Veracruz el
único corrupto fue el exgobernador Javier Duarte, y quienes trabajaron con él
son impolutos.
Quizá por
eso el líder de la bancada del PRI en la
Cámara de Diputados, César Camacho, eligió a Alberto Silva como uno de los
participantes en la LIII Reunión Parlamentaria México-Estados Unidos.
Silva ha sido acusado de
presuntamente haber desaparecido 245 millones de pesos en sólo 15 días, por
pagos a empresas fantasmas cuando fue coordinador de Comunicación Social en la
entidad, pero eso al PRI no le importa, con ceder la cabeza del exgobernador
parece que cumplieron.
Y por fin,
ayer en plena veda electoral, lograron
la elección de José Murat como presidente de la Fundación Colosio, obvio no
invitaron prensa y sólo enviaron un boletín; es decir, sabadazo en jueves
preelectoral.
PROPONEN
NUEVO DESARROLLO.
A unos días
de la elección del Estado de México y después de que algunas calificadoras como
Fitch Ratings han considerado que el triunfo de Morena “generaría incertidumbre
y volatilidad”, diputados de ese partido presentaron una iniciativa para una
Política Nacional de Desarrollo Industrial.
Aunque se
crea que el partido de Andrés Manuel López Obrador está en contra del sector
privado, en esta iniciativa, presentada por el diputado Vidal Llerenas, se
plantea la participación activa de los sectores público, privado y social en la
economía.
En la
exposición de motivos se retoma lo que significó la globalización y la
estrategia de privatización que inició en la década de los 80 en nuestro país.
Se señala
que entre 1982 y 2003 el número de empresas estatales disminuyó
considerablemente, al pasar de 1,115 a 210, lo cual ubicó a México como el
cuarto país que más privatizó, sólo debajo de Reino Unido, Alemania y Japón.
Se reconoce
que estas reformas cumplieron con los objetivos de estabilidad, como el
controlar la inflación en un rango entre 3 y 4 por ciento, un déficit fiscal
promedio de 3% del Producto Interno Bruto (PIB) y que el valor de las
exportaciones se ha incrementado hasta 30% del PIB.
Sin embargo,
se asegura se creó una gran dependencia económica entre México y Estados
Unidos, lo que ha significado un crecimiento anual promedio del PIB de tan sólo
2.6 por ciento.
El
crecimiento per cápita ha sido a una tasa del 0.5 por ciento promedio anual y
los niveles de pobreza, de acuerdo con el Coneval, están en 53.2 por ciento y
son casi los mismos que en 1992, que estaban en 53.1%.
Ante esta
perspectiva, el diputado de Morena no plantea salir del TLCAN, sino crear una
política de desarrollo industrial que sitúa a la innovación como eje central
del crecimiento, con un Sistema Nacional de Innovación.
Además,
propone el diseño e instrumentación de políticas industriales orientadas a
misiones específicas, para resolver los grandes problemas como la desigualdad,
pobreza, deterioro ambiental, etc.
Y explica
que países como Brasil ha guiado sus políticas industriales a la innovación con
misiones específicas, lo que le ha permitido cuadruplicar la producción de
carne de res y cerdo, mejorar la productividad del campo, entre otros.
En la
iniciativa se propone que la Banca de Desarrollo sea el motor del crecimiento
con préstamos a largo plazo, que se cree un Fondo Estratégico para la Inversión
Industrial Avanzada y un Consejo Consultivo Nacional para el Desarrollo
Industrial.
Sería
interesante que los legisladores negociaran este tipo de temas, en lugar de
mantenerse en la lucha electoral.
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