viernes, 2 de junio de 2017

Roban a manos llenas y en el PRI los premian.

Georgina Morett.

Qué bueno que el dirigente del PRI, Enrique Ochoa, asegure que su partido sí combate la corrupción y expulsa a los malos gobernantes, porque si no lo dijera, nadie lo pensaría, ya que la realidad parece totalmente diferente.

Nos hacen creer que en Veracruz el único corrupto fue el exgobernador Javier Duarte, y quienes trabajaron con él son impolutos.

Quizá por eso el líder de la bancada del PRI en la Cámara de Diputados, César Camacho, eligió a Alberto Silva como uno de los participantes en la LIII Reunión Parlamentaria México-Estados Unidos.

Silva ha sido acusado de presuntamente haber desaparecido 245 millones de pesos en sólo 15 días, por pagos a empresas fantasmas cuando fue coordinador de Comunicación Social en la entidad, pero eso al PRI no le importa, con ceder la cabeza del exgobernador parece que cumplieron.

Y por fin, ayer en plena veda electoral, lograron la elección de José Murat como presidente de la Fundación Colosio, obvio no invitaron prensa y sólo enviaron un boletín; es decir, sabadazo en jueves preelectoral.


PROPONEN NUEVO DESARROLLO.

A unos días de la elección del Estado de México y después de que algunas calificadoras como Fitch Ratings han considerado que el triunfo de Morena “generaría incertidumbre y volatilidad”, diputados de ese partido presentaron una iniciativa para una Política Nacional de Desarrollo Industrial.

Aunque se crea que el partido de Andrés Manuel López Obrador está en contra del sector privado, en esta iniciativa, presentada por el diputado Vidal Llerenas, se plantea la participación activa de los sectores público, privado y social en la economía.

En la exposición de motivos se retoma lo que significó la globalización y la estrategia de privatización que inició en la década de los 80 en nuestro país.

Se señala que entre 1982 y 2003 el número de empresas estatales disminuyó considerablemente, al pasar de 1,115 a 210, lo cual ubicó a México como el cuarto país que más privatizó, sólo debajo de Reino Unido, Alemania y Japón.

Se reconoce que estas reformas cumplieron con los objetivos de estabilidad, como el controlar la inflación en un rango entre 3 y 4 por ciento, un déficit fiscal promedio de 3% del Producto Interno Bruto (PIB) y que el valor de las exportaciones se ha incrementado hasta 30% del PIB.

Sin embargo, se asegura se creó una gran dependencia económica entre México y Estados Unidos, lo que ha significado un crecimiento anual promedio del PIB de tan sólo 2.6 por ciento.

El crecimiento per cápita ha sido a una tasa del 0.5 por ciento promedio anual y los niveles de pobreza, de acuerdo con el Coneval, están en 53.2 por ciento y son casi los mismos que en 1992, que estaban en 53.1%.

Ante esta perspectiva, el diputado de Morena no plantea salir del TLCAN, sino crear una política de desarrollo industrial que sitúa a la innovación como eje central del crecimiento, con un Sistema Nacional de Innovación.

Además, propone el diseño e instrumentación de políticas industriales orientadas a misiones específicas, para resolver los grandes problemas como la desigualdad, pobreza, deterioro ambiental, etc.

Y explica que países como Brasil ha guiado sus políticas industriales a la innovación con misiones específicas, lo que le ha permitido cuadruplicar la producción de carne de res y cerdo, mejorar la productividad del campo, entre otros.

En la iniciativa se propone que la Banca de Desarrollo sea el motor del crecimiento con préstamos a largo plazo, que se cree un Fondo Estratégico para la Inversión Industrial Avanzada y un Consejo Consultivo Nacional para el Desarrollo Industrial.


Sería interesante que los legisladores negociaran este tipo de temas, en lugar de mantenerse en la lucha electoral.

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