El 1 de
septiembre de 2017, Juan Díaz de la Torre, presidente del Consejo General
Sindical y Secretario General del Comité Ejecutivo Nacional del Sindicato
Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) le escribió al entonces
Secretario de Educación, Aurelio Nuño Mayer. En su misiva, le presentó el
proyecto para formar una orquesta filarmónica con el fin de generar espacios
para que alumnos, padres de familia y maestros disfrutaran de la música más
allá de la escuela.
Así, le solicitó 30 millones de pesos.
Aurelio Nuño
Mayer –hoy coordinador de la campaña de José Antonio Meade Kuribreña del
Partido Revolucionario Institucional– le concedió el dinero al dirigente
sindical. Días después -el 11 de septiembre- representantes de la dependencia y
el sindicato se reunieron para presentar el proyecto en público. El 16 de
octubre, la SEP y el sindicato de maestros firmaron un convenio en el que
acordaron la entrega del dinero por parte de la dependencia, así como la presentación
de un reporte trimestral por parte de la organización gremial.
Desde la firma del convenio, ha
pasado casi un semestre y no ha sido ejercido un solo peso de los 30 millones
que el Gobierno federal le dio al sindicato. La orquesta no ha sido formada.
Ningún alumno, maestro o padre de familia ha disfrutado de la música en un
espacio fuera de las escuelas, como le propuso Juan Díaz de la Torre a Aurelio
Nuño Mayer. En consecuencia, el SNTE no ha presentado ningún informe, como
tampoco facturas. SinEmbargo
buscó en varias ocasiones a la vocería del SNTE y a Noé Rodríguez García, el
responsable del proyecto, para conocer por qué el dinero dispuesto para la
orquesta ha sido detenido. No tuvo respuesta.
El dinero para la orquesta no es el
único que el SNTE ha dejado de gastar. Una revisión de los convenios signados
entre la SEP y el sindicato da cuenta que la dependencia le entregó el año
pasado, a la organización gremial, 880 millones de pesos. Hasta ahora, el sindicato sólo ha usado 368 millones, apenas el 41.8 por ciento.
En el concepto que más ha gastado -260 millones de los 500 millones recibidos-
es en el Programa Nacional de Apoyo del Nuevo Modelo Educativo.
Pero hay 512 millones de pesos que el
sindicato de los maestros no ha ejercido y que se mantienen en sus arcas, una
cantidad 7.4 veces superior a los 68.8 millones de pesos que dispuso el
Gobierno federal en tarjetas de Bansefi para 1,495 damnificados por los sismos
del pasado septiembre.
Según el
convenio firmado entre la SEP y el SNTE, los 30 millones para la orquesta
provinieron de la partida presupuestal 15401 “Prestaciones establecidas por
condiciones generales de trabajo o contratos colectivos de trabajo” del
Clasificador por Objeto del Gasto para la Administración Pública Federal. La
SEP, según el mismo documento, se comprometió a darle el dinero al SNTE
mediante transferencia electrónica a la cuenta con clave interbancaria número
04180170000036166 de Santander México.
Lo anterior
se encuentra publicado en la página OPTI SNTE cuya formación obedece a la Ley
General de Transparencia promulgada en mayo de 2016 por el presidente Enrique
Peña Nieto. Ningún otro sindicato ha
cumplido con esta obligación. El sindicato de los maestros lo ha hecho, pero
con vacíos y datos cerrados. Sobre todo, falta transparencia sobre las razones
para no gastar el dinero solicitado al Gobierno.
La ejecución
del proyecto de la orquesta quedó en manos de Noé Rodríguez García, presidente
del Comité Nacional de Vigilancia, Transparencia y Rendición de Resultados. Se
trata de uno de los miembros del sindicato que en su tiempo fue, como Juan Díaz
de la Torre, de los más cercanos a Elba Esther Gordillo Morales, la dirigente
vitalicia que en 2013 fue detenida por la Procuraduría General de la República
por delitos de lavado de dinero. Cuando en 2012, “la maestra” presentó una
planilla única llamada Innovación para postergar su dirigencia, Rodríguez
García fue propuesto como concejal. Ya había dirigido la sección 30 del SNTE en
Tamaulipas.
La conformación
de la orquesta se enmarca en el Nuevo Modelo Educativo y según sus bases, tiene
como objetivo “coadyuvar a generar espacios colectivos para que,
prioritariamente, las comunidades educativas: alumnos, padres de familia y
maestros disfruten de la música más allá de la escuela, como parte de su vida
cotidiana, contribuyendo a crear y rescatar espacios para la creación, difusión
y disfrute de la cultura”.
HASTA AHORA, LOS 30 MILLONES NO HAN
BENEFICIADO A NADIE.
En el
proyecto, Díaz de la Torre especificó que se requería comprar un piano, un
xilófono, tres contrabajos, tres violonchelos, tres violas, 10 violines, entre
otros instrumentos.
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