El 63.8 por ciento de las deducciones
en colegiaturas se concentra en los dos deciles de ingresos más altos, es
decir, en los más ricos del país, de acuerdo con el Centro de Investigación
Económica y Presupuestaria (CIEP).
La
investigación “La educación privada: gasto tributario con esquema regresivo”, reveló que los alumnos en hogares que
cumplen con las características para ser beneficiarios del estímulo fiscal son
2.4 millones, el 80.0 por ciento del total de estudiantes en escuelas privadas.
De acuerdo
con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares del año 2016
(ENIGH), analizada por el CIEP, si se distribuyen estos alumnos beneficiados
con la deducción de impuestos de acuerdo con su nivel de ingreso y sin
considerar nivel educativo, 57.9 por
ciento de ellos provienen de los hogares con los ingresos más ricos y sólo el
1.6 por ciento de los hogares con ingresos más pobres.
La investigación del CIEP también
detalló que el estímulo fiscal otorgado en los dos deciles más altos aumentó,
en comparación con la que existe si se analiza la distribución de todos alumnos
de educación privada, sin importar la formalidad o becas totales.
“En un país como México, donde un
gran porcentaje de los trabajadores provenientes de los deciles más pobres
labora en el sector informal, un estímulo fiscal sobre la renta es regresivo”, expuso el CIEP.
En febrero
del año 2011, el entonces presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, firmó un decreto para deducir las
colegiaturas del Impuesto Sobre la Renta (ISR). Esta medida, dijo, buscaría
apoyar a las familias mexicanas a sufragar sus gastos en educación, lo que
permitirá ampliar sus oportunidades y continuar impulsando la reactivación de
la economía.
Junto con los entonces secretarios de
Hacienda, Ernesto Cordero Arroyo, y de Educación Pública, Alonso Lujambio,
Calderón aclaró que el costo fiscal por esta acción se cubrirá con ahorros de
la Administración Pública Federal.
El esquema fiscal limita el beneficio
a un monto máximo anual por nivel educativo. Siendo para
preescolar equivalente a 14 mil 200 pesos, para primaria 12 mil 900 pesos, así
como, para secundaria, profesional técnico y bachillerato 19 mil 900 pesos, 17
mil y 24 mil 500 pesos, respectivamente.
Además, se excluye la educación superior por ser el
nivel en donde el mayor porcentaje del gasto total en colegiaturas proviene de
las familias del decil más alto de ingreso, según quedó estarcido en el Diario
Oficial de la Federación, en 2011.
Ambas condiciones se aplicaron a
todas las personas físicas, sin diferenciar por nivel de ingresos, escolaridad
de los jefes o jefas de familia, ubicación geográfica u otras condiciones
socioeconómicas.
De acuerdo
con la explicación del CIEP, para ser beneficiarios de los estímulos fiscales;
es decir, para poder deducir las colegiaturas de los estudiantes en escuelas
públicas, el jefe o jefa de familia debe
tener dos características: ser parte de la economía formal y no recibir una
beca que cubra el gasto total de la educación del alumno(s).
Estas dos condiciones, señaló el
CIEP, eliminan gran parte de los alumnos de los primeros deciles, o sea a los
más pobres, dado que aproximadamente el 65 por ciento de los trabajadores
informales se concentran este sector de la población. También los afecta debido
a que la probabilidad de que un alumno reciba una beca aumenta si éste proviene
de un hogar con ingresos bajos.
Hoy, a casi siete años transcurridos y un
cambio de gobierno, este esquema de estímulo fiscal se mantiene bajo las mismas
dos condiciones y sin ninguna otra modificación.
De acuerdo con el estudio, los
alumnos que asistieron a escuelas privadas en los niveles con colegiaturas
deducibles fueron 3.0 millones. De los cuales, 18.0 por ciento asistió a preescolar; 35.6
por ciento a primaria; 16.6 por ciento a secundaria; 27.1 por ciento a
bachillerato y 2.7 por ciento a profesional técnico.
Si estos alumnos se distribuyen
conforme al ingreso per cápita de sus hogares, 52 por ciento de alumnos en
escuelas privadas se encuentran en los dos deciles más ricos y 3 por ciento en los dos más
pobres, independientemente del nivel educativo.
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