Alfredo
Jalife-Rahme.
No es común
que Trump visite dos veces Japón en el lapso de un mes: la primera vez, del 25
al 28 de mayo, con el pretexto poco creíble de ser el primer mandatario en
felicitar al entronizado emperador Naruhito; y la segunda, 28/29 de junio en
Osaka, para la disfuncional cumbre del G-20 que servirá de barómetro para las
cumbres trascendentales, en caso de celebrarse, de Trump con el zar Vlady Putin
y el mandarín Xi, respectivamente.
Trump pudo
haber esperado un mes para felicitar al emperador y a la emperatriz Masako,
quien se graduó en Harvard y es experta en negociaciones comerciales.
Después de haber
jugado golf con el primer ministro japonés Abe, Trump comentó en un tuit que
esperaría hasta después de las elecciones de la Cámara Alta de julio antes de
alcanzar un acuerdo comercial para agosto.
En 2018,
Japón tuvo un déficit de 56 mil 800 millones de dólares con EU, que Trump
endosa a la industria automotriz nipona, en particular, a Toyota.
¿Lo que no puede obtener Trump con
China, lo piensa compensar con Japón cuyo primer ministro Abe ha prometido
invertir 40 mil millones de dólares en EU?
No fue nada sorprendente que Trump
apoye la intermediación del primer ministro Abe con Irán y quien visitará
Teherán en los próximos días (https://bit.ly/2I45OVr). Sería la primera vez que
un primer ministro japonés visite Irán desde 1978 (un año antes de la revolución
jomeinista).
En Sputnik aduje que Trump había proporcionado un
teléfono a la diplomacia suiza para que los iraníes se pusieran en contacto con
él y así iniciar las negociaciones. En paralelo, el canciller iraní Yavad Zarif
proclamó en Tokio de que Irán tampoco deseaba la guerra. Aquí también Japón
puede jugar un favorable rol de lubricador (https://bit.ly/2VIqVpG).
Japón importa petróleo de Irán, lo
cual sería afectado por las sanciones salvajes de Trump al país persa para
doblegarlo.
La guerra del equipo B
(Bolton/Pompeo), con instigación del primer ministro israelí Netanyahu, ha
perdido su inercia y ya hasta Trump abiertamente comenta que no favorece el
cambio de régimen en Teherán y que está abierto a la intermediación de Japón
que mantiene óptimas relaciones con el país persa (https://bit.ly/2WaUu3F).
Trump agregó que Irán tiene un
potencial económico tremendo (https://bit.ly/2McEE41), mientras ocurría una
desescalada retórica propiciada por el encuentro del canciller iraní Yavad
Zarif con la muy influyente senadora californiana Dianne Feinstein del Partido
Demócrata (https://bit.ly/2HUz5S4).
Vivian
Salama, corresponsal en Tokio del Wall Street Journal, que suele ser muy favorable a Trump, expresó que el presidente de EU
inició su visita de cuatro días a Japón con una nota provocativa en su tuit en
el que comentó que el lanzamiento por Norcorea de algunas pequeñas armas,
perturbaron a algunas de mi gente y a otros, pero no a mí
(https://on.wsj.com/2HEJVNq).
Jesse
Johnson, del Japan Times, aborda la diplomacia Sumo: conforme el primer Abe
corteja a Trump, los tuits del caprichoso presidente de EU han dejado enervados
a los japoneses (https://bit.ly/2EBx24x).
Trump festejaba el acuerdo comercial
con Japón en agosto, mientras el vicesecretario de gabinete Yasutoshi Nishimura
lo desmentía
(https://bloom.bg/2wpIRq4).
En realidad, Trump abusa del paraguas
nuclear que EU provee a Japón para cobrarse la factura de seguridad por la vía
automotriz y agroindustrial.
De entrada, el G-20, con la excepción
de EU en la fase proteccionista de Trump, se pronunciará por el
multilateralismo que beneficia las exportaciones del país anfitrión, no se diga
de China.
Trump juega –dejando muchas veces en
ridículo a su equipo B (John Bolton, su asesor de Seguridad Nacional, y Mike
Pompeo, su secretario de Estado)– unos contra otros, aliados y adversarios por
igual, para sacar ventaja integral: usa a Japón contra China; requiere de Japón
para una intermediación en su naufragio con Irán que hubiera puesto en peligro
su anhelada relección; desecha el peligro de los misiles norcoreanos para poner
en jaque las negociaciones comerciales con Tokio; y amedrenta la agenda
multilateral de la cumbre del G-20 en Osaka.
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