jueves, 26 de enero de 2017

Edomex, será entre Morena y PRI.

Con la muerte, antes de nacer, de la alianza PRD-PAN, la mesa está puesta en el Estado de México, para que la disputa por la gubernatura sea entre Morena y el PRI con sus aliados. Panistas y perredistas, separados, irán solo como testigos a una batalla en la que sus posibilidades de éxito son remotas.

Desde noviembre pasado, adelantamos que la unión entre el blanquiazul y el sol azteca no ocurriría. Desde el principio, las grillas internas tumbaron la intentona. De un lado, en el PRD, el cacicazgo del dueño del partido en la entidad, Héctor Bautista –líder de la tribu perredista ADN- y la cercanía de él con el PRI-gobierno estatal, en el otro, el estrecho vínculo entre el influyente legislador panista Ulises Ramírez con la administración priista, impidieron que un cuadro nacional relevante, como Alejandro Encinas o Josefina Vázquez Mota, se apuntaran por la candidatura.

Bautista y Ramírez que, aunque en público lo nieguen, veían en riesgo parte del negocio y su lucrativa posición de ser opositores acomodados, sabotearon desde el interior de los partidos, la posible alianza.

Ni Alejandra Barrales –que vivió en medio del fuego cruzado de las tribus perredistas- ni Ricardo Anaya, pudieron poner en orden a sus partidos en lo local. Eso, sumado a la negativa de Encinas y Josefina, de lanzarse al ruedo sin unidad real –que les diera chance de ser competitivos-, mató la alianza. El resultado es que ni PRD ni PAN, que el año pasado, yendo juntos, parecían haber encontrado la kriptonita tras vencer al tricolor en Quintana Roo y Veracruz, tendrán posibilidades de triunfo y le han puesto el ring a los verdaderos contendientes de la elección: Morena y el PRI.

En el partido de AMLO, la pronta definición del tabasqueño, evitó desgaste interno y rápido los dados se cargaron para apoyar Delfina Gómez. Eso, sumado a que López Obrador prácticamente vivirá en el Edomex, y alimentado por el desgaste de la marca PRI, mete en serio en la pelea a Morena.

Enfrente estará el PRI que anclaba su posibilidad de triunfo a dinamitar desde dentro la fallida alianza PRD-PAN, y a la disciplina partidista. Hasta ahora, la ecuación les ha funcionado. Rompieron la unión entre amarillos y azules aún antes de nacer y evitaron fracturas, al aplazar su definición de candidato hasta esperar el humo blanco o negro de perredistas y panistas.

PRD y PAN pueden ponerse cómodos y tomar las palomitas para disfrutar la función: Morena vs PRI.


Podrían ser dos mujeres, además. Delfina Gómez, en Morena, y Ana Lilia Herrera -cuyo nombre crece-, en el PRI-Verde-Panal-PES… A propósito de mujeres, la incorporación de la jefa delegacional en Tlalpan, Claudia Sheinbaum como coordinadora del equipo político de AMLO, de cara a 2018, le pone la mesa a Ricardo Monreal, como aspirante a Jefe de Gobierno. Martí Batres, que todavía suspira con la candidatura, está fuera de la pelea, pues polariza dentro de Morena.

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