La decisión de Pemex de comprar dos empresas privadas para
producir más fertilizantes en el país resultó en uno de los peores negocios de
su historia: en sólo dos años pagó once
mil millones de pesos por una empresa abandonada y otra que operaba en un
mercado saturado que no logró mayor producción, como prometieron.
Además de la inversión millonaria, sólo en el periodo enero-septiembre del año pasado la unidad de
negocios de Pemex Fertilizantes registró una pérdida de 334 millones 288 mil
pesos, monto que en 2014 había sido mil 185% menor (26 millones de pesos).
De hecho, desde que
inició con las transacciones para “reactivar” la industria nacional de
fertilizantes el único resultado obtenido es una baja de 4% en la producción de
fertilizante.
En enero de 2014 Pemex anunció que compraría la empresa Agro
Nitrogenados por 475 millones de dólares —6 mil 436 millones de pesos, según el
tipo de cambio vigente en ese entonces—para dar un primer paso en la estrategia
de reactivar la producción de fertilizantes en el país.
El mismo Enrique Peña Nieto anunció en diciembre de ese año
ante el Consejo Nacional Agropecuario que el gobierno federal estaba
implementando una estrategia para producir fertilizantes y cubrir el 70% de las
importaciones del producto.
Bajo esa lógica, en enero de 2016 Pemex compró la empresa
Fertinal por 255 millones de dólares —4 mil 692 millones de pesos—y dijo que a
finalizar ese año se habría de aumentar la producción de fertilizantes
nitrogenados y fosfatados.
La promesa de reactivar la industria incluía producir en
2016 un millón de toneladas de fertilizantes nitrogenados y hasta octubre
pasado la fabricación era de apenas la mitad: 529 mil toneladas.
El negocio no salió
como esperaban. Tras haber hecho la inversión millonaria no sólo no llegaron a
la meta de producción de fertilizantes, pues las cifras muestran que ésta
disminuyó 4% desde 2014, cuando se anunció la reactivación de la industria
nacional.
Negocio poco estratégico y ahora… venta.
La respuesta de Pemex a este mal negocio puede ser
deshacerse de lo que adquirió. La
agencia Bloomberg informó el 12 de enero pasado que la mexicana está explorando
alternativas para vender su filial Pemex Fertilizantes.
Agro Nitrogenados fue
comprada a Altos Hornos de México, empresa propiedad de Alonso Ancira; y
Fertinal al empresario Fabio Covarrubias.
La compra de esas firmas privadas generó dudas en el sector
por tratarse de un negocio poco estratégico con sobreproducción en el mercado
internacional y que se movía a precios bajos.
En el caso de Agro
Nitrogenados, se trataba de una empresa chatarra que estaba en el abandono y
que Pemex privatizó en la década de 1990. La mala operación de esta firma
contribuyó a que México tuviera que iniciar la importación de fertilizantes a
países como Ucrania, Rusia y China.
Pemex argumentó en 2014 que podría remodelar Agro
Nitrogenados para poner en marcha la producción de urea y disminuir la
importación.
Dos años después, la empresa mexicana insistió en que
utilizaría la producción de Fertinal —1.2 millones de toneladas anuales, al
momento de la compra— para completar la estrategia de reactivación de la
industria nacional.
La Comisión Federal
de Competencia Económica dijo en diciembre de 2015 a Pemex que existía un
número considerable de competidores nacionales y extranjeros para el negocio de
fertilizantes y que tras la adquisición de Fertinal su participación de mercado
sería reducida, pero la transacción se concretó.
Los documentos que
presentó Pemex para justificar la compra tanto de Agro Nitrogenados como de
Fertinal están clasificados por 12 años bajo el argumento de que ambos son una
operación de negocios. Hasta ahora, no existen datos que justifiquen qué
llevó a Pemex a invertir en este mal negocio.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario.