Las remesas a nivel
nacional representan el 2.3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), lo
que en términos generales, en caso de que el Presidente Donald Trump decida lanzar
una política que las frene, la
afectación no será grave. Pero para las familias receptoras, que están
integradas casi por la mitad del total de pobres del país, la decisión sería
catastrófica.
En México, según las últimas cifras del Consejo Nacional de
Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) que datan de 2015, hay 55 millones 341.6 mil pobres. Los 10
estados que más dependen de las remesas, que provienen principalmente de
Estados Unidos, concentran el 44.57 por ciento del total de la población en esa
condición, es decir, a 24 millones 668.5 mil pobres. Cinco de estas entidades
están entre las 10 más pobres del país.
Estados Unidos es el principal destino de los emigrantes
mexicanos: 98 por ciento se dirige a ese país, y para 2015, eran ya más de 12
millones de personas, de acuerdo con datos del Anuario de Migración y Remesas
2016, elaborado por BBVA Research.
De 2009 a 2014, los
estados que más expulsaron migrantes fueron Michoacán, Guanajuato, Jalisco,
Puebla, Veracruz, San Luis Potosí, Oaxaca y Estado de México.
La mayoría de estas entidades son también las que más dinero
recibieron en 2015 por las remesas. En
primer lugar está Michoacán (2 mil 531 millones de dólares); le siguen
Guanajuato (2 mil 262 millones de dólares); Jalisco (2 mil 217 millones de
dólares); el Estado de México (mil 560 millones de dólares); Puebla (mil 371
millones de dólares); Oaxaca (mil 289 millones de dólares); Guerrero (mil 277
millones de dólares); Ciudad de México (mil 277 millones de dólares); Veracruz
(mil 086 millones de dólares) y San Luis Potosí (849 millones de dólares).
Incluso, las tres
regiones donde menos remesas llegan, Quintana Roo, Campeche y Baja California,
recibieron por este concepto 117, 56 y 51 millones de dólares sólo en ese año.
En los datos está la
relación: el 50 por ciento de los estados más pobres son los que más dependen
de las remesas, y en caso de que éstas dejen de llegar, los más afectados
serán precisamente ellos, los más pobres. Mientras, los gobiernos estatales
parecen no estar contemplando un plan alterno ante la posible falta de este
ingreso.
“Las remesas no tienen impacto económico a nivel nacional,
ya que es poco comparado con el tamaño de la economía de México. Donde se afecta es la balanza de capitales
e ingreso de divisas; y los principales efectos los tendrán las familias
receptoras, para las que en muchos casos ése es su único ingreso. Es ahí
donde radica el problema y también en las regiones que son altamente expulsoras.
Estas ciudades tienen varios cientos de
miles de familias que viven casi únicamente de lo que se envía de Estados
Unidos”, aseguró el doctor Javier Urbano Reyes, Coordinador de la Maestría
en Estudios sobre Migración de la Universidad Iberoamericana.
De acuerdo con una búsqueda realizada por SinEmbargo, ninguno de los 10 estados que concentran
las remesas tiene en su información pública algún “plan - b” para aplicarse en
caso de que en algún momento se deje de contar con ese dinero.
Por ejemplo, en el caso de Michoacán, que es el estado que
más dinero recibe por este concepto, en la Secretaría de Desarrollo Económico
aseguraron que no tenían información al respecto y direccionaron la petición al
Instituto Nacional de Migración (INM).
En el caso de Zacatecas, la petición de información fue
rebotada entre la Secretaría de Economía y la Secretaría de Finanzas. En
ninguna hubo respuesta.
En Morelos, la Secretaría de Economía Estatal dirigió la
petición al área de Comercio Internacional, que finalmente aconsejó buscar
información en el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi).
De acuerdo con BBVA Research, la tasa de participación
laboral de los migrantes mexicanos en Estados Unidos se ha mantenido
relativamente estable desde 2006, con 8 millones de personas en la Población
Económicamente Activa (PEA) en 2015. En el periodo 2013-2015, cerca de 93 por
ciento de la PEA estaban empleados, alcanzando para 2015 la menor tasa de
desempleo después de la crisis de 2008 con 5.7 por ciento.
Para el doctor Mario Pérez Monterosas, académico de la
Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), el impacto sería inmediato y directo
con las comunidades más pobres, ya que los flujos de remesas llegan a
comunidades rurales, al igual que los migrantes que están retornando por
redadas o deportaciones.
“En las comunidades
rurales el impacto será inmediato y habrá una situación de crisis. Aunado a
ello, por la parte sociocultural, también traerá desesperación e
incertidumbre”, comentó.
Los cinco estados que concentran las remesas y que además
son los más pobres, consideró Pérez Monterosas, reflejan la situación del país
entero: “cuando uno habla de migración mexicana, uno habla de un Donald Trump y
un muro […]. Tenemos varios Donald Trump y varios muros, que a veces se
presentan como ríos o desierto”.
Destacó que en casos como los de Jalisco, Michoacán,
Zacatecas y San Luis Potosí, pudieran ser los estados que activen sus
institutos de migración más rápido, ya que registran un constante flujo de ida
y vuelta, y podrían responder fácilmente a todos los vaivenes.
Por el contrario, a
Guerrero, Oaxaca, Tabasco y Puebla, consideró el académico, se les vendría una
situación de crisis grave que rebasaría las expectativas y las estrategias que
los gobiernos pudieran tener debido a un desconocimiento del tema: “tienen 10
años con esta migración y ni siquiera saben de qué comunidades salen y a qué
comunidades llegan”.
Y ejemplificó con el
caso de Veracruz, un estado con migración emergente, y destacó cuando el ex
Gobernador Fidel Herrera dijo que ya había 2 millones menos de pobres. La
realidad era que en menos de 10 años, 1 millón de veracruzanos ya estaban en
Estados Unidos y enviaron mil 500 millones de dólares anuales.
“Veracruz no mete ese
dinero ni a educación ni a salud, y ya sabemos ahora que las quimioterapias
eran agua destilada. Los migrantes
empezaron a enviar mucho dinero y eso hizo que el Estado empezara a quedarse
dinero. Lo que ha sostenido las economías rurales y estatales, por los ingresos
que tienen, fueron los migrantes y las autoridades hallaron el lugar para
generar fugas y empezó a no resolver los problemas que le competían, los migrantes sustituyeron el papel que le
tocaba a ellos, política y económicamente”, criticó.
México está entre los
países con el mayor número de emigrantes, es el segundo a nivel mundial con
12.3 millones en 2015, superado únicamente por la India, cuya cifra es de
15.6 millones. El 96.6 por ciento de ese dinero se originó en Estados Unidos.
Los mexicanos que
radican en Estados Unidos envían cerca de 25 mil millones de dólares anuales
por jornadas laborales de entre 35 y 44 horas semanales; gastan el 87 por
ciento de su salario en la economía estadounidense y envían en promedio 317
dólares mensuales, según estimaciones del Centro de Estudios Monetarios
Latinoamericanos (CEMLA).
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