Muchos decían que era imposible por el parentesco, pero no
lo fue. Alfredo del Mazo será el candidato de unidad del PRI, a pesar de que
propios y extraños lo veían difícil por la baja popularidad de Enrique Peña
Nieto.
Pero, sin lugar a dudas, los astros se han ido acomodando
para que la tercera generación de los Del Mazo llegue al poder en el Estado de
México. En 1945, su abuelo, del mismo nombre, fue gobernador y después su
padre, en 1981.
Primero por causas aún no explicables se reventó la alianza
PRD-PAN. En segundo término, es innegable que los ataques del presidente de
Estados Unidos, Donald Trump, han provocado un sentimiento de unidad entre
todos los mexicanos que parecen borrar las ofensas de los gasolinazos y la
corrupción.
Sin duda, el acercamiento que se está dando de todas las
fuerzas políticas y los representantes de todos los niveles de gobierno y los
poderes en torno al Presidente de la República, beneficiará a Del Mazo. Y en
esta montaña rusa a la que nos subió Trump, los cuatro meses que faltan para la
elección en el Estado de México son muy poco tiempo para que hayamos salido de
la pesadilla.
Pero además el PRI mexiquense, que es la joya más acabada de
todas las prácticas del priismo, demostró que la disciplina y la unidad no
están en duda.
De muy buena fuente sabemos que quienes aspiraban a la
candidatura, ya empezaron a reunirse con sus equipos cercanos para respaldar al
precandidato Alfredo del Mazo. Desde luego, esto también habla del liderazgo
del gobernador Eruviel Ávila, muy enfocado a mantener esa entidad.
El gobernador mexiquense, quien presionó hace seis años con
ser candidato de oposición en caso de que no lo nominaran, tuvo un gran gesto
con quien desde entonces buscó la gubernatura: Alfredo del Mazo.
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