La esposa de Joel
Sebastián Casino, quien apareció calcinado después de ser detenido por la
Marina, denunció hoy que fue agredida y amenazada de muerte por presentar su
caso a los medios y exigir justicia para su marido.
La mujer, quien
radica en la ciudad de Reynosa, salió de su domicilio la noche del lunes pasado
y advirtió que era seguida por una camioneta con placas CWY 6837 de Texas.
La esposa de Cansino viajaba en su auto junto con su hijo
menor de edad cuando al filo de las 20:30 horas la camioneta que la perseguía
la impactó por la parte trasera.
El choque destruyó
parte de su auto y acto seguido de la camioneta se bajó una mujer de unos 35
años quien llamó por teléfono e inmediatamente llegó otro vehículo con dos
hombres jóvenes de aspecto militar, uno de ellos armado con una pistola.
“Ya te encontré”, le dijo la mujer con acento
de la capital del país, y tras amenazarla de muerte, le tomó una foto con su
teléfono celular.
Entre s los tres intentaron bajar del vehículo a la mujer y
su hijo, hasta que se dieron cuenta que éste era menor de edad.
“Por el niño no te
vamos hacer nada por ahora, pero ya te encontraremos sola”, le advirtieron y
luego huyeron.
La esposa de Cansino
denunció que comenzó a recibir amenazas cuando Proceso publicó su caso. Primero
las intimidaciones fueron telefónicas.
“Déjate de mamadas,
no le vas a hacer nada a la PGR ni a la Marina”, fue uno de los primeros
mensajes que recibió.
Lejos de amedrentarse, la esposa de Cansino informó que ante
las amenazas llevará su caso a organizaciones internacionales como Amnistía Internacional
y el Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, entre otras instancias.
El reportaje “Marina
y Policías se los llevaron vivos…. Aparecieron incinerados en Tamaulipas”,
describe el caso de Cansino y unas 25 personas más que fueron privadas de su
libertad por efectivos de la Marina y policías de Tamaulipas en los municipios
de Díaz Ordaz y Camargo, entre el 23 y 24 de julio del 2016. Desde esa fecha se
les perdió el rastro.
Entre esos civiles
privados de su libertad estaban dos extranjeros, un estadounidense y un
ciudadano de Costa Rica, quien fue localizado incinerado.
Además, otros dos
ciudadanos que nada tenían que ver con el crimen organizado, aparecieron
calcinados en el interior de una bodega. A ellos la delegación de la PGR en
Reynosa intentó hacerlos pasar como delincuentes.
El periodista, autor
de reportaje, también comenzó a recibir intimidaciones a través de su cuenta de
Twitter con mensajes que intentaron desprestigiar su reportaje.
Ante las amenazas, el reportero de fue contactado por
autoridades de la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos
contra de la Libertad de Expresión (FEADLE) para ofrecerle ingresara al
Mecanismo de Protección a Periodistas de la Secretaría de Gobernación.
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