En la reciente
licitación de frecuencias de radio del Instituto Federal de Telecomunicaciones
(IFT), una empresa denominada Tecnoradio se quedó con 37 estaciones (34 en FM y
tres en AM) por las que pagó 287 millones de pesos.
Pronto surgió la duda: ¿quiénes
son los dueños de esta extraña empresa que se llevó 37 de un total de 178
estaciones que estuvieron a licitación por el método de subasta?
El número de
estaciones, que representan más de la quinta parte del total licitado en manos
de una sola empresa, permitiría la creación de una cadena nacional con
posibilidades de llegar directamente a 4 millones de mexicanos y ofrecer
multiprogramación.
Entre las mejores estaciones, Tecnoradio apostó 19 millones
de pesos por una señal de AM en Querétaro, 55 millones por otra en Playa del
Carmen, Quintana Roo, y adquirió otras en Sonora, Chiapas, Nayarit y Veracruz.
La semana pasada, el diario El Universal publicó que detrás de Tecnoradio se encontraba el
actual director del Instituto Mexicano de la Radio (IMER), Carlos Lara Sumano,
con 50% de las acciones, y un funcionario de la Secretaría de Comunicaciones y
Transportes (SCT) de nombre Alfonso Amilpas.
Los datos representan
una grave violación y presunto delito, ya que como funcionarios públicos
ninguno podía participar en este tipo de licitaciones.
Lara Sumano
reaccionó de inmediato. En entrevista con Radio admitió que hasta 2011 él creó, junto con Amilpas, la empresa
Tecnoradio con la idea de ganar una concesión de radio, pero en ese momento,
dijo, no era servidor público, aunque sí trabajaba para la Cámara Nacional de
la Industria de la Radio y Televisión (CIRT), el organismo cúpula de los concesionarios.
“En algún momento, el doctor Amilpas me dice que por qué no
nos deshacemos de Tecnoradio. Yo ya estaba en el IMER y le dije que por mí no
había ningún problema, y en julio de 2016 cedimos las acciones”, afirmó en
entrevista con Joaquín López Dóriga.
Lara Sumano también negó que Tecnoradio haya servido como
“fachada” para que el grupo Radiorama pudiera adquirir estas “buenas
concesiones” por 237 millones de pesos, aunque
sí admitió que sostuvo un encuentro con el dueño de esta compañía.
Según el funcionario
del IMER, las acciones de Tecnoradio se cedieron a favor de Eduardo Bañuelos
Santana, René Padilla y Francisco Javier Márquez Lozano, pero ninguno de ellos
aparece en la conformación de la empresa.
En su columna de El Universal, el especialista Javier Tejado
Dondé, director jurídico de Televisa, afirmó el pasado martes 21 que “no hay registro (en su folio mercantil
No. 461149 del Registro Público de Comercio de la Ciudad de México) de que (Lara y Amilpas) hayan dejado de ser
los accionistas, lo cual podría ser muy relevante dado que Carlos Lara es, al
día de hoy, funcionario público de alto nivel y responsable de dirigir toda la
radio pública del gobierno federal”.
El domingo 26 el IFT
emitió un comunicado de prensa para negar que el director general del IMER
fuera accionista de Tecnoradio, así como Amilpas Godínez, funcionario de la
SCT.
El organismo afirmó que el análisis de los accionistas de la
empresa se centró en quienes detentaban la propiedad de Tecnoradio “al momento
de registrarse en la licitación” y no en quienes hubieran sido accionistas en
el pasado.
Según el Registro Público de la Propiedad, el representante legal de Tecnoradio es Alí
Eduardo Bañuelos, el mismo que trabajó para Diamond Electronics, la empresa que
ganó contratos por 14 mil millones de pesos para la adquisición de 5.5 millones
de televisiones digitales que se repartieron en 2015 como parte del “apagón
analógico”.
Tecnoradio podrá buscar acuerdos de retransmisión de
contenidos de sus competidores, como ya lo hacen Radiorama y la cadena RASA con
Televisa Radio y Radio Centro. También podría “arrendar espectro” en otros
mercados, como en la Ciudad de México.
Entre el 3 de abril y
el próximo 22 de mayo, el IFT deberá recibir los pagos de derechos por las 37
estaciones que adquirió Tecnoradio.
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