Aunque ahora algunos le nieguen
hasta el saludo, hay que reconocer las aportaciones del defenestrado senador
Miguel Barbosa Huerta a la transparencia en el Senado de la República.
Por
boca de Barbosa, sabemos que cada senador recibe 200 mil pesos por cada
comisión que preside y 100 por cada secretaría de comisión que ocupa.
Así las cosas, hoy podemos calcular razonablemente que, por ejemplo, el senador
Benjamín Robles estaría recibiendo mensualmente unos 750 mil pesos si sumamos
una presidencia y tres comisiones, más su dieta.
Gracias a Barbosa sabemos que el
Instituto Belisario Domínguez, del cual es todavía presidente, es utilizado
como la caja chica de la fracción. Cuando Dolores Padierna fue nombrada
coordinadora del grupo, Barbosa despidió
a cuatro personas que no trabajaban en el instituto, sino directamente con
Padierna. Eran aviadores en el Belisario.
Ahora falta que transparenten
quiénes son los que no han pagado sus cuotas al PRD. No tienen el pretexto de
decir que no tienen dinero, les sobran pesos pero les falta voluntad, o, en
realidad, como dicen algunos, existe una estrategia para destruir al PRD y
favorecer a Morena.
Y
lo que sigue ahora será la lucha por las comisiones del Senado, ya que éstas se
definen en la reunión de la Junta de Coordinación Política, de acuerdo con el
número de integrantes de las fracciones, y finalmente se tendrá que decidir si
los senadores del nuevo bloque mantienen las mismas.
Armando Ríos Peter optó por ser
independiente al no estar de acuerdo en hacerle juego a esta guerra absurda.
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