miércoles, 29 de marzo de 2017

Ochoa y los taxis: más vueltas que un ruletero.

Salvador Camarena.

De nuevo Enrique Ochoa Reza se hace bolas, o nos quiere hacer bolas, con el tema de sus taxis. De nuevo el exdirector de la Comisión Federal de Electricidad está en el ojo del huracán y todo por no decidirse a transparentar, de veras, su patrimonio.

Porque el moreliano ha desperdiciado cuanta ocasión ha tenido para aclarar el singular tema de sus taxis.

Ahora fue Reforma el que reveló otra faceta que nomás no cuadra sobre los taxis de Ochoa Reza, en este caso, sobre sus concesiones en la llamada sultana del norte.

Ese diario publicó el lunes que durante un periodo (2005 a 2008) en el que vivió en el Líbano y en la capital del país, Ochoa Reza realizó trámites oficiales reportando una dirección en San Nicolás, Nuevo León, como parte de las gestiones para adquirir 18 taxis. Ochoa y el don de la ubicuidad.

El mismo lunes, el partido Revolucionario Institucional (PRI) emitió una tarjeta informativa para aclarar (es un decir) el reportaje que muestra documentos de los trámites de Ochoa, el taxista, en Nuevo León.

En esa tarjeta, el PRI apunta que, contrario a lo que desliza el periódico, “los trámites para adquirir las concesiones de taxi que realizó el Doctor Enrique Ochoa Reza en Nuevo León, se llevaron a cabo entre particulares, con estricto apego a la ley, entre octubre de 2006 y febrero de 2007”.

Entonces, ¿a quién debemos hacerle caso, al diario o al político? Sinceramente no sé, pero lo que sí sé es que no es la primera vez que algo de lo que dice Ochoa sobre sus taxis es contradictorio con la información existente, información, por cierto, que él mismo ha ido proporcionando.

Espero no hacerlos bolas. Aquí van algunos datos, contradictorios, tomados de las declaraciones patrimoniales de Ochoa Reza consultables en Declaranet, y de otros documentos que él ha emitido. Juzguen ustedes las inconsistencias.

1) En la declaración patrimonial de 2013 declara tener 28 placas de taxi en Monterrey, 76 placas de taxi en el Distrito Federal y 5 en Puebla. Total: 109 placas. Las poblanas reporta haberlas adquirido en 01/01/2009. Las demás, tienen fecha de 01/01/2000. Nótese que 1999 fue admitido para estudiar en Nueva York. Así que lidiaba con taxis y estudios de posgrado.

2) Declaración patrimonial 2014. Declara tener 109 placas de taxi. Fecha 01/01/2000. Ya no da detalles de lugares de las placas ni fechas dispares.

3) Declaración patrimonial 2015. Declara 110 placas. Fecha 01/01/2000. Una nueva placa misma fecha.

4) Declaración patrimonial 2016. Reporta 50 placas de taxi. Sí, 60 menos que el año anterior. No hay detalle sobre ingresos por esa ¿venta? De hecho, en agosto pasado se le cuestionó sobre por qué vendió 60 placas el último año, y a la letra contestó: “nunca he vendido 60 placas en un año”. (Entrevista con MCCI)

5) En su 3de3 reporta 50 vehículos (Nissan), pero no menciona las placas.

Y ahora, Reforma dice que compró 18 placas en Nuevo León entre 2005 y 2008.

Total, ¿cuándo compró las placas, a quién, en dónde, a cuánto? ¿Cuándo vendió medio centenar de esas placas, a quién, por cuánto…?

Ojalá por una vez, sólo una, a algún medio, a algún colega, al que sea, el hoy líder nacional del tricolor le contara una versión consistente, completa y detallada de su negocio como empresario de los taxis.


De lo contrario, Ochoa Reza estará siempre viviendo bajo sospecha. ¿O será que no puede contar una historia simple y fácil de creer sobre esos negocios? Es pregunta.

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