viernes, 27 de octubre de 2017

Becerra, y qué sigue en la reconstrucción.

Salvador Camarena.

Miguel Ángel Mancera nombró por fin al comisionado para la reconstrucción de la Ciudad de México. El encargo recayó en Ricardo Becerra, que ya formaba parte de la Secretaría de Desarrollo Económico de la capital.

Hombre articulado, colaborador del IFE de Woldenberg, columnista, el de Becerra es un nombramiento que luce atinado, pues más que especialista en un campo del urbanismo o la ingeniería, le tocará trazar políticas públicas con respecto a la era post-19S.

“El Gobierno de la CDMX cuenta con la capacidad para responder y hacerlo pronto, el desafío es hacerlo con empatía y sin desperdicio de recursos. Tenemos la obligación de ofrecer información sistemática, jerarquizada para el control del jefe de Gobierno y la solicitud de la población”, dijo Becerra ayer al ser nombrado.

Le toca honrar eso de la empatía y de que sí ocurra la entrega de la información requerida por los ciudadanos.

A favor de que Becerra tenga éxito en su complejo encargo tenemos que al mismo tiempo Mancera nombró como subcomisionados a gente reconocida en su medio, como el politólogo Mauricio Merino o el ingeniero Sergio Alcocer.

En contra de que Becerra salga adelante está el factor de que 27 dependencias de la administración Mancera fungirán como consejo consultivo de la comisión.

Ojalá Becerra tenga el apoyo de los ciudadanos para sobrevivir a esa olla de grillos.

El sismo del reciente 19 de septiembre despertó a los chilangos de la ilusión de que todo estaba aprendido, y ya nada era mejorable, luego de lo avanzado tras el terremoto de 1985.

La tragedia nos recordó que la corrupción, el desorden administrativo, la voracidad de empresarios sin escrúpulos y la laxitud en la vigilancia se pagan caro.

A la par de lo que harán comisionado y subcomisionados de la reconstrucción, cabe preguntarse si en otras instancias ha ocurrido la obligada reflexión sobre si en los puestos de vigilancia o reacción están las personas idóneas, sobre todo porque, insisto, el 19S nos recordó que no es cierto que ya nunca nos iba a pasar nada en un sismo.

Sería increíble si no fuera la marca de la casa (de la casa mancerista y de la casa meyerista) constatar que a pesar de las evidentes fallas (escuela Rébsamen, helipuerto, etcétera) en el Invea sigue, tan campante, cobrando el señor Meyer Klip. No tienen remedio.

A la luz de lo sacudido, otra pregunta clave es si tenemos en las delegaciones a las mejores personas al frente de las oficinas de Protección Civil.

Ayer hablé casi media hora por teléfono con Cynthia Murrieta, directora de Protección Civil de la delegación Cuauhtémoc, una demarcación que, como ella misma me dijo, tiene, no de hoy, sino desde hace años, “mil 500 inmuebles en riesgo”.

Quise preguntarle sobre sus credenciales para la tarea que realiza desde 2015, fecha en que debutó en la materia. No me supo decir si tiene o no la certificación que la ley le exige para ejercer ese puesto. Está en proceso de obtenerlo, terminó por reconocer Comunicación Social de la Cuauhtémoc.

“Yo no sé si la certificación me haría mejor servidora en Protección Civil. Pero nadie ha trabajado con más pasión el tema, nadie ha rescatado más gente... Soy la mejor directora de Protección Civil. No se necesita un curso para sensibilizar a los funcionarios, se necesita caminar en la calle”, me argumentó ayer Cynthia Murrieta.


La desgracia del 19S enlutó a cientos y dejó sin techo a más. Ante la eventualidad de otro sismo, ojalá todos revisemos si tenemos a las mejores personas en los puestos debidos.

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