Por Patricia
Mayorga.
La Comisión
Nacional del Agua (Conagua) aprovechó el confinamiento general ordenado por
el gobierno de Chihuahua, para enviar a elementos de la Guardia Nacional, del
Ejército Mexicano y de la Policía Federal, para abrir las compuertas de una de
las principales presas de agua de la entidad, La Boquilla, para dirigirla al
estado de Tamaulipas.
El mes
pasado, la titular de la Conagua, Blanca Jiménez, se comprometió con el
gobernador Javier Corral Jurado a esperar que pase el ciclo agrícola (junio o
julio) para otorgar el pago del agua a Estados Unidos, según lo establece el
Tratado Internacional de Agua de 1944, que pone como límite del pago al mes de
octubre, como cada año.
Sin embargo,
la titular de la Conagua incumplió y lanzó una ofensiva contra la comunidad
agrícola de la zona centro sur de la entidad, que salió a quemar unidades de la
Conagua, a desarmar a los elementos de la Guardia Nacional y estaban dispuestos
a llegar a acciones mayores, cuando la dependencia ordenó cerrar las
compuertas.
La Conagua emitió
un boletín durante la jornada violenta, en el que aseguraba que Javier Corral
estaba enterado de ese operativo, pero esta información fue desmentida por él
mismo a través de un comunicado del gobierno chihuahuense.
Al final de
la jornada, el gobernador advirtió que esa decisión puso en riesgo no sólo
la seguridad física de la población y los agentes. “Uno de los mayores riesgos
es el riesgo sanitario, el que es producto de esa congregación de las
personas”.
Y es que
la zona centro sur es agrícola. Los habitantes de la región salieron
enfurecidos con cubrebocas, palos, accesorios suficientes para incendiar vehículos
oficiales.
Los
manifestantes cerraron por horas las carreteras de Camargo a Jiménez, y en
Lázaro Cárdenas, del municipio de Meoqui.
Las
compuertas fueron abiertas anoche y apenas esta tarde lograron que la Conagua
las cerrara.
El director
de Fomento Agropecuario de la Secretaría de Desarrollo Rural del estado, Martín
Solís Bustamante, dio a conocer alrededor de las 16:00 horas de este jueves que
cerraron las compuertas y de 110 metros cúbicos por segundo que estaba
corriendo, bajó a 48 metros cúbicos, sólo para extraer lo necesario para los
agricultores y la demás ciudadanía de la región.
César Méndez
Salgado, director ejecutivo de la Junta Municipal de Agua y Saneamiento en el
municipio de Camargo, donde se ubica la presa La Boquilla, denunció al medio
local Impacto Camargo que Conagua provocó la situación por incumplir el
acuerdo.
“No se
puede pensar o concebir, cómo busca el gobierno federal, lastimar, llevarse el
agua, aprovechar una situación tan delicada como la tenemos en la emergencia
sanitaria, por el Covid-19, para tratar de hacer eso, es un robo en despoblado.
Ahora no podemos decir tampoco que fue un suceso no planeado, estaba bien
planeado. Con tiempo llegó la Policía Federal, con tiempo llegó la Guardia
Nacional ya equipada con escudos, ya estaban”, dijo el funcionario.
“Nosotros
no lo provocamos, nosotros estábamos trabajando, tratando de proteger a nuestra
gente, de que no saliera, de seguir las instrucciones y los protocolos
sanitarios para detener la propagación del coronavirus. ¿Y ahora qué tenemos? O
coronavirus o sequía.
Todos
sabemos qué significa una sequía (…) entendemos perfectamente que eso sí nos va
a pegar. El coronavirus tal vez, no sé, no lo conocemos. Pero el otro tema sí
lo conocemos y sabemos cómo nos afecta”.
La gente
de Camargo y otros municipios estaba dispuesta a todo para defender el agua,
acepta el funcionario, y detalla que el cierre de las compuertas no es porque
Conagua cedió, sino porque ellos provocaron la situación, provocaron al pueblo.
Refirió el
momento en el que elementos del Ejército aventaron una camioneta de la Comisión
Federal de Electricidad contra un grupo de gente, en el que se encontraban
niños y mujeres. Atropellaron a una persona.
“En el
momento en que atropellan al buen amigo Barajas, ya está mejor (…) yo estaba a
espaldas de esa situación. La gente incendia la camioneta, la dejan arriba y lo
que hace la Guardia Nacional es empujar la camioneta ardiendo hacia la
población. Había niños, había mujeres, había adultos mayores,
desafortunadamente el buen amigo Barajas no se pudo quitar ¿Y quién hizo eso?
El Ejército (…)”.
En el
cierre de las compuertas estuvieron presentes integrantes de los distritos de
riego 113 y 05.
En un enlace
desde la Ciudad de México a la ciudad de Chihuahua, el gobernador informó que
Conagua hizo una rectificación necesaria, una vez que produjo riesgos
innecesarios e inconvenientes.
“Debo
entrar por señalar que estoy satisfecho de la rectificación y advierto que va a
ser difícil volver a construir un escenario de negociación y de diálogo que
tenían entre productores agrícolas y Conagua, pero aun sabiendo que varias de
las bases de ese diálogo y negociación fueron dilapidadas con esa decisión,
sigue siendo el diálogo y negociación política únicos caminos posibles para
este problema”,
añadió Corral.
Detalló
que, por la mañana, durante una reunión que tuvieron en la Ciudad de México con
el gabinete de seguridad, logró hablar con la secretaria de Gobernación, Olga
Sánchez Cordero, con el secretario de Seguridad Pública, Alfonso Durazo y otros
funcionarios, que se mostraban preocupados por la situación. Por la tarde,
Conagua tuvo que cerrar las compuertas.
Sin embargo,
la Guardia Nacional aún permanecía en resguardo de la presa, lo que genera
desconfianza de los pobladores que, anunciaron, estarán vigilantes para actuar
de nuevo en caso de que sea necesario defender el agua.
El agua
corrió hacia el estado de Tamaulipas, lo que podría generar un conflicto mayor
si no cesan las provocaciones, advirtieron ciudadanos de la región.
Antecedentes.
En febrero
pasado, miles de agricultores y productores de la región centro sur de la
entidad retiraron, en momentos por la fuerza, a efectivos de la Guardia
Nacional del resguardo de una de las presas más grandes de Chihuahua: La
Boquilla, ubicada en el cauce del río Conchos, en el municipio de San Francisco
de Conchos, para que el gobierno abriera las compuertas y enviara el agua al
estado de Tamaulipas.
La
disputa por el agua en el estado de Chihuahua rebasó en aquella ocasión, al
gobierno federal, estatal y municipales. El tema fue llevado al ámbito
partidista, que en su momento han ignorado los señalamientos y denuncias añejas
de sobreexplotación de pozos, extorsiones desde gobierno para el despojo de
terrenos y la falta de transparencia del pago de agua a Estados Unidos. Los más
afectados: los
productores.
Después
de tres días de la toma de vías de comunicación y resguardo permanente de la
presa, también por los productores, el gobernador logró un acuerdo con la
titular de la Conagua, Blanca Jiménez Cisneros: no abrirán las compuertas de la
presa antes del ciclo agrícola.
La
propuesta del gobierno y de los agricultores es que, como se hace cada año, la
cuota de agua se pague a Estados Unidos con el escurrimiento natural de la
presa, una vez que pase la temporada de lluvia y el ciclo agrícola.
Pero la
advertencia de la gente de la región fue clara: no permitirán que extraigan
agua de esa presa porque no fue diseñada o creada para el pago del agua al que
se comprometió México con Estados Unidos.
El
intento por vaciar presas de Chihuahua inició en enero pasado, cuando la
Comisión Nacional del Agua (Conagua) ordenó abrir las compuertas de la presa El
Granero (Luis L. León) del municipio de Aldama.
La
justificación era el pago del Tratado Internacional de Agua, pero no hay
presión de Estados Unidos, dijo Corral aquella ocasión. Sin embargo, esta vez,
se supo que dicha agua va para el estado de Tamaulipas.
La
Boquilla es la presa más grande de diez del estado de Chihuahua y la intención
era vaciarle mil millones de metros cúbicos, con lo que la dejaría al 35 por
ciento de su capacidad, indicó uno de los productores.
“El plan
de extracciones sólo permite extraer hasta el 17 por ciento de la capacidad,
nos dejarían con 500 millones de metros cúbicos y no aguantaríamos hasta
junio”.
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