Diego
Petersen Farah.
Dos
encuestas ponen ya a López Obrador por debajo del 50 por ciento de aprobación.
La de GEA-ISA, dada a conocer el miércoles, y el tracking poll de Consulta
Mitofsky y El Economista que el día de ayer daba al Presidente 50.1 por ciento
de aprobación con una tendencia a la baja desde diciembre y con una semana
fatídica por lo que seguramente hoy amanecerá en 50 o un poco por debajo. Es un
asunto meramente simbólico, pues en la práctica no cambia un ápice las
decisiones de Gobierno ni la manera de comportarse del Presidente, simplemente
indica que ha pasado a un momento en que hay más ciudadanos que desaprueban su
actuación de los que lo aprueban.
Son solo dos
encuestas, es cierto, y también lo es que son las únicas que hasta ahora
reflejan el efecto coronavirus. Para darnos una idea de lo que significa este
nivel de aprobación son más o menos los números que tenían Fox y Peña Nieto a
estas alturas de su mandato, lo que desvanece la idea del Presidente todo
poderoso que nunca bajaría del pedestal del apoyo popular. Dos datos de la
encuesta de GEA-ISA reflejan claramente este cambio de estatus. Cuando se
pregunta qué tanto le cree a usted al Presidente López Obrador el derrumbe de
la credibilidad en un año es bestial. Si bien el número que dice creerle poco
es más o menos estable (entre 45 y 47 por ciento) los que decían creerle mucho
(los amlovers) pasaron de 30 a 14 por ciento, mientras que los que dicen no
creerle nada (los amhaters) creció de 16 a 37 por ciento. Esta pérdida de
credibilidad habla de un fuerte desgaste del discurso y la gran distancia entre
la promesa y los resultados.
Otro dato
que refleja la pérdida de credibilidad es la pregunta de si el Gobierno de
López Obrador representa una nueva etapa de la vida de México (la famosa Cuarta
Transformación) o solo un Gobierno más. Hace un año 60 por ciento pensaba que
era una nueva etapa; hoy solo 40 por ciento cree en el discurso de la 4T,
mientras 47 por ciento lo considera un Gobierno como cualquier otro. Más aún,
hoy el referéndum sería una pésima idea, pues de acuerdo con esta encuesta 46
por ciento votaría por la revocación.
Vienen meses
difíciles para la administración de López Obrador. De cómo salga librado de la
pandemia depende en gran medida el futuro del sexenio y su proyecto de
trasformación del Estado. En materia económica la batalla es por decrecer lo
menos posible, las predicciones que se han publicado andan entre 3.7 y 4 por
ciento y que la recuperación comience en el último trimestre del año, pero, si
como dice López-Gattel, la emergencia se prolonga hasta octubre, la economía
podría comenzar a recuperarse hasta el 2021, con un fuerte efecto electoral
para Morena y el Presidente. Eso, por supuesto, considerando que en materia de
salud todo sale como lo tienen planeado y que la 4T se recupere de la falta de
credibilidad que hoy le aqueja.
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