Enrique
Galván Ochoa.
Estados
Unidos nunca ha sufrido una invasión en su territorio; de repente, pronostican
que un virus que se originó en China se coló por su frontera y amenaza con
arrasar a su población y a su economía. Entre 100 mil y 200 mil personas
podrían morir como resultado del coronavirus y enfermarán millones, advirtió
Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades, el
médico que tiene a su cargo la defensa sanitaria. El fin de semana el número de
fallecidos superó los 2 mil y los funcionarios alertan que se están quedando
rápidamente sin equipo médico. La pandemia atacó de lleno a Nueva York, la
capital financiera del mundo, y se extiende a Nueva Jersey, Connecticut y el
resto del territorio. El Congreso aprobó el controvertido paquete de apoyo a
empresas y familias por 2 billones de dólares. Por su lado, la Reserva Federal
ha diseñado esquemas para inyectarle liquidez a la economía sin límite, según
dijo su presidente Jerome Powell. El Congreso y Donald Trump acordaron dar un
cheque de mil 300 dólares a cada ciudadano adulto siempre y cuando no
pertenezca al sector de la gente rica. Para México, que ya carga con su propio
problema, la tragedia que ocurre en Estados Unidos tiene repercusiones. Aparte
del costo humano, de familias que viven repartidas entre ambos países, está el
económico. En 2019 el comercio bilateral alcanzó 614 mil 500 millones de
dólares, cifra que apuntó una marca histórica. Además, las remesas sumaron 36
mil millones de dólares. La frontera ya quedó cerrada para el tránsito local,
no para el comercio y el trabajo. Los indocumentados, cuyo número no conocemos
con exactitud, no califican para el esquema de apoyo, por tanto, no recibirán
ese cheque del paquete ni fondos para sus hijos. Indocumentados y documentados
están en ese grupo de más de 3 millones de personas que ya se quedó sin empleo
y seguirá creciendo, pero los sin papeles no tienen los beneficios del seguro
de desempleo.
#QuédenseEnCasa
El
mensaje de Hugo López-Gatell del sábado en la tarde fue dramático: Quédense en
casa. La pandemia llegó a un punto en que veremos las próximas semanas
multiplicarse exponencialmente el número de contagios y víctimas. La mejor
forma de combatirla suena simple, pero es complicada: quedarse en casa. Hay que
ir hoy lunes al trabajo, será quincena mañana y día de salir a comprar el
mandado. Con todo, es necesario restringir al máximo las salidas. El tema
subyacente es el dinero. Aquí, los bancos llegaron a un acuerdo con Juan Pablo
Graf, presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, para darles a
sus clientes la facilidad de posponer tres meses el pago del saldo de la
tarjeta de crédito, la hipoteca, el coche, etcétera. Sin embargo, no es
suficiente. Debe darse la oportunidad a los trabajadores de retirar los ahorros
de sus Afores, al menos la mitad. Pueden argumentar las empresas que es
complicado, tienen el dinero invertido en Cetes y otros instrumentos de ahorro
gubernamental. Eso lo puede resolver el Banco de México comprando los bonos, es
lo que está haciendo la Reserva Federal de Estados Unidos.
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