lunes, 30 de marzo de 2020

El outsourcing y la crisis social del coronavirus.


Martí Batres.

El impacto de la pandemia del coronavirus no se reducirá por desgracia al tema de la salud, a la enfermedad y la muerte que sufrirá una parte de los contagiados. Impacto que en sí mismo será ya toda una tragedia.

El Covid-19 afectará las condiciones sociales y económicas de vida de un sector de la población.

Puede haber descapitalización y quiebras de pequeñas empresas, así como despidos, disminución de ingresos, suspensión de pagos y condicionamiento del empleo para muchos trabajadores.

Como siempre, en estos casos, los distintos órganos del Estado tienen la obligación de velar por el más débil, de proteger al que se encuentre en las condiciones más vulnerables.

Entre los trabajadores asalariados, sortearán mejor las dificultades quienes cuenten con sindicato, empleo estable, contrato colectivo de trabajo, seguridad social, prestaciones, sistema de protección de su salud, posibilidades de reconocimiento de sus incapacidades temporales, vacaciones y días de descanso.

Pero los trabajadores que no tengan todas estas protecciones, que no tengan un empleo socialmente protegido, que se encuentren en situaciones diversas de precariedad, se enfrentarán a graves riesgos sociales.

Trabajadores por cuenta propia, no asalariados, informales, estarán en problemas.

Pero también los trabajadores asalariados sin derechos o con derechos laborales disminuidos. Entre estos están los trabajadores de outsourcing; es decir, los que no son contratados directamente por la empresa a la que sirven, sino por una empresa intermediaria, una empresa subcontratada.

Hubiera sido muy positivo que el Congreso de la Unión tuviera concretada la reforma para regular y limitar el outsourcing desde que estaba lista a finales del año pasado. Así, los trabajadores contratados bajo esta modalidad ya habrían estado protegidos en el momento de la llegada de la pandemia del Covid-19 a México.

Pero ya no sucedió, el dictamen del outsourcing, aprobado por las Comisiones Unidas del Senado de la República en tiempo y forma fue boicoteado al interior de este órgano legislativo por las presiones de las poderosas empresas que se dedican a gestionar esta forma de contratación o subcontratación laboral.

El pleno del Senado no aprobó regulación alguna, por lo tanto no llegó una minuta a la Cámara de Diputados y menos aún un decreto a la Presidencia de la República para su promulgación y publicación.

Con la crisis del coronavirus, la Cámara de Diputados cerró sesiones desde principios del mes y un par de semanas después lo hizo el Senado. En efecto, en estos momentos no hay condiciones materiales para su discusión y aprobación.

No obstante, el problema está a la vista. Muchos trabajadores contratados por intermediarios, por una empresa para servir en otra empresa, es decir, subcontratados o contratados por outsourcing, enfrentarán en terribles condiciones la crisis social del coronavirus. Muchos serán despedidos. A otros se les dejará de pagar. Otros mantendrán su empleo, pero sin seguridad social, sin mecanismos para proteger su salud en este período de gran riesgo.

El tiempo de la cuarentena bien puede ser aprovechado para reflexionar y tomar las mejores decisiones una vez que la situación permita retomar el trabajo legislativo.

Contra el dictamen de las Comisiones Unidas se ha opuesto, sin formalidad legislativa alguna, un supuesto proyecto alternativo, avalado presuntamente por empresarios del outsourcing y funcionarios del gobierno federal, pero no por los sindicatos y la Comisión de Trabajo del Senado.

El propio Presidente de la República se refirió a este tema con afirmaciones, datos y sugerencias sumamente interesantes.

Entras cosas, el mandatario dijo: “Va a haber tiempo para atender esto y se puede llegar a un acuerdo entre todos. Hay un avance importante; sin embargo, el senador Napoleón Gómez Urrutia está inconforme con lo que se propuso en el Ejecutivo y en el sector empresarial, él tiene un punto de vista distinto. Hay que hablar con él, tiene que llegarse a un acuerdo. ¿Qué fue lo que sucedió? En el período neoliberal crearon esta figura, se abusó de este instrumento, se puede probar. ¿Cómo se explican ustedes que teníamos en noviembre del año pasado casi 700 mil empleos registrados en el Seguro Social, nuevos empleos, y en diciembre se pierden 400 mil como por arte de magia?...¿Qué fue lo que sucedió? Bueno, que los que estaban inscritos fueron sacados del Seguro por estas empresas...Entonces, eso no...No se trata de sacar ganancia a costa de lo que sea..en la época del neoliberalismo un presidente, bueno, el gobierno de entonces modificó la ley del trabajo”.

Coincido con el Presidente: se tiene que llegar a un acuerdo con Napoleón Gómez Urrutia. Y agrego: la reforma de hoy, la de la 4T, no puede ser contra la opinión de los trabajadores.

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