Georgina Morett.
Algunas empresas subvalúan los
precios de productos importados, como las bebidas alcohólicas de lujo, con lo
cual evaden o eluden impuestos. De 2010 a la fecha se estima que se han
importado seis millones de botellas con esta condición, lo cual ha dejado un
boquete fiscal de aproximadamente mil 800 millones de pesos.
Con este dinero que se ha dejado de
percibir con la complacencia de la autoridad, se pudieron construir mil 200
escuelas en zonas vulnerables del país, cada año.
Pero de qué
hablamos. De que existen empresas que
forman parte de redes que compran botellas con bebidas alcohólicas en Panamá,
las importan vía Estados Unidos con un precio subvaluado, las 'venden' a un
intermediario de su misma red y las colocan en puntos de venta como centrales
de abasto, supermercados, restaurantes y centros de consumo.
Por ejemplo:
una botella subvaluada, que se vende a
700 pesos en el mercado, se importa a 50 pesos, mintiendo en la aduana; de tal
forma que al llegar al punto de venta ha evadido o eludido 300 pesos que el
Sistema de Administración Tributaria debió de cobrar. Estos precios no existen
en el mercado, ni siquiera en los paraísos fiscales.
Sin embargo,
en México es diferente. Aquí el gobierno
formaliza estas malas prácticas al otorgar la inscripción al Padrón de
Contribuyentes de Bebidas Alcohólicas con reglas muy laxas, lo que les permite
obtener los llamados 'marbetes' u 'hologramas' con los que legitiman los
productos que comercializan sin pagar el impuesto correctamente.
El marbete es un certificado no sólo
fiscal (que demuestra que el producto ha sido importado cumpliendo con todas
las normas), sino también sanitario. Por ejemplo, una normativa sanitaria
regula la graduación máxima de importación de alcohol en 55 por ciento.
Pero en la realidad vemos en algunos
supermercados que se puede encontrar Absenta, que es una legendaria bebida con
más de 70 por ciento de graduación alcohólica, que fue importada y cuenta con
marbete.
De esta manera, el mismo gobierno
incumple doblemente con la ley: en cuestiones sanitarias (como el ejemplo del
Absenta) y en cuestiones fiscales, otorgando marbete a un producto claramente
subvaluado.
Algunas de las empresas que se
dedican a estas prácticas son: Elite Trade S. de R.L. de C.V.; ETR140304K89
Importaciones E&H México, S.A. de C.V.; IEM130306G99 Licores Lafayette,
S.A. de C.V.; LLA110418N77 Pro Maximux de México S.A. de C.V.; PMM110713UB6
Soluciones Logísticas RA Interlog S.A. de C.V.; SLR150930RF1 Travishu S.A. de
C.V.; TRA150508RF0.
Además de
ALFIVA S.A. de C.V., que, según datos oficiales de Estados Unidos, realizó una
importación de 60 cajas de vodka compradas en Panamá que llegaron a Monterrey
con número de pedimento 6000573 el día 13 de mayo de 2017 para ser entregados a
Cervecería Cbada S.A. de C.V.
Estas empresas tienen un ciclo de
vida de dos a tres años, después cierran y constituyen nuevas empresas con el
mismo domicilio fiscal, con los mismos accionistas y los mismos apoderados
legales, quienes en muchas ocasiones son familiares, como el caso de la familia
Carbonell Sánchez, en Quintana Roo y Yucatán, cuyos integrantes están ligados a
cuatro empresas diferentes.
Y algo terrible es que este licor no
sólo se vende en pequeños comercios, sino también en Chili’s, Soriana, 5Liquor
Store, Paneco, La Cava, HEB.
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