Georgina Morett.
El PRI designó como presidente
provisional del Comité Directivo Estatal en Morelos a Fernando Charleston
Hernández, exfuncionario del gobierno de Javier Duarte en Veracruz.
La
renovación de la dirigencia del PRI en Morelos es una mascarada. Los decisores, el delegado ilustre Fernando
Charleston, brillante exsecretario de Finanzas del exgobernador de Veracruz,
Javier Duarte, y el CEN del PRI, reiteraron la entrega de ese partido a sus
verdaderos dueños, que son el excandidato al gobierno del estado, Amado
Orihuela, y los no menos desacreditados Maricela Sánchez y su pareja, Guillermo
del Valle.
La
oligarquía así conformada tiene el mérito de su derrota en las elecciones de
2012 y el revés que sufrieran en los comicios de 2015 para la presidencia
municipal de Cuernavaca. No obstante que se regodean de contar con una gran
estructura electoral, es evidente que por las prácticas en las que han
incurrido esa estructura no les es leal.
Con esa determinación se avala el
comercio de candidaturas que esas personas han instaurado y el PRI no podrá
ganar la gubernatura el próximo año, que perdió desde 2000, con la llegada del
panista Sergio Estrada Cajigal.
Ver para
creer. Ahí está el partido que se ha
hipotecado en Morelos y gracias a ello Alberto Martínez, el nuevo presidente
del PRI morelense y Maricela Velázquez, secretaria general, que representan a
Amado Orihuela y a Maricela Sánchez, seguirán sumando derrotas.
Pero además de que se han apropiado
del partido y los puestos de elección popular en el estado, se habla del
enriquecimiento de estos personajes.
Aparecen en videos que los
ridiculizan y exhiben, pero el PRI nacional se muestra poco sensible para los
temas del prestigio y de la honestidad, y eso que la actual dirigencia se ha
querido envolver en la bandera anticorrupción y ha expulsado a personajes como
el exgobernador de Veracruz, Javier Duarte.
De acuerdo
con algunos militantes, se trata de un
PRI que premia el cinismo y Enrique Ochoa, su presidente, impulsa la carencia
de valores.
Se dice que
la mano del gobernador Graco Ramírez está metida, pues la pareja de la
secretaria general es funcionario del gobierno estatal; por otra parte, los
coqueteos de Amado Orihuela con el PRD han sido exhibidos. Así, el PRI morelense no ganará, pero si lo harán, y mucho, sus
flamantes dirigentes, con el aval del PRI nacional.
POR FAVOR,
REVISEN.
Algo raro
pasa con los políticos de todos los partidos que dejan pasar a verdaderas
fichas como funcionarios o candidatos y cuando por alguna razón se conoce su
calaña, los líderes niegan saber lo que hizo el personaje o lo niegan a él.
Dos fichas en una semana y de dos
distintos partidos políticos: el delegado de Tláhuac, Rigoberto Salgado
Vázquez, por Morena, y Xóchitl Dominga Tress Rodríguez, por el PAN.
La amante de Duarte dio y sigue dando
mucho de qué hablar en las redes sociales y los medios, pero al entonces
mandatario no le importó, ni a los panistas y del Partido Verde que la
impulsaron como candidata.
Xóchitl Tress siguió apareciendo en
fotos con distintos políticos y fue secretaria de Educación, sin que se
investigara el porqué de las muertes trágicas de su marido Gregorio Barradas,
de su padre Nahúm Tress Mánica y de su medio hermano Oscar Tress Marini, por
comandos armados. Con todo este historial dudoso, ella aparece en distintas
fotos con la aspirante presidencial Margarita Zavala y es una de sus más fieles
simpatizantes: da retuit a lo que envía Zavala y sus seguidores.
En el PAN
fue cercana a Hermann Ortega, quien fue secretario general del albiazul en
Veracruz en el sexenio de Felipe Calderón.
En definitiva, los partidos
políticos, que tanto cuestan a los ciudadanos, deberían ser mucho más
cuidadosos respecto a sus militantes y sobre todo sus candidatos.
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