Salvador Camarena.
Le pregunto
a alguien que sabe de infraestructura que qué fue lo primero que pensó cuando
supo de la noticia del socavón en el Paso Express. “Las prisas”, responde
lacónico. Las prisas de un gobierno por inaugurar, coincide otra fuente
consultada sobre qué factores pudieron haber incidido en la tragedia que
provocó la muerte de dos morelenses el 12 de julio pasado.
A la espera
del peritaje sobre lo que pasó y lo que no pasó en el kilómetro 93+600 de la
México-Acapulco, es obligado regresar al contrato principal, con sus cuatro
convenios modificatorios, para saber en dónde estaba la obra al momento del
percance. Y lo primero que salta a la vista es que el socavón ocurrió apenas 12
días después de la fecha programada oficialmente para la terminación del Paso
Express, que fue el 30 de junio.
Dicho en otras palabras, en la
inminencia del periodo vacacional de Semana Santa, el presidente Enrique Peña
Nieto inauguró la obra el 5 de abril, 85 días antes de la fecha de conclusión
pactada en el cuarto convenio modificatorio del contrato 2014-17-CE-D-062-W-00-2014
de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes con las empresas
Construcciones Aldesem, S.A. de C.V. y Epccor S.A. de C.V.
Como se dijo
aquí ayer, originalmente la obra debió
haber quedado, según lo acordado entre empresas y SCT, el 28 de noviembre de
2016.
Sin embargo, en el segundo convenio
modificatorio se estableció como nueva fecha de entrega el 5 de enero de 2017.
En ese convenio, el 2014-17-CE-D-062-W-00-2014-2, y que fue firmado el 13 de
mayo de 2015, no hay cambio en el costo de la obra.
En el cuarto
y último convenio modificatorio, que se encuentra en la página de internet de
la SCT, con fecha del 5 de enero de 2017 (sí, la fecha en que debió haber
quedado la obra se firmó una ampliación del plazo para la misma), se establece
que la nueva fecha sea el “30 de junio de 2017, es decir, una ampliación de 177
días, representando un aumento de 24.25 por ciento en tiempo al originalmente
pactado de 730 días calendario”. (http://bit.ly/2uuGksX)
El convenio
detalla que ese aumento en el tiempo se debe –entre otros factores– a “la
construcción de 18 mil metros lineales de drenaje pluvial, no previstos
inicialmente en la forma E-7” (punto cinco del convenio), y a “la construcción
de 780 metros de colector de tubería de concreto de 2.44 metros de diámetro que
afectan las terracerías, bases y pavimento del Km 91+080 al Km 91+820 del lado
derecho”.
Además, las
constructoras argumentaron que la recalendarización se hacía necesaria por,
entre otras cosas, “la insistencia de los habitantes de las diversas zonas por
las que se desarrolla la obra, solicitando que se difundan los alcances y
condiciones del proyecto”. Habrá que solicitar opiniones de los pobladores, y
comprobantes de las empresas, de que tal cosa haya sucedido.
Finalmente:
el contrato establecía que una vez que las empresas entregaran la obra, cosa
que debió haber sucedido el 30 de junio, la SCT tendría diez días para
verificar la debida terminación. Aunque también la dependencia podía hacer
recepciones parciales cuando “a su juicio existieran trabajos terminados y sus
partes sean identificables y susceptibles de utilizarse”.
Más dudas: ¿quién recibió en la SCT
la parte en que ocurrió el socavón; quién dijo que era susceptible de
utilizarse; con base a qué criterios determinó eso? ¿No será que a Ruiz Esparza
le ganaron las ganas de regalarle la foto al señor presidente inaugurando una
obra que iba a terminarse, en el mejor de los casos, tres meses después?
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