miércoles, 30 de agosto de 2017

Presidente de Mexicanos contra la Corrupción, otro blanco de ‘Pegasus’ y reprendido por EPN.

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Tras meses de diferentes trabajos periodísticos, este miércoles el diario New York Times revela en su primera plana que el presidente de dicha organización, Claudio X. González Guajardo, fue reprendido por el titular del Ejecutivo, Enrique Peña Nieto, quien ha estado envuelto en sus propios escándalos desde que saliera a la luz su casa blanca.

Pero no sólo fueron palabras. El empresario también fue blanco, a mediados de 2016, del software espía Pegasus -al igual que activistas, periodistas y líderes de oposición- además de que, casualmente, se ordenaron auditorías contra sus organizaciones.

Se reproduce un fragmento de la nota publicada por el rotativo estadounidense:

El presidente Enrique Peña Nieto estaba sentado ante los empresarios más importantes de México y sonrió.

La élite empresarial mexicana ha invertido cantidades récord de dinero en el país y ha apoyado la promesa que hizo el mandatario de un renacimiento económico. Así han generado un espacio de oportunidad en el entorno lleno de escándalos que atormenta al presidente.

Sin embargo, Peña Nieto necesitaba algo más de los principales líderes empresariales del país, quizá sus aliados más importantes. Necesitaba lealtad. De acuerdo con cinco personas que narraron la reunión privada que se realizó en mayo, el presidente se dirigió a Claudio X. González Laporte, un empresario respetado en México.

Tu hijo, le dijo el presidente, debería dejar de ser tan crítico con el gobierno.

Todos guardaron silencio. El hijo de González Laporte, Claudio X. González Guajardo, ha pasado casi dos décadas combatiendo la corrupción y la impunidad que tanto deterioran a México. Pero su proyecto más reciente, Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, una organización de periodismo de investigación que ha revelado contratos corruptos de aliados del gobierno, estaba haciendo demasiado ruido para gusto del presidente.

“La sociedad civil no debe pasar tanto tiempo hablando de corrupción”, le dijo el presidente a González Laporte. El poderoso grupo se quedó atónito ante el ataque asestado contra uno de los suyos.

“Estoy orgulloso de mi hijo y del trabajo que está haciendo”, respondió el empresario.

Incluso en México, donde el Estado a menudo ejerce presión con mano dura, se consideró muy extraño que el presidente intentara silenciar, abiertamente, a un miembro de una de sus bases electorales más confiables. La oficina del presidente negó que Peña Nieto estuviera presionando directamente a González Guajardo, sino que simplemente hizo un comentario de manera general ante su audiencia y a la que invitó a enfocarse tanto en los errores como en los logros de su gobierno.

Pero el comentario del presidente solo fue el intento más reciente de silenciar a González Guajardo y obstaculizar su trabajo.

Entre dichos intentos se cuentan auditorías fiscales y haberlo atacado con tecnología de espionaje que el gobierno mexicano adquirió con el propósito de investigar a terroristas y miembros del crimen organizado.

En dos ocasiones en 2016, González Guajardo recibió mensajes en su celular cuyo objetivo era instalar un programa de espionaje; los mensajes llegaron poco después de que su grupo publicara reportajes perjudiciales, de acuerdo con un análisis forense independiente de los mensajes.

“Estamos asediados”, dijo González Guajardo en una declaración escrita a The New York Times; rechazó ser entrevistado. “Sin embargo, seguiremos denunciando la corrupción y la impunidad cuando las encontremos, sean públicas o privadas”.


“México no está condenado a ser corrupto”, agregó.

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