Georgina Morett.
Es increíble cómo cuando se
confrontan las fuerzas políticas, los ciudadanos nos enteramos de que vivimos
en la ilegalidad. La destitución del fiscal Especial para Delitos Electorales,
Santiago Nieto, nos ha mostrado muchas de las irregularidades cometidas por
distintos personajes.
Desde su aprobación por parte del
Senado, que se llevó a cabo con voto en el tablero, cuando, de acuerdo con el
artículo 97 fracción III del Reglamente del Senado, tenía que hacerse por
cédula, pero, claro, en ese momento hubo acuerdos entre las distintas fuerzas
políticas y obtuvo 97 votos a favor y una abstención.
Pero cuando no hay acuerdo, vemos
posiciones encontradas y cada parte habla de la legalidad de su propuesta y
remarca las ilegalidades anteriores.
Y como ahora se trata de objetar la
destitución, los priistas aseguran que es obligatorio el voto secreto por
cédula, aunque sea un caso inédito en la historia del país.
Este voto es
el tema central del conflicto entre PRI-PVEM y PAN-PRD-PT-Morena, ya que la oposición asegura que si se vota
de forma secreta comprarán a los senadores: otra ilegalidad.
Desde hace años hemos escuchado que
el partido en el poder compra a los legisladores, pero que lo digan los mismos
senadores es muy grave.
Una
precisión respecto al voto a favor de la destitución es que algunos aseguran que habría sólo cinco votos de
panistas, conocidos por su oposición a su coordinador, que son Roberto Gil
Zuarth –quien asegura que no ha tomado una decisión–, Ernesto Cordero, Javier
Lozano y Luisa María Calderón. Pero otros, cercanos al PRI, señalan que serían
16 votos de panistas inconformes.
Otra ilegalidad respecto a este tema
es que el fiscal Santiago Nieto ya había filtrado información con la que
perjudicó al militante del Partido Verde, Arturo Escobar y Vega, que era
subsecretario de Gobernación, por haber repartido tarjetas “Premia Platino”.
A pesar de que fue una filtración a
los medios, no hubo una destitución inmediata por violar el Código de Ética,
como sucedió en esta última ocasión.
También ahora nos enteramos de que el
encargado del despacho en la PGR no cuenta con los requisitos para ocupar el
cargo, ya que debe tener 10 años de ejercer como abogado, y Elías Beltrán
obtuvo su cedula profesional hasta el 2011.
Lo peor de
todo esto es que quien tiene mayoría se
impone y los políticos están llegando al cinismo, sin que les importe sacar sus
trapitos al sol cada vez que se pelean.
Y si no se han dado cuenta, los
ciudadanos están cada vez más hartos.
Por lo
pronto, ya reinició sus trabajos la Comisión de Hacienda en el Senado y es muy
probable que hoy se vote si continúa en el cargo Santiago Nieto, quien de
cualquier forma tendrá que enfrentar procesos penales, ya que la PGR, después
de la destitución, está obligada a dar parte a la Visitaduría General, además
de que Emilio Lozoya lo acusará de violación al debido proceso.
Por lo que sostenemos que se imponen
los acuerdos por encima de la legalidad.
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