El obispo de San Cristóbal de Las
Casas, Felipe Arizmendi Esquivel, pidió a los gobiernos federal y estatal, así
como a las autoridades municipales de Chenalhó y Chalchihuitán, resolver de
forma inmediata y pacífica el conflicto agrario y de límites en la zona, porque
todas las condiciones están dadas para una matanza como la de Acteal.
En
entrevista, Arizmendi Esquivel se
manifestó muy preocupado porque cada día hay más violencia y conflicto entre
esos dos municipios.
“Es un problema que se viene
arrastrando desde hace más de 40 años, porque la entonces dependencia llamada
(Secretaría de la) Reforma Agraria trazó una línea recta para delimitar que (la
tierra en conflicto) pertenecía a Chalchihuitán y que pertenecía Chenalhó, pero
nunca respetó los límites históricos y naturales del río. Y esto hizo que la
Reforma Agraria le diera a Chalchihuitán tierras que pertenecen a Chenalhó y
viceversa”, precisó el obispo, quien en enero próximo dejará el cargo.
Se trata, dijo, de un problema muy
añejo, y como desapareció la Reforma Agraria, ahora le toca a la Secretaría de
Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) buscar y resolver este
conflicto, pero no le han puesto demasiado empeño en encontrarle una solución.
“Ya ha habido varias mesas de
trabajo, en las cuales he participado, para tratar de resolver esto jurídica y
pacíficamente, sin embargo, en los últimos meses los de Chenalhó cortaron la
carretera con maquinaria, abriendo zanjas para evitar que transiten los de
Chalchihuitán”, dijo
Arizmendi Esquivel.
Añadió: “Entonces fue por miedo que los de
Chalchihuitán huyeron a las montañas, por lo que ahora hay ya alrededor de 5
mil personas desplazadas durmiendo y sufriendo en la intemperie, pasando frío,
hambre y sed. Hombres, mujeres, niños y niñas, ancianos. Muchas de las mujeres
están embarazadas”.
Según el
obispo, frecuentemente se escuchan
balaceras de grupos armados que operan en la zona y atemorizan a los
desplazados.
Señaló que ha estado en comunicación
permanente con el gobierno estatal, que ha intervenido para que las autoridades
de ambos municipios lleguen a acuerdos, pero esos acuerdos –agregó– nunca son
aceptados por la población a nivel de las comunidades.
El peligro de que haya más
enfrentamientos y más violencia es inminente, recalcó. “Nadie quiere recordar
lo que pasó en Acteal, pero el ambiente es muy semejante al que era previo a la
matanza de Acteal”.
Prosiguió: “Nosotros seguimos insistiendo a ambos
municipios que resuelvan sus problemas de forma pacífica, que se sigan sentando
a dialogar y que vean qué pueden hacer. Seguimos pidiendo a la Sedatu que meta
mano en el asunto, que resuelva el conflicto y deje la pasividad”.
Ahora, dijo,
“lamentablemente ya todos andan buscando
qué les va a tocar en el siguiente puesto, en la siguiente elección, y ya lo
que menos les importa son las matanzas entre el propio pueblo”.
Remató: “Seguimos pidiendo al gobierno estatal que
siga buscando nuevos métodos de solucionar el conflicto para detener la
violencia, (porque) hay mucha gente armada. La gente de Chalchihuitán está ya
muy desprotegida en las montañas y hay mucha inseguridad y violencia”.
Arizmendi
señaló que la organización civil católica Cáritas está llevando ayuda
humanitaria, pero es insuficiente ante la magnitud de la problemática, por lo
que llamó a la población civil a solidarizarse y apoyar a los desplazados.
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