Georgina Morett.
El domingo,
la sede del PRI se llenará de simpatizantes, aproximadamente 10 mil, para
mostrar el músculo con su nueva candidatura presidencial, esa que muchos
priistas todavía no saben si acoger como propia.
El registro
está previsto de las 11 a las 13 horas y los simpatizantes llegarán a apoyar a
su precandidato, ya autorizado por la Comisión Nacional de Procesos Internos,
José Antonio Meade, pero todavía falta la operación cicatriz, ya que como
muchos comentan, el PRI tuvo el cambio más radical de su vida, en esta
elección.
Actualmente
tiene en la dirigencia a un priista, Enrique Ochoa del que se desconoce la
afiliación a su partido, ya que la credencial que presentó firmada por el
excandidato presidencial Luis Donaldo Colosio fue muy poco creíble, sobre todo
porque los priistas de la época comentan que en ese tiempo el partido otorgaba
una cartilla.
Y casi un
año y medio después eligen, por primera vez en su historia a un candidato
independiente que, como ellos mismos señalan, podría ser representante del
PANRI.
Aunque Meade se reunió ayer con el
secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio, y por ahí con la dirigente del
MT, Lorena Martínez y la diputada Esthela Ponce, todavía se requiere un gran
camino para aplanar el terreno y, en definitiva, pasa por las candidaturas.
Y también
por los cambios en el gabinete, que serán después del evento del 3 de
diciembre. El más obvio es el de Aurelio
Nuño, quien será el coordinador de campaña, pero también se espera el de Luis
Miranda, de Sedesol y de Gerardo Ruíz Esparza, de SCT.
La permanencia de Osorio Chong en la
Secretaría de Gobernación todavía está por verse ya que aseguran que se le dará
una senaduría plurinominal, pero no saben si dejará de inmediato la dependencia
o hasta marzo próximo.
Pero recuerdan cómo Manuel Bartlett, quien quedó
resentido por no ser el candidato, ensució la elección Presidencial con la
caída del sistema en 1988.
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