A menos de dos años de haber sido
nombrado para liderar Petróleos Mexicanos (Pemex), José Antonio González Anaya
dejó el cargo para encargarse de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público
(SHCP). El tiempo que duró en la petrolera, la producción de crudo se desplomó
a niveles no vistos desde 1990, mientras que las importaciones de combustibles
alcanzaron un máximo histórico.
Las refinerías de Pemex estuvieron
plagadas de accidentes e ineficiencias que le han costado miles de millones en
pérdidas. Las afectaciones más significativas en este año fueron los paros
prolongados en la refinería de Salina Cruz, Oaxaca, por culpa entre otras cosas
de los desastres naturales, y los trabajos de mantenimiento en su planta en
Ciudad Madero, Tamaulipas.
En octubre,
la Empresa Productiva del Estado compró
el 76.7 por ciento de las gasolinas y diésel, la mayor proporción mensual en la
historia de Pemex, que lleva registros desde 1990.
El sistema de refinación de Pemex
produjo 179 mil 500 barriles diarios de gasolinas y 99 mil 400 de diésel, un
total de 278 mil 990.
El 8 de
febrero de 2016 José Antonio González Anaya asumió la dirección de Pemex, su
segundo cargo bajo la actual administración de Enrique Peña Nieto, luego de
haber sido titular del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), funcionario
de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y economista del Banco
Mundial.
Durante su gestión, Pemex reportó una
pérdida neta de 101 mil 804 millones de pesos en el tercer trimestre del año,
debido principalmente a pérdidas cambiarias y mayores costos, de acuerdo con un
informe enviado a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) en octubre pasado.
Los
principales resultados de la Empresa Productiva del Estado muestran números negativos en el tercer trimestre de 2017. La
producción de crudo, por ejemplo, cayó 11.9 por ciento al ubicarse en mil 884
miles de barriles diarios.
La producción de gas natural también
tuvo una disminución de 14.2 por ciento alcanzando los 4 mil 91 mil millones de
pies cúbicos por día.
“González Anaya deja Pemex con un
proceso de deterioro convocado por [Emilio] Lozoya. Con dos años en la dirigencia no
puedes hacer nada. No hay de otra que dejarlo así”, dijo a SinEmbargo Miriam
Grunstein Dickter, investigadora del México Center Rice University.
En general, en el mes de septiembre, la producción
nacional de petróleo se ubicó en mil 73 millones de barriles diarios, su caída
más significativa en términos porcentuales en los últimos 20 años y este nivel
de producción es similar al alcanzado durante los primeros meses de 1990,
informó Pemex.
“En la parte
financiera hay un esfuerzo para destacar, pero todavía hay retos considerables
como la caída en las reservas petroleras. En octubre alcanzó mínimos
históricos, pero eso se debe a eventos coyunturales”, explicó Arturo Carranza,
especialista en temas energéticos del Instituto Nacional de Administración
Pública (INAP).
PEMEX
NECESITA CONTINUIDAD DE DIRECTORES .
En lo que del sexenio de Peña Nieto,
Pemex ha sido dirigida por tres directores: Emilio Lozoya Austin (2012 a 2016),
González Anaya (febrero de 2016 a noviembre de 2017) y Carlos Alberto Treviño
Medina (a partir del 27 de noviembre).
Diversos
analistas coinciden en que el Gobierno
debería nombrar a los directivos de Pemex a partir de criterios técnicos y no
políticos para que pueda haber continuidad en el cargo.
“Pemex es la empresa más importante
en México y le haría bien tener más estabilidad en términos de la dirección de
la empresa. Le haría bien conservar una estructura directiva en un tiempo más
largo, le haría bien tomar sus decisiones a partir de criterios técnicos y no
políticos”, mencionó
Arturo Carranza.
Para Miriam Grustein, una empresa
petrolera necesita un director con visión a largo plazo y que no esté como
tablero político para ver cómo funciona.
“Dirigir
Pemex es una labor de un profesional. No hay compromiso, González Anaya no
estaba haciendo un mal trabajo, pero estaba haciendo un trabajo de saneamiento
financiero, estaba recortando, no
generando negocio y Carlos Alberto Treviño Medina comparte esa misma visión,
ese mismo paradigma”, expuso la académica.
SU ÚNICO
LOGRO: DISMINUIR LA DEUDA.
A pesar de
estos resultados, González Anaya dejó Pemex en un mejor estado que cuando llegó
al cargo en febrero de 2016. Enrique Peña Nieto le dio el mandato de fortalecer
las finanzas de la petrolera y acelerar la transformación para aprovechar la
Reforma Energética del país.
En gran
parte lo hizo. Pemex reportó tres trimestres consecutivos de ganancias después
de cuatro años seguidos de pérdidas y formó asociaciones para exploración
petrolera con Chevron, BHP Billiton y Ecometrol, entre otros.
Aún con resultados financieros
mejorados durante la primera mitad del año, Pemex reportó una pérdida de 5 mil
300 millones de dólares en el tercer trimestre del año, devastada por los
desastres naturales.
A pesar de ello, González Anaya fue
capaz de estabilizar la deuda de la compañía de casi 100 mil millones de
dólares, un esfuerzo
que le ha sido reconocido por las calificadoras Fitch Ratings y Standard &
Poor’s, las cuales revisaron sus perspectivas para Pemex a estables desde
negativas a principios de este año.
“La tarea de
González Anaya en Pemex destaca por el esfuerzo que hizo para ordenar las
finanzas de la empresa. Cuando tomó las riendas de Pemex la situación
financiera de la empresa estaba de cabeza a raíz de la crisis de los precios
del petróleo y el tiempo que duró en la petrolera logró de ordenar de una
manera razonable las finanzas”, reconoció el economista Arturo Carranza.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario.