El lunes 18 un grupo de
representantes de Morena acudió a las oficinas centrales del Instituto
Electoral de la Ciudad de México (IECM) para intercambiar puntos de vista con
los consejeros electorales sobre el convulso proceso comicial en la capital del
país.
La visita
del grupo encabezado por José Agustín Ortiz Pinchetti y Alejandro Encinas
Rodríguez no fue de cortesía. Éste
recriminó a sus interlocutores la pasividad con que se conducen desde las
precampañas, así como por la abierta intromisión de autoridades capitalinas,
jefes delegacionales y dirigentes del Sindicato Único de Trabajadores del
Gobierno de la Ciudad de México en favor de Alejandra Barrales, candidata de la
coalición Por la CDMX al Frente.
“En un proceso marcado por la compra
y coacción del voto y el baño de sangre que no se veía desde 1988 –con los
asesinatos de los perredistas Francisco Xavier Ovando y Román Gil Heráldez–, lo
que se necesita es un órgano garante de la ley, que se comprometa realmente a
garantizar que el 1 de julio la jornada se desarrolle en paz, sin sobresaltos”, sostiene Encinas en entrevista.
Y
puntualiza: “El IECM no ha sido neutral;
ha sido omiso”.
La desconfianza de Encinas en el
árbitro electoral capitalino tiene sustento. De acuerdo con un análisis
elaborado por un grupo de asesores de Morena, los consejeros electorales fueron
electos por cuotas partidistas, principalmente del PRD, PAN y PRI.
Mario
Velázquez Miranda, actual presidente consejero del Instituto, por ejemplo, sostiene Encinas, fue electo
por acuerdo del PRI y el PRD. Lleva 12 años en el organismo, donde ha
desempeñado diferentes cargos.
Y aunque ha
mantenido una actitud institucional, se
le recuerda por su voto a favor de dos polémicas resoluciones en 2015, dice: la
que le negó el registro a Xóchitl Gálvez, candidata del PAN para delegada en
Miguel Hidalgo, y la que le concedió el registro a Miguel Ángel Salazar,
candidato del PRI por Cuajimalpa, a pesar de que el entonces Tribunal Electoral
del Distrito Federal certificó que cometió promoción personalizada con recursos
públicos.
De cuotas y
filiaciones.
Según los
autores del informe, el consejero Yuri
Gabriel Beltrán Miranda forma parte de un equipo estrechamente vinculado al
PRI, aunque califica su desempeño como “institucional y destacada”. El vínculo
con el PRI surge a partir de la relación laboral que tuvo con la exmagistrada
electoral María del Carmen Alanís, plenamente identificada con el priismo.
Respecto a
la consejera Gabriela Williams Salazar,
añaden, arrastra un tufo partidista, en particular del PAN, a través del actual
candidato a la alcaldía de Benito Juárez, Santiago Taboada.
Este vínculo surge de la relación que
mantiene con Eduardo Arana Miraval, quien fungió como magistrado electoral en
la Sala Regional del entonces Distrito Federal y más tarde fue nombrado
magistrado del Tribunal Electoral de la Ciudad de México con el respaldo del
PAN.
La consejera Carolina del Ángel Cruz
también se identifica con ese partido. Entre 2005 y 2012 trabajó con el
entonces consejero Fernando Díaz Naranjo –quien ocupó dicha posición gracias a
los buenos oficios del PAN– y representó a ese instituto político en litigios contra el INE, como
consta en las sentencias SDF-JIN 102/2015 y su acumulado SDF-JIN103/2015, que
interpuso contra el Consejo Distrital 5 de ese órgano en el DF (hoy CDMX).
A Del Ángel se le relaciona con Jorge
Romero, coordinador del grupo parlamentario del PAN en la ALDF y cacique en
Benito Juárez.
Y en lo concerniente a los consejeros
Mauricio Huesca Rodríguez y Myriam Alarcón Reyes, el reporte de los
legisladores de Morena menciona su proclividad al PRI. El primero, por su
cercanía con María del Carmen Alanís cuando fue magistrada electoral en la Sala
Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación; ahí,
Huesca Rodríguez fungió como secretario de Estudio y Cuenta.
Alarcón Reyes, por su parte, prestó
sus servicios al grupo parlamentario del PRI en el Senado antes de ingresar al
IECM, primero como titular de la Unidad de Archivo, Logística y Apoyo a Órganos
Desconcentrados y ahora como consejera. Ella tiene una estrecha relación con el
también consejero Yuri Beltrán.
Al consejero Bernardo Valle Monroy,
siempre de acuerdo con el análisis citado, se le vincula con el PRD, en
particular con el grupo que dirige el presidente de la Comisión de Gobierno de
la Asamblea Legislativa (ALDF), Leonel Luna Estrada, y con el secretario de
Educación del gobierno de la CDMX, Mauricio Rodríguez, quien, a su vez,
responde a los intereses de Alejandra Barrales.
Valle Monroy ingresó al IECM desde su
fundación impulsado por el PAN, pero en 2012, cuando se desempeñaba como
secretario ejecutivo, se acercó al PRD y el partido lo arropó para formar parte
del Consejo General del instituto.
En su
análisis, los asesores de Morena advierten
que la reforma político-electoral de 2014 –que buscaba reforzar la autonomía de
los órganos electorales en las entidades federativas–, en el caso de la CDMX no
ha funcionado del todo, pues “en la conformación del Consejo General del
instituto se aprecia un claro reparto de cuotas entre PRI, PAN y PRD, con
influencia de funcionarios electorales vinculados a estos partidos”.
Las áreas administrativas, destacan,
tampoco han escapado a esa situación. Y ponen como ejemplo el caso de la
Contraloría General:
“El Consejo General del IECM ha
aceptado sin manifestar la más mínima oposición que desde la Asamblea
Legislativa se distribuyan recursos de su presupuesto a la Contraloría, en una
flagrante violación a su autonomía presupuestaria”.
El
Expediente Toledo.
Los consejeros no han hecho ni el
mínimo esfuerzo por impedir que la contraloría se llene de personal claramente
identificado con Mauricio Toledo Gutiérrez, “El Tomate”, exjefe delegacional de
Coyoacán y actual candidato a diputado federal, sostienen los asesores
morenistas en su informe.
Toledo, dicen, es uno de los principales activos de
Barrales, junto con Leonel Luna Estrada, “El Guatemalteco”; ambos rinden
cuentas a su jefe político, Héctor Serrano Cortés, “El H”.
Toledo arrastra un negro historial en
su carrera política, iniciada en 1980, cuando tenía sólo 17 años –hoy tiene
38–. Como titular de la delegación Coyoacán (2012-2015) fue señalado de
corrupción y de amenazar a empresarios de la construcción por negarse a pagar
un diezmo. En 2013 su entonces secretario particular, Eduardo Ramírez, fue
detenido y recluido por sobornar a un empresario gasolinero.
Lucró también con el espacio público
por medio de Valentín Maldonado, quien lo sucedió en la demarcación, pues
otorgó permisos de uso de suelo, entre ellos el controvertido complejo
comercial Be Grand Pedregal, y solapó un sinnúmero de proyectos inmobiliarios
irregulares. Durante su gestión proliferaron las narcotienditas en los
Culhuacanes, Pedregal de Santo Domingo, Ajusco y Adolfo Ruiz Cortines, entre
otras colonias.
Por si fuera
poco, en 2015 fue acusado de la muerte
de Óscar Favila, un trabajador de la delegación adscrito al área de Recursos
Humanos que denunció a Toledo por actos de corrupción. Dos años más tarde
también fue inculpado por el homicidio de Manuel Saavedra por un caso similar.
En su
expediente, Toledo también carga con la
acusación de privatizar los espacios deportivos. Un caso: cuando estuvo al
frente de la delegación Coyoacán se invirtieron 3.5 millones de pesos en la
rehabilitación del deportivo Espartaco. Cuando concluyeron los trabajos, lo
puso en manos privadas.
Su red clientelar se extiende a los
poderes Judicial y Legislativo. En 2013 maniobró para que su madre, Clementina
Gutiérrez Durán, fuera asesora en la ALDF, donde cobraba más de 60 mil pesos al
mes.
En el IECM “lo que ha hecho Toledo es usar un órgano
autónomo, como la Contraloría General, con fines políticos, con la complacencia
de los consejeros”, destacan los legisladores morenistas.
Para muestra
un botón: el pasado 30 de abril el
Consejo General del IECM aprobó en sesión pública modificaciones a la
estructura orgánico-funcional de la Contraloría Interna, con el fin de
fortalecer, implementar y adecuar la estructura y el programa de honorarios
para la puesta en marcha del Sistema Nacional Anticorrupción. Para el efecto se
le otorgó al IECM una partida extraordinaria de 8 millones de pesos.
A decir de
los legisladores morenistas, dicha
reforma en la Contraloría consistió en la apertura de por lo menos 35 nuevas
plazas, mismas que –alertan– podrían terminar en manos de Toledo.
La red del
exdelegado.
El polémico exjefe delegacional en Coyoacán
tiene una vasta plantilla de colaboradores en la nómina de la Contraloría del
IECM.
La lista la encabeza su hermano
Nelson Toledo Gutiérrez, quien actualmente se desempeña como sub-contralor de
Atención Ciudadana y Normatividad. En mayo de 2014 Nelson fue exhibido en un
video contando dinero y vales de despensa que presuntamente cobró a empleados
como retribución económica por las plazas otorgadas.
También
aparecen María de Lourdes Rodríguez
Loustalot, cuñada de Nelson, con el cargo de secretaria de Unidad; Emma Arriaga
Medina, quien se desempeña como coordinadora técnica de Proyectos y cobra 73
mil 300 pesos mensuales.
Emma –madre de Rodrigo Méndez
Arriaga, director general de Desarrollo Social en la delegación Coyoacán
durante la administración de Mauricio Toledo y en un tramo de la gestión de
Valentín Maldonado– tiene abierta una investigación en la Fiscalía
Especializada Para la Atención de Delitos Electorales por ofrecer tarjetas de
apoyo económico a cambio de afiliarse al PRD.
Más nombres:
Blanca Patricia Vaca Partida labora como
supervisora grupo B, con un sueldo de 25 mil 374 pesos mensuales. Antes de
incorporase al IECM fue jefa de la Unidad Departamental (JUD) de Orientación
Jurídica de Los Culhuacanes, delegación Coyoacán, cuando Toledo era el titular
de la demarcación.
Delia Quintero Martínez ocupó hasta
el 31 de diciembre pasado la plaza de “técnico especializado”, a pesar de
dedicarse a la crianza de niños. En 2015 fue JUD en la Casa de la Cultura Jesús Reyes
Heroles, también en Coyoacán.
Héctor Fernando Arellano Rivera
aparece en la nómina con la plaza de Jefe de Departamento de Normativa y
Consultiva a Procesos Electorales y Participativos de la Contraloría General.
Es hermano de Diana Arellano Rivera, exdiputada constituyente del PRD que hoy
labora en la Secretaría de Educación del gobierno de la CDMX, cuyo titular es
Mauricio Rodríguez Alonso.
Johana Elvira Bahena Aguilar, jefa de
Departamento en la Contraloría General. Entre 2014 y 2015, antes de
incorporarse al IECM, era subdirectora de Asistencia Legal en Coyoacán.
Salomón Mendoza Inzunza tiene la
plaza de auxiliar de Servicios; es hijo del exdirector Jurídico y de Gobierno
de la misma demarcación.
Gustavo Elías Zamora Issa, Jefe de
Departamento de Quejas y Denuncias también en Coyoacán, es hijo de Elías Issa
Tovar, exdirector de Promoción Deportiva y actual secretario particular de
Édgar Jiménez Santillán, quien está al frente de la dependencia.
Octavio Pérez García, subdirector
consultivo de Apoyo a Comités, Quejas y Denuncias, es hijo de un operador de
Toledo en la colonia Espartaco. Otro integrante de la red de Toledo en Coyoacán, Javier Guzmán Soto, es sub-contralor de
Vinculación con Procesos Electorales y Participativos y tío de Jean Carlos
Javier Bautista, director territorial de Culhuacán.
Issac Paulino Garcés trabaja como
analista y lo vinculan con un dirigente vecinal y operador de Toledo en la
colonia Espartaco. Martha Nohemí Souza Suárez tiene una plaza similar y también
es señalada como operadora de Toledo en la Unidad Habitacional El Hueso.
Saúl Meneses Flores, jefe de
Departamento de Apoyo a Procesos Electorales y Participativos, es hijo del
operador de Toledo en la colonia CTM VI Sección, mientras Carlos Alberto Larios
Hernández, analista, es hijo del coordinador del Comité Ciudadano de la colonia
Presidentes Ejidales.
La
preocupación de Encinas.
Encinas externa su preocupación por
la mezcolanza de intereses en el IECM y las proclividades partidistas en la
jornada electoral del 1 de julio. Por eso, dice, él y
otros compañeros de Morena decidieron reunirse con los consejeros para pedirles
que se ciñan a la ley y se conduzcan con neutralidad.
Y cuando Beltrán Miranda replicó a los visitantes
por qué pretendían una elección “inmaculada”, Encinas le respondió: “No, consejero, lo que queremos es una elección legal. Ni
más ni menos”.
De acuerdo con la plataforma Juega
Limpio, hasta la semana pasada se habían recibido 734 denuncias por presuntos
delitos electorales, la mayoría de las cuales se concentraban en las
delegaciones Iztapalapa (16.49%), Coyoacán (13.22%), Gustavo A. Madero (9.54%),
Benito Juárez (8.31%) y Álvaro Obregón, 7.90%.
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