Atzayaelh
Torres.
En este momento la certidumbre es más
valiosa que cualquier mega-yacimiento en México. Vale más que cualquier contrato de
las rondas petroleras o de las subastas eléctricas, es más, supera el valor del
'contrato' de Braskem-Idesa con Pemex.
La exultante posibilidad de que López
Obrador llegue a la Presidencia de la República tiene al sector en vilo, un
temor que no es gratis, pues a pesar de que las empresas, a través de sus
asociaciones u organismos, dicen no perder la calma, en la realidad las propias
autoridades les han metido en la cabeza el miedo de manera involuntaria.
A este espacio llegaron versiones de
que en reuniones con petroleras como ENI, la propia Comisión Nacional de
Hidrocarburos les ha informado que mantienen varios “trámites” detenidos hasta
no ver el desenlace de las elecciones el próximo 2 de julio, aunque no dejaron
claro si fueron comentarios a título personal de los funcionarios o una
posición institucional.
Al ser cuestionada, por supuesto que
la CNH lo negó, y dijo que en breve daría paso a los cambios que está revisando
por meros motivos técnicos, en el plan de trabajo de la italiana para que
reanude operaciones ASAP.
Pero a nivel de cancha, los
trabajadores in situ y otros cercanos al caso, sostienen la versión de que hay
miedo de que gane López Obrador y no quieren seguir avanzando, punto.
Lo cierto es que la revisión de los
contratos tiene a todos expectantes, los tiene pensando si es sólo un pretexto
para buscar la reversión de la Reforma Energética, o sólo un grito de guerra en
una campaña política. No lo saben aún.
Durante la campaña, las petroleras,
Secretaría de Energía (Sener), reguladores y demás, desgastaron el discurso de
que los contratos sólo podrían ser revertidos casi casi por el mismísimo
Creador del Universo.
Ahora las empresas se sienten
descobijadas pues han caído en cuenta que su continuidad depende en gran medida
del Ejecutivo Federal, vía la Sener, y no de la autonomía de los órganos
reguladores, quienes sólo pueden sugerir si es oportuno o no, organizar alguna
ronda o licitar algún contrato.
Así, pocos fueron los acercamientos que
tuvieron las diferentes organizaciones del sector energético con el equipo de
Andrés Manuel y hoy tienen nervios. Incluso apenas hoy el Consejo Mexicano de
la Energía (Comener), que comanda Juan Acra, se reunirá con ellos, un equipo
que representa a quien dijo que si lograban llegar vencedores la semana que
viene, buscarían reunirse de inmediato con el presidente Peña Nieto para
pedirle que no otorguen más contratos y que hagan una transición ordenada.
La incertidumbre ha pesado más de lo
que podemos imaginar en el sector energético. Este domingo se abrirán más dudas
de las que se podrán despejar, sin embargo, la ventaja es que tendremos a quien
pedirle respuestas y no sólo promesas de campaña.
¿TODOS
TIENEN SU PERMISO?
En un país que puede almacenar gasolinas
para menos de tres días, fomentar la construcción de terminales es prioridad.
En El Financiero hemos dado cuenta de sendas inversiones en terminales de
almacenamiento que se están haciendo en diferentes partes del país, pero ¿todas
tendrán ya sus permisos en orden?, fuentes nos reportan de al menos tres
importantes proyectos que ya están en construcción aun no cuentan el aval de la
Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA), en cuanto lo que se refiere al
SAISOPA, un sistema de administración de seguridad industrial y operativa, y
cuyo trámite, cuentan, llega a tardar en el mejor de los casos hasta seis
meses. Valdría la
pena que Guillermo García Alcocer, presidente de la Comisión Reguladora de
Energía, quien sí ha emitido a tiempo los permisos para las diferentes
construcciones, les eche una revisada, o de plano que escale directo a la
oficina de Aldo Flores, subsecretario de Hidrocarburos de la Sener.
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