miércoles, 26 de diciembre de 2018

Actuar con transparencia y sensibilidad.


Georgina Morett.

Desde la elección de julio pasado, Puebla se convirtió en el centro del conflicto político del país. La llegada de Martha Erika Alonso a la gubernatura del estado golpeó al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, al Partido Acción Nacional y su fracción en el Senado, que tomó decisiones basado en la fuerza de Rafael Moreno Valle, así como al estado.

Este accidente aéreo puede tener repercusiones políticas si no se maneja con absoluta transparencia y sensibilidad, ya que por desgracia la polarización en México ha crecido en el actual sexenio y fue una constante en los 10 días del gobierno de Martha Erika Alonso.

Y una muestra de ello fue lo sucedido en la ceremonia luctuosa, en la que los presentes abuchearon a la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, y a los morenistas.

En el Congreso de Puebla, Morena tiene 14 diputados y sus aliados en la elección, PES y PT, 4 cada uno, con lo que hace un total de 22; el PAN cuenta con 6, y sus aliados: MC, 3; PRD, 2, y Compromiso por Puebla 1; es decir, 12 en total; PRI 4, Panal 2 y PVEM 1.

Ahora, de acuerdo con el artículo 57, fracción XVII de la Constitución, le corresponde a un Congreso con mayoría de Morena “elegir con el carácter de interino al ciudadano que deba sustituir al gobernador de elección popular directa, en sus faltas temporales, o en su falta absoluta, si esta acaeciere en los dos primeros años del período constitucional”, quien tendrá entre tres y cinco meses para realizar la nueva elección de gobernador.

Antes de tomar decisiones, los legisladores de Morena, quienes de alguna forma obligaron a Martha Erika Alonso a tomar protesta ante el Tribunal Superior de Justicia del estado, deben sopesar la empatía que está desgracia provoca en la ciudadanía hacia el Partido Acción Nacional.

Sabiamente su principal contendiente, quién fue el candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, Miguel Barbosa, fue muy prudente al señalar que no tiene una opinión sobre el hecho de si aspirará nuevamente a gobernar su estado, y acotó que por el momento no comentará más allá de lo que tenga que ver con la solidaridad por el accidente aeronáutico.

Y es que la historia nos ha mostrado la empatía de los ciudadanos mexicanos hacia la desgracia: después del asesinato del candidato priista a la presidencia, Luis Donaldo Colosio, Ernesto Zedillo se convirtió en el primer mandatario con el 48.69 por ciento de los votos.

Es por eso que si los diputados de Morena mantienen el enfrentamiento con sus contrincantes de la oposición y eligen a un mandatario interino morenista, la tensión puede incrementarse en el estado y tener repercusiones a nivel nacional.

El presidente del PAN, Marko Cortés, pidió al Congreso de Morena que se respete que su partido ganó la elección y sea un panista el gobernador interino, pero aunque esto sea parte de los usos y costumbres de nuestro país, no está contenido en ninguna legislación.

Si el Partido Acción Nacional pierde en la próxima elección de Puebla tendría 11 gobernadores, además de que enfrenta unos comicios muy complicados en Baja California, donde gobierna y tiene fuertes posibilidades de perder.

Y en su interior, la muerte del exgobernador y coordinador de los senadores, Rafael Moreno Valle, desbalancea la tan difícil fórmula que permitió a Marko Cortés llegar a la presidencia, con Héctor Larios como secretario general.

Rafael Moreno Valle, según decían sus allegados, buscaba ser el candidato presidencial del PAN en 2024, para lograrlo no sólo tenía la fuerza al interior de su partido, si no fuertes redes de apoyo tanto en el PRI como con la exlideresa del SNTE, Elba Esther Gordillo.

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