La pareja matrimonial de políticos
mexicanos Rafael Moreno Valle y Martha Érika Alonso Hidalgo, quienes murieron
en un accidente aéreo, lograron construir en el central estado de Puebla un
sólido régimen político conocido como “el morenovallismo”.
De la mano
del partido conservador de Acción Nacional (PAN), Moreno Valle logró ser gobernador del estado de Puebla (2010-2016),
precandidato presidencial y senador, mientras que su esposa fue la presidenta
del sistema asistencial hasta que el pasado 15 de diciembre tomó posesión como
gobernadora tras meses de una batalla jurídica por el resultado de las
elecciones del 1 de julio.
Más allá de sus cargos públicos,
ambos consolidaron el régimen del “morenovallismo” con un control de la
política local, la modernización de las principales ciudades y un crecimiento
económico del estado por encima de la media nacional.
Sin embargo,
fueron señalados por la oposición de
ejercer el poder con mano de hierro, encarcelar a los principales líderes
sociales y políticos, ejercer presión contra alcaldes contrarios y abandonar a
los sectores más vulnerables.
Sin hijos, ambos enfocaron sus vidas en sus
respectivas carreras políticas perfectamente entrelazadas y siempre con un
círculo de colaboradores muy cercano y con una ausencia de contacto con las
clases sociales más marginadas del estado.
Difícilmente daban entrevistas de
prensa, pocas veces convivían con personas ajenas a su círculo rojo e incluso
constantemente viajaban por vía aérea, lo que les supuso constantes críticas de
líderes empresariales y políticos.
En dos helicópteros tipo Augusta
realizaban todos sus viajes tanto dentro de la capital como en el resto del
estado y del país.
Se trata de
un aparato, modelo 2010 tipo Grand con un costo de mercado de 7.5 millones de
dólares y otro 2011 tipo Koala con un valor en el mercado de 3.65 millones de
dólares.
Moreno Valle
utilizaba de manera cotidiana las dos aeronaves para trasladarse de Casa
Puebla, ubicado en los Fuertes de Loreto, a la zona comercial de Angelipolis
(dentro de la misma ciudad).
Moreno Valle
era nieto del médico militar y político mexicano, Rafael Moreno Valle, quien
fue gobernador de Puebla entre 1962 y 1972.
De su gestión desde el 2010 al 2016
destacó una gran inversión en materia de infraestructura de carreteras, además
de llevar a cabo grandes inversiones en la capital del estado. Aumentando enormemente
la deuda de Puebla.
Cuando dejó la gobernatura en 2016,
colocó como gobernador por un periodo de un año y ocho meses a su amigo
personal el entonces alcalde de Puebla, Antonio Gali, quien mantuvo casi las
mismas políticas del morenovallismo.
Martha Érika Alonso convivía más con
sus colaboradores políticos que con su esposo, pero aún así también tenía un
círculo muy cerrado.
Cuando fue
presidenta del DIF Estatal impulsó diversas campañas en defensa de las mujeres
y agilizó los procesos de adopción. También era raro que otorgara entrevistas a
los medios de comunicación, aunque tenía un gran activismo partidista del PAN.
Martha Érika
Alonso asumió el pasado 15 de diciembre la gobernatura después de una larga
polémica electoral, dado que los los resultados fueron impugnados por la
oposición.
La polémica
por definir quién fue el ganador de las elecciones del 1 de julio -cuando
también el izquierdista Andrés Manuel López Obrador fue elegido presidente del
país- se ha extendido hasta este mes.
El Tribunal Electoral del Poder
Judicial de la Federación (TEPJF) rechazó la posibilidad de anular los comicios
por diversas irregularidades, como denunciaba el Movimiento Regeneración
Nacional (Morena), al que pertenece López Obrador.
El tribunal
ratificó el triunfo de Alonso, quien se había convertido en una de las tres
mujeres que están al frente de alguna de las 32 gobernaturas, junto con Claudia
Sheinbaum (Ciudad de México) y Claudia Pavlovich (Sonora).
En las
elecciones, Alonso, quien contendía de la mano de la Coalición por Puebla al
Frente (PAN, Partido de la Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano),
obtuvo el 38,14 por ciento de los votos.
En la
segunda posición se ubicó Miguel Barbosa, abanderado de la coalición Juntos
Haremos Historia, encabezada por Morena, con el 34,10 por ciento de los
sufragios.
Tras la
muerte de la gobernadora, el Congreso del Estado deberá nombrar a un interino y
convocar a elecciones extraordinarias en las próximas semanas, con lo cual el
“morenovallismo” ha quedado en el limbo.
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