Por Neldy
San Martín.
La
empresa Conjunto de Servicios Industriales –que una firma denunció por fraude y
por no contar con “oficinas, personal técnico, administrativo, maquinaria y
experiencia, ni recursos financieros”– consiguió contratos para importantes
proyectos de Pemex Exploración y Producción cuando Emilio Lozoya Austin dirigió
la petrolera. Al no tener capacidad para realizar las obras adjudicadas,
recurrió ilegalmente a la subcontratación de otra firma, incumplió plazos y
costos, provocó daños millonarios a la hacienda pública y, en virtud de sus
presuntos vínculos con Lozoya, salió impune.
En el
sexenio anterior, Petróleos Mexicanos (Pemex) pretendía procesar al menos 13
mil barriles de crudo al día en las instalaciones de la Batería de Cárdenas
Norte, Tabasco, pero a la fecha no se ha obtenido ni una gota. Se trata de otro
de los pasivos de Pemex en la época en que la dirigió Emilio Lozoya Austin.
Pese a
que las obras han costado más de MIL 678 millones de pesos, la planta está
inoperante debido a una serie de irregularidades, entre ellas que el proyecto
quedó a cargo de una empresa fantasma.
El 31 de
julio de 2015 Pemex Exploración y Producción (PEP) contrató, mediante
adjudicación directa, a la empresa Conjunto de Servicios Industriales, SA de CV
(CSI), para terminar de construir y poner en operación una batería de
separación, estabilización, deshidratación, desalado y medición de petróleo
crudo en las instalaciones de la planta, ubicadas en el kilómetro 114 de la
carretera Cárdenas-Villahermosa.
PEP, en
ese momento dirigida por Javier Hinojosa Puebla por instrucción de Lozoya
Austin, celebró con CSI el contrato 640905805, por 608 millones 750 mil pesos,
para terminar de desarrollar el “proyecto Cárdenas” en un plazo de ejecución de
330 días: del 3 de agosto de 2015 al 27 de junio de 2016.
Sin embargo,
CSI no contaba con la capacidad técnica ni financiera para hacerse cargo de
la obra. Constituida desde 1993 con un capital de 50 mil pesos, ni siquiera
tiene oficinas. La empresa reporta como su dirección fiscal el número 243,
interior 901, de la calle Durango en la colonia Roma, pero esa oficina está
abandonada. En internet señala que cuenta con oficinas en San Lorenzo 153,
interior 604, en la colonia Tlacoquemécatl, pero ahí el guardia de seguridad
informa que “siempre preguntan por la compañía”, pero él no la conoce.
A pesar
de que Pemex lo prohibió en las cláusulas, CSI recurrió a un esquema de
subcontratación para la totalidad de la obra con la empresa Construcciones
Industriales Tapia, SA de CV (Citapia), la misma que supuestamente Emilio
Lozoya recomendó en 2014 a directivos de Odebrecht para que realizara 70% de la
nueva refinería de Tula, Hidalgo.
Ante su
incapacidad, y anticipándose a que Pemex le adjudicara el proyecto, el 11 de
junio de 2015 CSI firmó un contrato paralelo con la empresa Citapia, cuya copia
tiene Proceso, para que ejecutara el proyecto completo.
Según las
cláusulas de ese documento, ante PEP el único responsable y asignatario del
proyecto Cárdenas sería CSI, pese a que Citapia financiaría “en efectivo o en
especie las actividades necesarias para la consecución del Proyecto Cárdenas”.
Asimismo, se
lee en la cláusula “e”: “El asociado por su cuenta obtendrá las fianzas
necesarias para que CSI ante PEP cumpla con el proyecto”.
El acuerdo
establecía que la subcontratista financiaría 75% de las obras, estimadas en
un total de 154 millones de pesos, que la utilidad en el cobro de estimaciones
extraordinarias sería de 50% para cada empresa, y que celebrarían un
fideicomiso de administración y garantía con el que CSI cedería los derechos de
cobro en favor de la empresa que ejecutara los trabajos, previa autorización de
PEP, pero esto último nunca ocurrió.
Pleitos
legales.
En 2017 Citapia,
propiedad de Juan Carlos Tapia Vargas, denunció penalmente a CSI ante la
Procuraduría General de Justicia de Hidalgo, en Pachuca, por presunto fraude al
incumplir el contrato, acusando a su socio de un adeudo de 255 millones 899 mil
pesos tras el avance de más de 70% de la obra hasta septiembre de 2016, cuando
ya no pudieron continuar los trabajos porque les fue impedido el acceso a las
instalaciones propiedad de PEP.
También levantaron
una denuncia ante la Fiscalía General del Estado (FGE) de Tabasco, en Cárdenas,
por el presunto robo de equipo y herramientas que se quedaron en el lugar
cuando les fue negado el paso a sus trabajadores.
En 2018 el
contrato fue embargado por un juzgado civil de Villahermosa, pero CSI logró
librar el problema con documentación presuntamente falsa.
Para ese
año, el contrato para el proyecto de Batería Cárdenas Norte se incrementó a
760 millones 190 mil pesos, luego de cinco convenios modificatorios de prórroga
entre Pemex y CSI para la terminación de los trabajos durante 2016 y 2017, a
los que este semanario tuvo acceso a través de la solicitud de información
1857500016719. En ninguno de esos convenios PEP menciona a Citapia u otra
empresa subcontratada.
Todos fueron
firmados por Enrique Fragoso Méndez, representante legal de CSI, y Alfredo
Musalem Solís, quien se desempeñaba como gerente de Contrataciones para
Servicios a la Explotación y Perforación de Pemex y luego como apoderado de
PEP.
El quinto
convenio estableció que la obra se daría por terminada el 31 de octubre de
2018. Pero las versiones en Pemex al respecto son contradictorias. Vía
transparencia, PEP respondió a Proceso que la obra está concluida, pero que,
pese a dedicarse a Exploración y Producción, no cuenta con la cifra de la
producción de crudo de la planta.
En la misma
solicitud de información, el Grupo Multidisciplinario de Operación de Pozos e
Instalaciones del Activo adscrito al Activo Integral de Producción Bloques S03
de Pemex, al que corresponde la Batería Cárdenas Norte, contradijo a PEP:
“No hay producción (de crudo) dado que no se ha concluido la obra”,
respondió.
Presuntos
daños millonarios.
El
proyecto de Batería Cárdenas Norte tuvo problemas desde el inicio. En el
gobierno del expresidente panista Felipe Calderón, el 24 de junio de 2010, la
obra fue adjudicada a Grupo Tradeco por un monto de 834 millones 982 mil pesos
mediante la licitación pública 18575106-005-10.
Luego de
una decena de convenios para modificar los plazos y el monto hasta 918 millones
312 mil pesos, en 2014 se le rescindió el contrato 420900803 por
incumplimiento, según la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
Al
finiquitar el contrato con Tradeco, PEP decidió adjudicar directamente el
proyecto a CSI. En las observaciones con fecha del 16 de noviembre de 2018
sobre la cuenta pública 2017, la ASF detectó un probable daño o perjuicio o
ambos de PEP a la Hacienda Pública Federal por un monto de 56 millones 715 mil
pesos, más intereses generados, por concepto de suministro y colocación de
equipos de instalación permanente, aun cuando PEP ya había realizado la
adquisición y pago de esas instalaciones al amparo del contrato anterior con
Tradeco.
La ASF
dio cuenta del incumplimiento de los plazos en el contrato con CSI pese a los
convenios modificatorios y de un incremento de 151 millones 440 mil pesos para
que concluyera el proyecto. Además, cuando se otorgó el contrato a CSI se tenía
“un avance en la obra civil, tuberías, infraestructura, eléctrica, servicios
auxiliares, procesos, instrumentación y control de 90.08% y un avance
financiero de 73.49%”.
Además, observó
un presunto daño por 76 millones 611 mil pesos, más intereses, por el pago de
arrendamiento de equipo durante la construcción de la planta, aunque en las
especificaciones del contrato con CSI se estipulaba que eran responsabilidad de
la contratista.
También registró
otra supuesta afectación por 3 millones 94 mil pesos por el pago de 17 cursos
de capacitación para el personal de PEP para la operación, configuración y
mantenimiento de cada uno de los equipos de instalación permanente, “que no se
ajustaron a las condiciones establecidas en las especificaciones particulares,
más los intereses generados del contrato 640905805 respecto a las horas, la
cantidad de personal y los avances físicos de los trabajos”.
“Personal de
la ASF observó (que los trabajos) los realizaban compañías ajenas al
proyecto, en atención de la visita del resguardo por parte del Activo, y que
son completamente ajenos a los alcances del contrato núm. 640905805”, señaló el
órgano fiscalizador sobre su revisión de 2018, por lo que CSI habría
subcontratado nuevamente a otra empresa cuando Citapia quedó fuera del proyecto
en 2016.
El
“privilegio de información”
En una carta
dirigida al expresidente Enrique Peña Nieto, con fecha del 29 de agosto de
2017, a través de la Dirección General de Atención Ciudadana, Citapia acusó
a Froylán Gracia Galicia –coordinador ejecutivo de la dirección general de
Pemex durante la administración de Emilio Lozoya y cercano a él– de ordenar la
adjudicación del contrato a CSI pese a no contar con “oficinas, personal
técnico, administrativo, maquinaria y experiencia, ni recursos financieros”.
En la carta,
así como en las denuncias penales, Citapia señala como propietario de CSI a
Erick Walter Legorreta López, presidente de la Asociación Mexicana de la
Industria del Petróleo (Amipe).
Sin embargo,
Legorreta López no aparece en el acta constitutiva de la empresa. Su rastro
como dueño de CSI es débil: este semanario sólo tuvo acceso a una serie de
correos electrónicos en los que Legorreta se ostenta como “representante legal
de CSI”, un documento interno de la compañía con su firma en 2014, así como un
contrato de arrendamiento y recibos de pago de un departamento en la colonia
Anzures que lo vinculan directamente a CSI de Enrique Fragoso.
“A través
de la asociación que preside (Amipe), Erick Walter Legorreta López ha generado
los vínculos necesarios para favorecer a su empresa CSI, la cual evidentemente
opera a través de prestanombres, con el respaldo de altos niveles políticos y
con el apoyo de algunos asesores de Petróleos Mexicanos. Fomentando así la
clandestinidad de su vinculación con la misma”, se lee en el documento.
También se señala
que CSI tuvo “un claro privilegio de información” que le permitía asegurar un
mes antes que se le adjudicaría el contrato.
La Amipe es
una asociación civil que agrupa a empresas del sector energético y a la que se
vincula estrechamente con Emilio Lozoya y su coordinador ejecutivo, Gracia
Galicia. Según un boletín de Pemex, mientras se desarrollaba la trama de las
obras de Cárdenas, Lozoya participó el 25 de enero de 2016 en la sesión de la
Amipe junto con Legorreta López.
La carta
dirigida a Peña Nieto fue remitida el 7 de septiembre de 2017 a la Unidad de
Responsabilidades de Pemex, que, según un oficio del 9 de octubre de ese año,
determinó que “resultaba procedente iniciar la investigación administrativa
correspondiente”, y la denuncia quedó registrada bajo el expediente
2017/PEMEX/DE965, con la acotación: “La investigación que se inicia se avocará
de manera exclusiva a verificar que los servidores públicos involucrados hayan
cumplido con las obligaciones y principios que deben regir su actuar”.
Nadie fue
sancionado por este caso.
Musalem
Solís siguió firmando los convenios modificatorios con CSI como gerente de
contrataciones y dejó Pemex el 31 de diciembre de 2018, a la llegada de la
nueva administración de Octavio Romero Oropeza. En tanto, Froylán Gracia
Galicia renunció a su puesto en la petrolera en 2016, a la salida de Lozoya,
hoy prófugo de la justicia.
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