El
Presidente Andrés Manuel López Obrador se cuestionó el jueves en su conferencia
de prensa sobre por qué el Instituto Nacional de Geografía y Estadística
(Inegi) no hacía las tareas del Consejo Nacional de Evaluación de la Política
de Desarrollo Social (Coneval).
Ya separado
del cargo, Gonzalo Hernández Licona, ex director Ejecutivo del Consejo, dijo en
entrevista con SinEmbargo, que percibe un desconocimiento de lo que es la
medición de la pobreza cuando debe haber claridad de “quién hace qué”.
En la
conferencia matutina del jueves, el Presidente dijo que no descartaba la
desaparición del Coneval: “no lo descartamos porque la verdad, abusaron con la
creación de todos estos organismos. Crearon aparatos burocráticos sin
beneficio. Llenaron de oficinas, de instituciones supuestamente autónomas, se
puso de moda todo eso y existen instituciones”.
También
consideró dar las tareas al Inegi: “¿por qué el Inegi no hace esa función? Más
de 200 trabajadores y los de arriba bien servidos. Sueldos de 200 o hasta 300
mil pesos mensuales. ¿Para qué se optó por eso? Para simular”, afirmó e
insistió en que el Coneval no funcionó en el periodo de mayor pobreza en
México.
El lunes
pasado, Gonzalo Hernández Licona fue destituido del puesto que ocupó durante 13
años y denunció las medidas de austeridad aplicadas en esta nueva
administración federal al Coneval. Dijo que el problema de los recortes era que
se ataca a la Dirección General Adjunta, que a decir de Licona, “son los que
conocen los temas técnicos y quienes hacen la chamba día a día”.
Sin ese
personal, detalló Licona, se afecta la realización de las evaluaciones de los
programas sociales y de la evolución salarial, ya que el Coneval siempre ha
sido una dependencia “austera”.
Luego se dio
a conocer que la negociación ente Coneval y la Secretaría del Bienestar llevaba
meses y que el despido de Licona se decidió hace un mes.
Hernández
Licona dijo que en la negociación para aligerar el recorte, la Secretaría del
Bienestar le pidió los nombres de los pobres que el Coneval mide:
“El
Coneval nunca ha tenido los nombres de ningún beneficiario, no se necesitan los
nombres para estimar la dimensión de pobreza. El trabajo de Coneval es tanto
análisis estadístico con encuestas a hogares, como el trabajo de campo con la
población al mismo tiempo. Eso nunca implica tener los nombres ni los
beneficiarios. Ni el Ingei lo tiene. Pero bueno, son cosas que uno va a
prendiendo con el tiempo”.
“Cuando me pidieron eso yo expliqué que esa no
era la función del Coneval. Entiendo que los nombres son importantes para
repartir recursos, pero tienen que encontrarse de otra manera, una es por el
censo del bienestar, pero ni el Coneval ni el Inegi tienen esos nombres jamás”, agregó.
Sobre lo
dicho por el Presidente de entregar las tareas de Coneval a Inegi, el doctor
consideró que no es una buena idea porque desde Coneval se genera información
“diferente, complementaria y las funciones son distintas. No, no es una buena
idea”.
Por otro
lado descartó que su despido se tratara de una ruptura y lo explica más como
una “mezcla de cosas que seguramente ya habían pensado desde el principio”.
“El
Presidente tiene la facultad de poner al Secretario Ejecutivo del Coneval […]
Es una mezcla de eso y quizá también de pensar que alguien que no conocen sería
el encargado de medir pobreza para un gobierno nuevo. También fui insistente
hace dos meses en el tema presupuestal del Coneval, entonces fue una mezcla de
cosas y creo que por ahí deben estar las razones”, añadió.
Sobre la
crítica que recibió también en la conferencia del día de hoy sobre los 13 años
que llevaba al frente del Coneval, dijo que ha visto a gente que toma el puesto
y que lo deja al año o seis meses y busca otra cosa y están “chapulineando de
un lado a otro” y no solo entre puestos, sino también entre partidos.
“Yo creo que
estar fiel y trabajando a largo plazo es mucho más benéfico que estar con la
actitud de la gente que está saltando a cada rato”.
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