martes, 30 de julio de 2019

Marchas malas.


Javier Risco.

Ayer este diario publicaba a media mañana las declaraciones de la secretaria de Energía, Rocío Nahle, respecto a los trabajos en la refinería de Dos Bocas: “Esto terminó muy bien, lo que es la fase de adjudicación, y hoy, prácticamente esta semana, los contratos que ya se entregaron empieza la participación para que empiecen a trabajar el 1 de agosto”, así anunciaba el banderazo inicial del proyecto energético más importante de lo que va del sexenio.

Un par de horas más tarde, el Congreso de Tabasco aprobaba, con 21 votos a favor, dos en contra y tres abstenciones, la reforma al Código Penal que endurece las penas para impedir la ejecución de obras públicas o realizar bloqueos. La nota publicada por Animal Político señala: “La reforma a los artículos 299, 306, 307 y 308, y la adición de los artículos 196 Bis y 308 Bis del Código Penal estatal establece castigar con hasta 20 años de cárcel el delito de extorsión”, particularmente el artículo 196 Bis señala que “al que, careciendo de facultad legal, impida o trate de impedir por cualquier medio, la ejecución de trabajos u obras privadas”, se le impondrá una pena de prisión de entre seis y 13 años de cárcel. Se consuma la llamada #LeyGarrote.

Mientras esto sucede, el diario La Jornada publica una nota titulada: “’Ley garrote’, para evitar chantaje o sabotaje a Dos Bocas: Polevnsky. Así de claro, en una nota que hace referencia a una conferencia de prensa de la secretaria general de Morena, Polevnsky declara: “Las protestas son sagradas y deben atenderse, pero (no) cuando se manipula para movilizar con otros intereses”.

Coincidencias tan extrañas de la vida, diría la canción, el gobierno de Tabasco no quiere sorpresas y Morena menos, saben que el inicio de obras de una refinería que no cuenta ni siquiera con una manifestación de impacto ambiental podría generar protestas sociales evidentes, y lo aprobado ayer en el Congreso es una enorme nebulosa donde las interpretaciones llegan al ridículo de separar “marchas buenas” y “marchas malas”. Así nos lo dijo ayer, en W Radio, el diputado local de Morena, Braulio Exequías Escalante Castillo: “Las buenas manifestaciones son aquellas que en el legítimo derecho que concede la Constitución pues obviamente no tengan los rasgos de pedir dinero, de capturar vehículos, de retener situaciones que estén fuera de la ley, esas son las buenas manifestaciones; lo contrario son los bloqueos que se hacen para retener maquinarias, para retener vehículos, para pedir extorsiones a cambio del libre tránsito”. Así que ayer el Congreso aprobó el manual de la buena y de la mala marcha, atinadamente el doctor Juan Jesús Garza Onofre (@garza_onofre) publicaba una viñeta del caricaturista El Roto, en el diario El País, donde en un letrero se advierte: “Todo el mundo tiene derecho a rebelarse, siempre que cuente con la debida autorización”, nada simplifica mejor la #LeyGarrote aprobada ayer en el estado de Tabasco.

Cuna del Presidente, estado que lo formó en la protesta social, hoy su partido criminaliza las manifestaciones tres días antes de que inicien los trabajos de la refinería de Dos Bocas, el proyecto va porque va y sobre todos, el gobierno no quiere ninguna piedra en el camino. No imagino lo que pasa por la cabeza de un joven tabasqueño con sueños de grandeza que planeaba bloquear las instalaciones de la construcción de Dos Bocas motivado por la falta de un plan de impacto ambiental serio, hoy por hoy va directo a la cárcel, los tiempos cambian, no es una buena época para estar inconforme.

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