Ante el
riesgo de que los clientes no puedan pagar sus créditos por los problemas que
está ocasionando la pandemia de Covid-19, porque resbalen en la pobreza, el
sector bancario del país propuso un esquema de apoyos que recibió la autorización
de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, cuyo presidente es Juan Pablo
Graf. Tiene carácter temporal. En sentido opuesto al Fobaproa, que sirvió de
salvavidas a grandes empresarios, el plan tiene como fin apoyar a los clientes
de los propios bancos con créditos al consumo, de vivienda y comerciales, cuya
fuente de pago se encuentre afectada por la contingencia. Podría decirse, pues,
que es un Pobreproa y el gobierno no asumirá los pasivos en que puedan incurrir
las instituciones bancarias. Establece que los saldos podrán congelarse sin
cargo de intereses, siempre y cuando el crédito se encuentre clasificado como
vigente al 28 de febrero de 2020. En particular, dice la comision, este apoyo
podrá aplicar a los créditos a la vivienda con garantía hipotecaria;
revolventes y no revolventes dirigidos a personas físicas, como automotriz,
personales, de nómina, tarjeta de crédito y microcrédito, así como para los
préstamos comerciales dirigidos a personas morales o personas físicas con
actividad empresarial en sus diferentes modalidades, incluidos los
agropecuarios”. En términos generales, el apoyo consistirá en el diferimiento
parcial o total de pagos de capital y/o intereses hasta por cuatro meses, con
posibilidad de extenderlo dos meses adicionales respecto a la totalidad del
monto exigible, incluyendo los accesorios, informó la comisión.
El enorme
costo del aislamiento.
Calles
vacías, restaurantes sin clientes; vuelos cancelados; supermercados sin
compradores y algunos saqueados; empresas cerradas; empleados despedidos;
familias aisladas en sus hogares. En eso se convirtió la vida de los mexicanos
en unos cuantos días, atrapados por el temor a la pandemia del coronavirus. El
problema que tenemos es que la estrategia actual de aislamiento está equivocada,
es un grave error, afirma el presidente del Grupo Salinas, Ricardo Salinas
Pliego. El aislamiento casi garantiza una situación de violencia en el corto
plazo, por eso debemos inmediatamente eliminar esa política de aislamiento
general. En una reunión con los directivos de sus empresas, videograbada y
difundida ampliamente, expresó que los costos humanos del desempleo, del
hambre, de la violencia, son enormemente mayores que los del virus. Salinas
Pliego sotiene que la decisión que están tomando todos los gobiernos del mundo,
de suspender drásticamente toda la actividad económica, de frenar la marcha
normal de un país y mandar a todos los trabajadores a sus casas para evitar
contagio, no producirá nada positivo, sino un resultado seguro: crisis y desesperación
para millones de personas, y de eso sí tenemos que preocuparnos. En México la
inmensa mayoría de la población no vive de un sueldo, no vive de sus ahorros,
no vive del gobierno, la inmensa mayoría de la población vive al día, afirma.
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