Darío Celis.
La ruta de
extradición a México de Alonso Ancira Elizondo y Emilio Lozoya Austin,
actualmente retenidos en España, no va a ser precisamente miel sobre hojuelas
para el gobierno de la 4T.
El
presidente Andrés Manuel López Obrador se equivoca si piensa que el gobierno
español que encabeza Pedro Sánchez entregará cándidamente a estos célebres
personajes.
Desde el
primer día de su mandato, el tabasqueño ha emprendido una cruzada contra empresas
e intereses hispanos, a los que ha señalado, denunciado y enjuiciado
públicamente. Eso calienta.
Este mes se
cumple el año en que López Obrador envió una carta al Rey de España, Felipe VI,
exigiéndole una disculpa por las matanzas perpetradas durante la Conquista,
hace ya 500 años.
El Ejecutivo
español rechazó tal pretensión y reiteró “su disposición para trabajar
conjuntamente y continuar construyendo el marco apropiado para intensificar las
relaciones de amistad y cooperación existentes entre nuestros dos países, que
nos permita afrontar con una visión compartida los retos futuros”.
¿Cuál fue la
respuesta de nuestro presidente? Una andanada contra las empresas ibéricas, ni
más ni menos que las segundas inversionistas del país después de sus similares
de Estados Unidos.
Extraoficialmente
los españoles están vetados en Pemex de Octavio Romero, CFE de Manuel Bartlett
y las secretarías de Energía y Comunicaciones, de Rocío Nahle y Javier Jiménez
Espriú.
La no tan
buena relación política con el gobierno y corona española se expresa en que a
15 meses de gobierno, López Obrador no ha designado a un embajador en ese país.
Desde
diciembre de 2013, cuando asumió la presidencia Enrique Peña Nieto y hasta
nuestros días, la embajadora sigue siendo Roberta Lajous. Para la 4T España no
es una prioridad.
En el
contexto de los casos de Ancira y Lozoya el desdén y la animadversión de López
Obrador va a pesar en los juicios de extradición que empuja la Fiscalía General
de la República, que comanda Alejandro Gertz Manero.
El afamado
abogado Manuel Ollé es el litigante que tiene encargada la defensa del dueño de
Altos Hornos de México. Se trata de un aguerrido penalista con todas las
conexiones políticas.
Baltasar
Garzón es el defensor del ex director general de Pemex, toda una institución
también y con igual o hasta más conexiones que Ollé en los gobiernos españoles.
Los dos
trabajaron conjuntamente en el caso de Augusto Pinochet. Ollé fue el abogado de
las madres de la Plaza de Mayo y Garzón fue el juez de la Audiencia Nacional de
España que lo arrestó.
Una
tercera pieza clave en este entramado que le complica todavía más la ruta de
extradición al presidente López y al canciller Marcelo Ebrard se llama Dolores
Delgado.
Esta
mujer es la actual Fiscal General del Estado, una profesional del derecho con
larga trayectoria y que es muy, pero muy cercana al ex juez y ex fiscal
Baltasar Garzón.
El asunto de
Ancira y Lozoya, más que judicial, se está empezando a tornar en político-amistoso.
La sorpresa jurídica es que si la 4T se duerme en sus laureles, no los podrá
extraditar.
Y todo
ese andamiaje también puede jugar a favor de Peña Nieto, el principal
benefactor de las empresas e inversiones españolas.
ENTRE LOS
VARIOS abogados que han tratado de defender a Miguel Alemán Magnani, luego del
impago a Televisa por el 50% de Radiópolis, corre la versión de que cayó como
balde de agua fría la sentencia del Juez 41 de lo Civil, en la que se le
condenó la semana pasada al pago de unos 624 millones de pesos por el pagaré
que firmó como garantía para extender el plazo de liquidación de la
transacción. En particular la sentencia deja ver que el consorcio que co
presiden Bernardo Gómez y Alfonso de Angoitia nunca aplicó un «doble cobro»,
sino que uno es el documento de la compraventa y otro el de la garantía para la
extensión del plazo para pagar. Ya sin argumentos legales, los Alemán
decidieron pagarle al grupo de Emilio Azcárraga lo que le adeudan y así evitar
cargos moratorios, legales e incluso arriesgar ir a la cárcel por falsedad en
declaraciones. De hecho, fuentes del Corporativo Coral señalan que un primer
pago a Televisa se habría hecho ayer. Falta ver cómo procede Televisa en lo
legal y cuándo se pagará la totalidad de la deuda original, que suma más de mil
248 millones de pesos. Pero si ambos grupos firman nuevos acuerdos y se siguen
cumpliendo, los Alemán le darán vuelta al riesgo jurídico. Queda claro que ante
impagos con empresas y autoridades no fue una buena idea buscar la mediación
del presidente Andrés Manuel López Obrador.
El
senador Napoleón Gomez Urrutia, azuzado por Martí Batres y Germán Martínez,
está jugando a las vencidas con el líder de Morena en la Cámara Alta, Ricardo
Monreal, exhibiendo una falta de institucionalidad y un rechazo a la política
económica y laboral del presidente Andrés Manuel López Obrador. La manzana de
la discordia del capricho del líder de los mineros es que al Ejecutivo le
pareció que su iniciativa de Ley sobre Outsourcing desalienta la inversión, el
empleo y genera desconfianza en este gobierno. La Junta de Coordinación
Política del Senado quiere que se incorporen en una nueva iniciativa de ley
sobre subcontratación las propuestas que más de 50 expertos hicieron. Pero si
Napito se empecina en conservar su ley al vapor, lo más seguro es que el pleno
vote un nuevo dictamen este jueves y con ello termine el secuestro de Napoleón.
MIENTRAS LA
CASA Blanca está anunciando medidas de emergencia para afrontar los efectos
económicos del coronavirus y el desplome de los mercados bursátiles por la
guerra petrolera que está desatando Arabia Saudita, aquí el gobierno de la 4T
está pasmado. Salvo el anuncio de la Secretaría de Hacienda, de Arturo Herrera,
y Banco de México, de Alejandro Díaz de León, de incrementar a 30 mil millones
de dólares las coberturas cambiarias para mitigar la depreciación del peso,
ninguna otra medida de urgencia se está trabajando. Ayer se reunió el Gabinete
Económico que coordina Alfonso Romo y la debacle de las bolsas y el peso no
mereció una discusión seria.
PUES CON LA
novedad de que los distribuidores de Chrysler encajados en el consejo de
Planfía quieren que los bancos prestamistas absorban las pérdidas del fraude en
esa sofipo. La Asociación de Distribuidores Chrysler que preside Juan
Manuel Diez, y el vicepresidente de Planfía, el distribuidor de KASA, Gil
Sverling, quieren pagar solo 150 millones de pesos a los acreedores y que
éstos, léase Invex, Citibanamex, Bx+, BanCoppel, Actinver y otros más, se
queden con un quebranto de mil 350 millones de pesos. El abogado de los
distribuidores es el controvertido Paulo Diez.
NO LO
COMENTE mucho, pero se afirma que Citi, que capitanea Michael Corbat, le
canceló las cuentas a CI Banco con las que efectuaba operaciones en dólares. Al
parecer la institución que dirige Salvador Arroyo y que preside Jorge Rangel de
Alba hizo movimientos y transferencias a China que no gustaron a los
estadounidenses.
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