Atzayaelh
Torres.
El principal
factor que impidió que la promisoria reforma energética del gobierno pasado
floreciera en beneficios para la población (según afirman sus protagonistas y
apologistas), fue la crisis de los precios del crudo de 2014. Una crisis que se
repite este año con un pronóstico poco alentador.
Sin embargo,
expertos consultados afirman que la estrepitosa e histórica caída del precio
del crudo en el mundo puede ser el gran pretexto que el Gobierno de México, a
través de Pemex, necesita para dar golpe de timón en la estrategia energética
centralista que mantiene congeladas las herramientas de la peñista reforma
energética, y por las cuales ya se pagó un costo político. Es decir, ya están
ahí, y gratis.
Gabriel
Ruiz, socio de la Práctica de Energía de Thompson & Knight, señaló que “hoy
más que nunca Pemex no se puede dar el lujo de hacer nada ante un escenario de
bajo precios internacionales de crudo”, pues explicó, Pemex vende su crudo aún
por debajo de los precios internacionales por tratarse de crudo más pesado, y
aun cuando el presupuesto de egresos de 2020 se preparó con base en un precio
promedio de entre 49 y 55 dólares por barril, la meta de balance financiero de
Pemex sigue siendo negativa, “por mucho”.
"Esta
baja en precios de crudo debe verse como la última llamada de atención para
Pemex y una oportunidad para el actual Gobierno de hacer un cambio de timón en
la dirigencia y políticas de Pemex, concentrarse en sus activos más rentables,
cortar significativamente el gasto de sus actividades que no son su principal
negocio (como la refinería) y reactivar las asociaciones estratégicas
(farmouts) para minimizar los riesgos geológicos y financieros", me dijo el analista.
Pero no es
todo, para Arturo Carranza, analista independiente, la caída de los precios
puede poner en riesgo algunos de los proyectos de Pemex, de manera particular
aquellos que están en etapa de exploración, “es en esta etapa cuando la
petrolera tiene que realizar las mayores inversiones para poder poder a
producir los campos... en síntesis, representa un riesgo para la
instrumentación del plan de desarrollo de campos prioritarios”, campos que por
cierto, ya enfrentan un retraso importante que se refleja en la producción.
Además, la
situación podría agravarse, pues instituciones financieras como Goldman Sachs
han advertido sobre la necesidad de prepararnos para ver precios del petróleo
en niveles de 20 dólares por barril.
Al respecto,
Ramsés Pech opina que ante este panorama, “la nación deberá evaluar ante los
cambios geopolíticos las variaciones y vulnerabilidad de la inversión en
energía”.
Ante ello, Pemex
deberá evaluar campos con costos bajos se producción y de alta calidad del
hidrocarburo, sin embargo “no hay campos que aporte nuevo volumen de crudo”,
expresó Pech.
Abundando
sobre el tema, Raúl Camba, socio de McKinsey & Company que lidera la
práctica de Energía en México, explica que los precios bajos “acelerará la
imperiosa necesidad de seguir innovando”, apoyándose de herramientas
tecnológicas que permitan eficientar el gasto; sin embargo, advirtió con pesar
que “el mayor riesgo para las petroleras es la parálisis; detener la actividad
o inversión conllevaría la pérdida de talento y de la inercia que se requiere
para mantenerse vigente”.
“Se tiene
que ser muy selectivo con el enfoque en los proyectos de mejor rentabilidad en
el corto plazo con impacto en uno o dos años, como por ejemplo reactivar la
producción en campos maduros o expandir campos en zonas que ya cuentan con infraestructura.
En este contexto, la colaboración entre múltiples operadores y compañías de
servicio, es crítica para la supervivencia de la industria”, señala ante el reto tan grande que tiene
Pemex en este año. Atentos.
Va la
coquizadora de Tula.
Al
parecer, uno de los grandes proyectos que el Gobierno de México sumaría a la
lista del plan de infraestructura energética que está por publicarse será la
emblemática coquizadora de la refinería de Tula. Aquella por la que se quitaron
puentes y cerraron carreteras para que fuera transportada a finales de 2017,
¿recuerdan? Bueno, pues de acuerdo con un oficio del que tengo copia, el mismo
día que López Obrador ganó las elecciones presidenciales, Leonardo Cornejo
Serrano, entonces subdirector de Pemex Transformación Industrial informó a
proveedores que se reanudarían las obras del proyecto inconcluso sobre el que
se vertieron 2 mil 600 millones de dólares, peeeero la #4T decidió pararlo en
seco, pues resulta que Cornejo aparece en la carpeta Lozoya/Odebrecht.
Posteriormente,
en julio del año pasado, dice otro oficio, pero de ICA Fluor, (la constructora
del proyecto), la administración de Pemex aseguró que lo retomaría e incluso
se habló en medios que Mitsui quedaría al frente, pero desde ese entonces está
congelado. Veremos.
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