Desde su
paso por la Secretaría de Seguridad Pública de Tepic, Édgar Veytia –detenido en Estados Unidos acusado de narcotráfico–
cimentó la estructura que posteriormente, desde la Fiscalía General del Estado,
bajo su mando, operó cómo una célula más al servicio de los cárteles de la
droga, principalmente de los Beltrán Leyva. Y algunas de las personas que lo
ayudaron en esa labor permanecen impunes o, incluso, operando desde instancias
gubernamentales, denuncian activistas.
La historia
de Veytia se inició en 2008, en el mismo
momento en que Roberto Sandoval Castañeda, actual gobernador de Nayarit, asumió
la presidencia municipal de Tepic e incorporó a Veytia a su equipo como
director de Tránsito y Vialidad. El 26 de agosto de 2009 lo convirtió en
secretario de Seguridad Pública, Tránsito y Vialidad de Tepic.
En este
último puesto empezó a delinear su
equipo de confianza, con agentes como Luis Antonio Torres Valdivia, Idelfonso
Rosales Navidad, Emmanuel Arce Ornelas, Geovany García Blanco, Neftaly Fuentes
del Real, Roberto Carlos González y Alejandro García Núñez.
Con esta gente, a su vez, Veytia
llegó a convertirse en hombre de confianza y operador del cártel de los Beltrán
Leyva (Proceso
2109).
Otro hombre de su círculo cercano es
Carlos Alberto Rodríguez Valdez El Willy, quien en la Secretaría de Seguridad
Municipal de Tepic estaba encargado de Tránsito. Después se desempeñó como juez
calificador y su tarea era fijar las multas a los automovilistas infractores. De acuerdo con documentos que tiene
Proceso, desde que Veytia fue designado subprocurador, El Willy –junto con otros policías– fue comisionado a la Fiscalía por
el ayuntamiento de Tepic, todavía durante la administración de Leopoldo
Domínguez González.
Una vez con
Veytia en la Subprocuraduría, El Willy devino su secretario particular y
asesor. No sorprendió que el pasado 29
de marzo, a iniciativa del gobernador Roberto Sandoval, El Willy se convirtiera
en encargado de la Fiscalía a pesar de que con su nombramiento se violaba el
artículo 12 de la Ley Orgánica de la Fiscalía, que establece que el fiscal será
suplido por el director general de Investigación Ministerial.
“Aun preso en Estados Unidos, el ex
fiscal doblegó nuevamente al gobernador y a la legislatura estatal. Demuestra
que en Nayarit no existe estado de derecho y que Veytia sigue manipulado a la
Fiscalía a través de su personal de confianza”, asegura Mayela Ruiz Madrazo,
dirigente de la asociación civil Uka Nuiwame, activista y defensora de mujeres
violentadas.
Al
convertirse en gobernador, Sandoval nombró a Veytia subprocurador. Luego, en
febrero de 2013, lo hizo fiscal general del estado para un periodo de siete
años. Una vez en la Procuraduría, Veytia se llevó al grupo de agentes de
confianza que ya tenía.
Conformó varias células que puso al
mando de los Beltrán Leyva, después de Los Zetas y luego del Cártel de Jalisco
Nueva Generación (CJNG), grupos que han tenido sucesivamente el control de la
zona.
En redes sociales y a través de
organismos sociales, la gente de Veytia ha sido señalada por cerrar calles para
despejar el paso del convoy que llevaba a los jefes de la mafia y de ejercer
como “halcón” para evitar la entrada de bandas rivales y los operativos de la
Marina.
Luis Antonio Torres Valdivia es uno
de los agentes que, cuando Veytia llegó a la corporación municipal, se
convirtió en su escolta. Desde entonces fue su brazo derecho. Veytia lo nombró
comandante de la Policía de Nayarit. Él recibió pagos por borrar el historial
delictivo de una persona, según activistas.
Víctimas de
secuestro entrevistadas por Proceso –quienes solicitaron el anonimato– aseguran que Torres Valdivia coordinaba los
levantones. Para ello operaba junto
con el agente Idelfonso Rosales Navidad, Emanuel Arce Ornelas, Geovany García
Blanco, Neftalí Fuentes del Real, Roberto Carlos González López y Alejandro
García Núñez.
“Jahaziel Espinosa Huerta, quien es
conocido entre los ciudadanos de Nayarit como Comandante Jack, también estuvo
en la Policía Municipal. Él es otro que traía más elementos a su cargo, como células.
Traía puras camionetas civiles, igual que Valdivia”, indica Ruiz Madrazo en entrevista.
Ella, quien
se desempeñó como agente del Ministerio Público durante el periodo de Veytia, recibió denuncias de particulares y
comerciantes contra Jack, quien les cobraba “cuota”. Lo mismo hacía con los
narco-menudistas.
Muestra la
página de Facebook en la que Jack
reconoce su cercanía con Veytia, a quien dice apreciar y querer como a su
padre: “Jamás fue mi socio, pero sí fue, es y siempre será mi amigo! Y padrino
de mi hija” (sic). En su foto de perfil, Jack posa en un sillón, cubre su
rostro con una máscara negra de luchador y presume fusiles de asalto en cada
mano.
Un
integrante más de la red de protección de Veytia fue otro de sus escoltas cuando ambos laboraban para el municipio. Se
trata del comandante operativo Manuel Eduardo Maldonado Andrade, encargado de
los agentes de 19 municipios que integran el mando único. Su gente porta
uniforme y camisetas con logotipo oficial y se transporta en vehículos negros
sin placas.
Maldonado está comisionado a la
Fiscalía por el municipio de Tepic, pero está acusado de asesinato por Amanda
Valdez.
“Maldonado detuvo a mi esposo en un
retén y lo trasladó a la Fiscalía. No me preocupé, (pero) en la madrugada a una
persona le avisan que lo entregaron a los marinos. A las 10 de la mañana le
avisan a la misma persona que lo encontraron muerto junto con dos personas más.
En la Fiscalía lo torturaron para quitarle los bienes, no quiso firmar y le
quebraron las clavículas, un codo, el cráneo, le quemaron los testículos. Huí
con mis niños. Saquearon lo de valor que había en mis dos casas. Maldonado
levantó a los que me vendieron (las propiedades), los hizo firmar para
apropiarse del patrimonio de mis hijos, que dejo huérfanos”.
En 2012, el señor Agustín Magallanes fue secuestrado
en la Fiscalía por otro de los hombres de confianza de Veytia, subdirector de
la Agencia Estatal de Investigación: “El Comandante Roberto Quiñonez Salcedo me
llevó de la mano a los separos, me dijo que el gobernador Roberto Sandoval
prometió donar un terreno de mi propiedad y que yo iba a regalar ese terreno
porque las promesas de campaña se cumplían. Si me negaba, me dijo, ordenaría
que me trajeran la cabeza de uno de mis hijos”.
En un
descuido de los agentes que lo cuidaban, dio aviso a su hija Brenda en un
mensaje de texto; ella le envió e-mails al entonces presidente Felipe Calderón
pidiéndole auxilio. Calderón ordenó a la delegación de la PGR en Nayarit que
investigara. De ahí nace la averiguación previa 052.
Quiñonez
Salcedo fue denunciado por Magallanes en abril de 2012 en la PGR, en la
Fiscalía Especializada en Delitos Cometidos por Servidores Públicos, acta
circunstanciada AC/037/UEIDCSPCAJ/2012, y en agosto de 2013 pasó a ser la
averiguación previa 156, también en contra de Veytia: “Después de despojarme de un predio, mis hijos fueron detenidos. A
Iris y a Paul Roberto Quiñónez los bajó de su vehículo cuando circulaban por el
fraccionamiento Rincón de Guayabitos. A Brenda la sacaron de su negocio”.
Quiñónez fue
cesado de la Agencia Estatal de Investigación en octubre de 2010 por el
entonces gobernador, Ney González Sánchez, para “mejorar la seguridad del
estado”. Sin explicación, con Veytia
reapareció en la Fiscalía.
Francisco Alfonso Salazar Velasco El
Paco era escolta y chofer de Veytia en la Municipal. Después lo nombró director
de Policía Vial, donde estuvo cerca de un año durante la administración de
Héctor González Curiel. Luego Veytia lo integró a la Fiscalía como su asesor,
junto con El Willy.
Dentro del
organigrama de la Fiscalía está la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI),
encabezada por otro alfil de Veytia, Jaime Gabriel Romero Montejo El Jimmy.
Según Mayela Ruiz Madrazo, quien desde hace un par de años documenta y denuncia
las ilegalidades cometidas por el ex fiscal (Proceso 2079), El Jimmy se encargaba de dar carpetazo a
las investigaciones o impedir que las víctimas presentaran denuncia.
El Jimmy también ha sido señalado por
su compadrazgo con Alberto Rosales El Albert, quien es ubicado como líder del
Cártel de Sinaloa en Nayarit. Él es padrino de bautizo de un hijo de El Jimmy.
En Ixtlán del Rio se hicieron compadres.
En la
Dirección de Averiguaciones Previas estuvo Pavel Emilio Valdez Balbuena, recién
nombrado director del Centro Penitenciario Venustiano Carranza, prisión estatal
de Tepic. Durante la administración del
gobernador Roberto Sandoval es la segunda vez que detenta dicho cargo.
Denuncias entregadas a Proceso
señalan que en este penal se presiona a quienes fueron detenidos para firmar la
cesión de derechos de sus propiedades a favor del entonces fiscal. También pagan
para no ser golpeados.
Valdez, por
instrucciones de Veytia, también estuvo a cargo del área de gestión y
reorganización institucional para la instauración del Nuevo Sistema de Justicia
Penal para Nayarit.
Los jueces que forman parte de la red
de complicidad del ex fiscal son presuntamente el primero y el cuarto penal,
Nicolás Ballesteros Villagrana y Oswaldo Candelario Delgado Nájar, respectivamente. A ellos el fiscal les dirigía los asuntos
más delicados. La orden era “retardar” los expedientes hasta que la familia del
prisionero pagara por su libertad.
Una persona del municipio de Jalisco
que pide el anonimato cuenta que tenía un negocio de lavado de carros y motores
de tráileres. Asegura que a él le inventaron un delito de homicidio. Los
policías al mando del comandante Valdivia lo levantaron de su taller. A los
seis meses pagó un millón de pesos al juez primero de lo Penal y salió en
libertad. Mayela
Ruiz también acusa a este juez, abogados nayaritas señalan que continuamente
era visto salir de la oficina del ex fiscal.
Con el paso
de los días, la red de complicidades del ex fiscal queda al descubierto también
en corporaciones municipales: “El pasado 20 de abril, en Facebook, en una
transmisión en vivo, el policía de Tepic José Trinidad Godínez Caro denunció
que al inicio de la administración de Polo Domínguez fue nombrado escolta del
teniente (militar en retiro) Jorge Alberto Berecochea García”…
“Al detectar diversos actos de
corrupción”, a los ocho meses se separó del cargo. Fue acosado y hostigado
laboralmente, igual que tres de sus compañeros. “El director general y el
Operativo, Jorge Santiago Ruiz, en complicidad con el fiscal general,
pretendían darnos de baja”. Finalmente fueron cesados tres días después de que
fuera difundido el video.
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