Martín
Moreno.
Para muchos,
pasó desapercibido o simplemente no le dieron la importancia suficiente: López
Obrador sostuvo una video llamada con uno de los genios de las redes sociales,
Mark Zuckerberg – fundador de Facebook y accionista de WhatsApp e Instagram-,
con un propósito, según reveló el propio AMLO: “Cumplir el compromiso de que
haya internet para todos”.
¿Qué
significado tiene, en el fondo, esta acción de AMLO que no fue una casualidad
ni mucho menos una de sus tantas ocurrencias y puntadas?
Pues
significa, nada menos, que una embestida del Presidente de México en contra del
empresario más poderoso del país, uno de los más influyentes del mundo y
ubicado entre los más ricos del planeta: Carlos Slim Helú.
Para entenderlo
mejor, debemos remontarnos a los días previos y posteriores que enmarcaron la
elección presidencial del 2006. El 31 de mayo del 2007, en mi columna “Archivos
del poder” del diario Excélsior, titulada “Derecha e izquierda”, escribí:
“Lo primero
que haré cuando llegue a Los Pinos, será nacionalizar Telmex, Televisa y Cemex,
amenazaba Andrés Manuel López Obrador días antes de la elección presidencial
que perdió…”.
Eso lo dijo
AMLO como candidato presidencial en 2006, al reunirse en privado con un grupo
de selectos empresarios. Mi columna jamás fue desmentida.
Desde
entonces, Andrés Manuel ya planeaba debilitar al emporio telefónico de Slim
mediante una decisión radical: estatizar sus operaciones. Un tanto, por
concepción político-ideológica. Otro tanto, por rencillas políticas: Slim había
sido el gran beneficiado durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari con la
privatización de Telmex. Salinas, el enemigo histórico de López Obrador. En
aquellos años, la herida estaba más abierta y la sangre aún corría. Cobrársela
a Slim significaba cobrársela a Salinas. Así lo veía AMLO.
Pero el
tabasqueño no llegó a la Presidencia. Llegó Felipe Calderón.
Y en 2012,
Peña Nieto le ganó la elección a AMLO.
Pero ahora,
13 años después y ya en Palacio Nacional, Andrés Manuel no quita el dedo del
renglón: de una u otra forma, va por Telmex y por Slim.
Sin embargo,
sabe que en este 2019, la palabra “nacionalizar” ahuyentaría a los
inversionistas, asustaría a los capitales y enviaría señales negativas a los
mercados; además, no sería bien evaluada por millones de mexicanos que, sin
duda, recordarían los tiempos del echeverrismo y del lopezportillismo,
detonadores de una de las crisis económicas más dolorosas de la historia, con
un Estado obeso, omnipresente y enemigo del sector privado. Sería darse un
balazo en el pie.
¿Qué hacer,
entonces, para neutralizar a Carlos Slim?
Pues
combatirlo con la ayuda de otro peso completo del mercado mundial: Zuckerberg.
¿Cómo
hacerlo? Desplazándolo del mercado del internet, bajo la bandera de tener un
servicio “para todos” que, en el fondo, solo sería el pretexto para mermar la
influencia y la capitalización de Slim en el mercado interno y, como una
reacción en cadena, también en lo externo.
A AMLO no se
le olvida el 2006. Hombre de rencores, político que utiliza el discurso del
agravio y del odio para seguir dividiendo a los mexicanos como estrategia para
mantener su fuerza rumbo a la estratégica elección intermedia del 2021, no
pretende soltar a Carlos Slim. Lo quiere derrotado.
Y más:
Carlos Slim
fue el principal damnificado por la cancelación del NAIM Texcoco, y expresó
públicamente su rechazo a esta medida tomada por López Obrador: “Cancelar el
proyecto de Texcoco, significa detener el crecimiento del país”, advirtió Slim.
(El Universal. Carla Martínez. 31/10/2018). Esta declaración no le gustó a
AMLO, y se la guardó a Slim.
“(Slim) ha
expresado su interés de terminar su vida empresarial…eso fue lo que me ofreció,
que quiere retirarse y quiere hacerlo en este sexenio…”, dijo AMLO en marzo
pasado.
Es decir:
AMLO jubilando a Slim.
¿AMLO y Slim
eran amigos?
Tal vez.
Sólo tal vez.
Pero en
política no hay amigos. Hay intereses.
Y si Carlos
Slim hizo dueto con AMLO desde 2001, cuando el tabasqueño era Jefe de Gobierno
capitalino y Slim aceptó ser cabeza del Comité Ejecutivo del Consejo Consultivo
para el Rescate del Centro Histórico, fue, sí, porque ambos tenían una buena
relación personal. Sin embargo, a los dos les convenía rescatar al CH.
A Slim, por
cuestiones estrictamente empresariales.
A AMLO, por
cuestiones de futuro político y de imagen.
Ambos se
necesitaban entre sí. Se buscaron. Y se utilizaron.
Después
llegó el 2006, con un López Obrador ensoberbecido y confiado en demasía porque
todas las encuestas lo daban como ganador de la contienda electoral, y antes de
aquel 2 de julio tormentoso, ya anunciaba en privado la nacionalización de
Teléfonos de México. Se daba como ganador. Pero se le atravesó Calderón.
Y ya en
2018-2019, ocurrió el encontronazo con Slim por la cancelación del NAIM
Texcoco, donde el poderoso empresario era uno de los accionistas principales.
Inclusive,
se reveló que desde octubre del 2018, Slim le pidió al entonces Presidente
electo que no cancelara el NAIM Texcoco, e inclusive ofreció asumir su
construcción si se lo entregaba al sector privado mexicano. De acuerdo al medio
estadounidense Bloomberg, Slim envió una carta personal a AMLO. En ella, le propuso
incluir en las operaciones del aeropuerto de Texcoco al de Toluca.
Pero AMLO
ignoró a Slim. Ni siquiera le respondió.
Aún más:
López
Obrador expresó en privado su molestia por la carta de Slim, a la cual tomó
como un desafío a la cancelación de Texcoco. Así, la semana pasada llegó la
respuesta de AMLO: amagar a Slim con la llamada a Mark Zuckerberg.
Le quiere
abollar el internet.
Sobre este
tema, le tenemos malas noticias a López Obrador: su propuesta a Zuckerberg no
tendría el efecto deseado.
“La
inviabilidad del proyecto, según expertos, radica en la imprecisión de los
datos de población y de territorios desconectados, además de que no existe una
estrategia definida para desarrollarlo, lo que genera mucha incertidumbre;
resultaría altamente costoso, incluso superando los 7 mil millones de dólares
destinados en la Red Compartida…Hace cuatro años, Facebook intentó llevar
internet a países en desarrollo mediante una aplicación móvil llamada Free
Basics. Tiempo después, su propuesta fracasó…” (El CEO. Itzel Castañares y
Marisol Morelos. 21/Junio/2019).
Para los
especialistas, la oferta de AMLO a Zuckerberg no resulta atractiva.
Zuckerberg
tampoco querría comprar pleito contra Slim. Sabe que los presidentes se van, y
los empresarios se quedan.
Y nadie está
peleado con su dinero.
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