Raymundo Riva Palacio.
La conferencia de prensa mañanera del presidente Andrés
Manuel López Obrador del lunes no sólo fue diferente porque se realizó desde
Cancún, sino por la forma como la prensa de Quintana Roo lo cuestionó por las
afirmaciones sobre seguridad y el sargazo. El presidente afirmó que en un mes
se redujo a la mitad el número de homicidios dolosos, y dijo que el fenómeno
–provocado por el cambio climático– era un problema “heredado” que no era
“gravísimo”, como muchos lo han asegurado –incluido el gobierno estatal que
hace dos semanas emitió una alerta de emergencia por el sargazo en las playas
de la Riviera Maya. Los periodistas locales no aceptaron las respuestas que les
dio López Obrador, y lo confrontaron. Sus respuestas fueron la confirmación de
lo que viene para el resto del sexenio.
“El sargazo es un asunto menor”, dijo el presidente. “Lo voy
a ejemplificar. En la Ciudad de México se recogen diariamente 13 mil toneladas
de basura y el sargazo significa recoger 341 mil toneladas. Estamos hablando
del tres por ciento de la basura que se recoge en la Ciudad de México”. Un
reportero le replicó de inmediato: “Las playas son diferentes, el turismo, la
imagen”. López Obrador pidió que lo dejara terminar de responder. “Estamos
hablando del tres por ciento, 341 kilos de sargazo, 13 mil toneladas de basura,
341 kilos diarios de sargazo”, repitió. “Una tonelada diaria se recoge al día,
según el gobierno”, atajó otra reportera, y lo metió en contradicciones. “Mil
toneladas”, dijo López Obrador. “Eso es. Trece mil toneladas de basura en la
ciudad, si estamos hablando de como el ocho por ciento, más o menos”. En dos
respuestas, el presidente mostró que había errado su estimación en cinco por
ciento.
Los periodistas continuaron. “Presidente –le dijo otro
reportero–, nada más una precisión del sargazo. ¿Por qué se declaró emergencia
a 11 municipios si nos está diciendo que no es tan importante?”. El reportero
le pidió explicación sobre por qué los hoteles de Cancún cobran a sus huéspedes
dinero para limpiar las playas y datos sobre cuántas estaban contaminadas.
López Obrador no respondió, pero insistió: “Lo que puedo decir es que no es un
asunto delicado, mucho menos grave, que tiene solución y que ya estamos
trabajando. Eso es lo que puedo comentarles”. Sus respuestas incomodaron a los
periodistas locales y una de ellas, María Cristina de la Cruz, reportera y
columnista del portal Macrix Noticias, lo interrumpió:
“Es un exceso de optimismo, presidente, y eso es faltar a la
realidad de lo que se está viviendo en Quintana Roo. Aquí estoy yo. ¿Y sabe
qué? Es una situación realmente tremenda. El gobierno del estado incluso se
trata a través de sus medios de comunicación un día a culpar a su gobierno de
negligencia por la tardía, la mala forma en cómo está atendiendo el tema del sargazo,
al día siguiente vemos portadas de usted y del gobernador casi de cachetito.
Entonces, la cosa es que en medio de todo eso la industria hotelera está
sufriendo grandemente por el tema del sargazo y no se ha transparentado
absolutamente nada de los dineros desde el año pasado, donde se habló de muchos
millones de pesos invertidos para atender esta problemática que está costando
hoy a Quintana Roo.
“También en ese exceso de optimismo, presidente, es que su
Cisen o quienes le están informando le están informando mal. Nosotros, que
somos reporteros de aquí y que cubrimos diariamente la nota roja, tenemos más
de dos, a veces alcanzamos hasta un pico de ejecutados de tres, hasta cuatro
con heridos de siete, siete personas. Es una situación lamentable. El feminicidio
está a todo lo que da en Quintana Roo; no hay investigación. Hay tres
reporteros asesinados; hay dos reporteros que están huyendo. Es una situación
lacerante. La industria restaurantera está realmente castigada, se está
reduciendo la vida nocturna en Quintana Roo en la zona norte. Hay una situación
realmente grave y muchos responsabilizan aquí a su gobierno, desde que usted
asumió, de todo lo que está pasando.
“Lamento mucho… que usted esté manejando tanto optimismo,
cuando nosotros hoy estamos en una situación realmente de emergencia social,
presidente, y hay una miseria, hay cada vez más narcotráfico, hay cada vez más
armas circulando, hay cada vez más miseria en Quintana Roo y eso no puede ser
posible… No esperamos cifras alegres, no esperamos que nos venga a decir lo que
no es, que no corresponde a una realidad… Y espero, por favor, presidente, que
usted hable con mayor sinceridad con base a cifras reales, no maquilladas, no
cifras engañosas que no corresponden en lo absoluto a una realidad que a todos
en Quintana Roo nos afecta”.
El presidente respondió: “Yo no digo mentiras y siempre hablo
con la verdad, y siempre he considerado la honestidad como lo fundamental, es
lo que estimo más importante en mi vida, y no engaño. Tengo tres principios: no
mentir, no robar y no traicionar al pueblo. Yo sé que ustedes tienen una visión
distinta, yo la respeto, pero yo voy a defender siempre mis puntos de vista,
además, estoy acostumbrado a polemizar y a defender mis posturas… No coincido
con lo que tú planteas, pero respeto tu punto de vista”.
En realidad, no respeta puntos de vista u opiniones
divergentes. López Obrador no soporta la crítica, aunque dice ser un defensor
de la libertad de expresión, y la mañanera del lunes fue un buen ejemplo de lo
que no va a cesar en el sexenio: la intimidación a quien ejerza el derecho a
expresarse libremente por discrepar del presidente.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario.