lunes, 1 de julio de 2019

De la hilaridad a la furia: la parodia de López Obrador que “mató al movimiento”


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Por Álvaro Delgado.

 La protesta contra Andrés Manuel López Obrador transcurría rutinaria, cargada de furia, hasta que una gracejada detonó empujones, golpes e insultos: Un sujeto se colocó una máscara del Presidente de la República y, desde el templete, parodió una consulta “a mano alzada”.

–¡Que levante la mano quien quiera que me vaya a la chingada, a mi rancho La Chingada! –preguntaba el sujeto, parodiando a López Obrador, en medio del bullicio en el Monumento a la Revolución, una protesta a un año de su triunfo electoral.

La puntada causó hilaridad, pero también furia: Frente al escenario instalado sobre sobre un tráiler, un sector de los manifestantes reprobó lo que hacía quien dijo llamarse Arturo Oropeza que, ya sin la máscara y luciendo una reluciente calva o orejas prominentes, tenía un curioso parecido a Carlos Salinas de Gortari.

–¡No estamos de acuerdo con lo que hicieron! ¡Queremos un juicio político a López Obrador! ¡Así no! –decía, a gritos, una mujer mayor.

También frente al templete, la secundó un hombre maduro, de cachucha, que decía ser también opositor a López Obrador, pero no con “bufonadas”:

–¡Así no, así no! ¡Son iguales que él! ¡Así no se hacen las cosas!

–¡Esto es serio! –terciaba una mujer, que exigía ofrecer una disculpa por la injuria al Presidente de la República. “Así no es”.

Un hombre desde arriba del templete les preguntó a favor de quién estaban los que reprobaban la parodia:

–¡Estamos a favor de México, carajo! –le respondió la mujer mayor.

En medio de la escandalera, cuando los organizadores se movían para encabezar la marcha por el Paseo de la Reforma hasta el Angel de la Independencia, encabezada por el locutor Pedro Ferriz de Con, una de las organizadoras ofreció disculpas, pero no a López Obrador, sino a los asistentes.

“Nuestra intención no fue faltarles al respeto después de que nos han dividido entre chairos y fifís. Porque no lo hicimos con tal de burlarnos de ustedes”.

–¡No, un momento! –irrumpió un individuo al arrebatarle el micrófono a la mujer, mientras se sucedían insultos y empujones–: ¡Si quieren violencia la van a tener!

En medio del estupor y los forcejeos, el que tomó el micrófono, quien dijo llamarse Gustavo Solórzano, se dijo también opositor a López Obrador y, dirigiéndose a quien hizo la parodia, sentenció:

–¡Este imbécil acaba de matar al movimiento!

Y ante de arrojarle el micrófono al de la máscara, que abrazaba a una de las organizadoras, soltó: “¡Nunca más un majadero como éste! ¡Somos los inteligentes!”.

Licenciado en Ciencias Políticas por la UNAM, según dijo, Solórzano fue abucheado por muchos de los manifestantes, justo cuando se emprendió la marcha hacia el Angel de la Independencia, encabezada por Ferriz de Con.

En medio del gentío, entre empujones, Solórzano insistió en que fue contraproducente hacer una parodia de López Obador: “No lo defiendo, vengo a manifestarme en contra, pero no de esa manera. Se supone que somos la manifestación educada e inteligente”.

–Con la parodia se mató el movimiento, dice usted.

–¡Mató el movimiento, por supuesto, mató el movimiento! Nunca más vuelvo a seguir a esta bola de mentirosos. Y yo soy de las personas que están en contra de López Obrador. Pero sí soy de los inteligentes, educados que busco que nuestras instituciones sean fortalecidas para que logremos realmente un cambio. No con sátiras, no con provocadores, no con ridiculeces ni majaderías como las que hizo el tipo de la máscara, auspiciados por Chalecos México y por este Ferriz de no sé qué madre.

Tocado por un sombrero de palma, Solórzano se perdió entre la muchedumbre que enfilaba hacia el Paseo de la Reforma, donde ayer desfilaron, festivos, miles y miles de integrantes del movimiento gay, que en número hicieron poco nutrida la organizada por los membretes Chalecos México y el Congreso Nacional Ciudadano.

Instigada por Vicente Fox y Felipe Calderón –aunque el primero fue echado de la marcha en León, Guanajuato, y el segundo prefirió no ir al Monumento a la Revolución–, la marcha contra López Obrador estuvo cargada de consignas sobre la “destrucción” de México y la “muerte” de la democracia.

De hecho, bajo la cúpula del Monumento a la Revolución, se organizó una fila para que personas mayores colocaran a los interesados moños negros.

–¿Es luto por la democracia?

–Sí, por todo, por todo –respondía una mujer.

La protesta contra López Obrador tuvo como orador estelar al locutor Pedro Ferriz, frustrado aspirante presidencial sin partido, quien dijo a los asistentes que eran “la esencia inteligente de este país” y denunció un pacto de impunidad.

“La mafia del poder pasado pactó con la mafia del poder presente”, dijo y aseguró que el gobierno de López Obrador ha llevado a la devaluación del peso y del país.

El mitin encabezado por Ferriz, uno de los 53 que hubo en el país, duró apenas media hora y la marcha hacia el Angel de la Independencia, cerca del Campo Marte, donde López Obrador ponía en marcha la Guardia Nacional, su apuesta contra la inseguridad y la violencia.

En la retaguardia de los contingentes de la protesta iba Manuel Gómez Morín Martínez del Río, el excandidato a la presidencia del PAN que, mientras lamentaba la parodia de López Obrador –“no estuvo bien”–, celebraba la movilización que en poco tiempo fue perdiendo fuerza hasta disolverse en medio del sopor del mediodía capitalino…

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