Salvador
Camarena.
Rápido se le
bautizó como La novela de las 7. Eso, en un país amante de los culebrones como
es México, debe ser visto como un gran éxito. Así que lo primero es reconocer
que el gobierno mexicano se anotó un gol con el invento mediático donde cada
día, a las 19 horas, se habla del Covid-19. Pero, ¿popularidad mediática es
equiparable a efectividad en términos sanitarios?
El montaje
mediático que las más de las veces tiene al subsecretario Hugo López-Gatell en
el rol principal ya lleva más de 60 representaciones. En ese tiempo, el
gobierno –insisto– ha logrado posicionar cada tarde-noche un producto que se
sostiene en una figura que, por su oratoria, que no necesariamente por la
consistencia de sus mensajes (pero también a Cantinflas lo hicimos ídolo,
¿no?), ha captado la atención de buena parte de la población, según lo reflejan
ya algunas encuestas.
Derivado de
lo anterior tendríamos una paradoja. Éxito mediático –reconocimiento al
gobierno federal, incluso– que no sabemos si se reflejará en efectividad para
prevenir adecuadamente el ritmo de los contagios.
Por ejemplo,
el doctor López-Gatell desliza reproches un día a Jalisco y otro día a
Zacatecas porque, según los datos que muestra en sus conferencias, la gente de
esas entidades no se quedó, en los volúmenes esperados, en casa. Todo según sus
datos. Luego refutados por esas entidades.
Uno pensaría
que el mayor responsable de que eso haya ocurrido, de que la población no
obedezca debidamente, es el gobierno federal, que designó, ni más ni menos, a
López-Gatell como vocero único para la estrategia de salud de coronavirus.
Porque,
supongo, el vocero López-Gatell tiene claro que su chamba es una sola. Una.
Tratar de hacer cuanto esté a su alcance para que la gente capte claramente un
mensaje único: la peligrosidad de este virus, y por tanto la urgencia de que
los mexicanos hagamos cuanto esté a nuestro alcance para huir del Covid-19.
En vez de
eso, tenemos La novela de las 7. Es decir, una hora diaria donde la norma no es
centrarse en el riesgo, sino en toda una ensalada de temas (perdón Héctor
Lechuga y Héctor Suárez).
¿Otro
ejemplo? Llevábamos semanas oyendo el recuento de los contagios cuando en una
entrevista aparte López-Gatell se sinceró y dijo que los casos reales podrían
ser 8 o más veces los que él informa cada noche. Todo por el modelo centinela.
Pero qué le hubiera costado ser así de claro desde la primera vez en las
conferencias que da desde Palacio Nacional. Máxime que eso ayudaría a cimentar
el mensaje principal: este virus es además muy contagioso.
Porque según
la “Guía para la Implementación del Sistema de Comando de Incidentes (SCI) de
la Coordinación de Protección Civil de la Secretaría de Seguridad y Protección
Ciudadana” se especifica que la labor de un vocero debería incluir el “preparar
un resumen inicial de información después de iniciar su actividad en el
incidente” y “garantizar que se mantenga una información consolidada y
coherente para entregar a los actores externos al incidente y comunidad en
general”.
https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/430337/GUI_A_PARA_LA_IMPLEMENTACIO_N_DEL_SISTEMA_DE_COMANDO_DE_INCIDENTES__SCI__REQUISITOS_ESENCIALES_2019.pdf
El día de
ayer, para no ir más lejos, una vez más cambiaron el formato de la novela. En
vez del resumen inicial, comenzaron con una exposición, por parte de quien
cobra como secretario de Salud, sobre “la patogénesis del covid-19”. Alrededor
de 15 minutos que no sabemos por qué o para qué se destinaron así. Eso sin
mencionar que ya en diversas ocasiones se ha cambiado incluso la manera de
presentar el corte diario del avance de la pandemia en nuestro país.
El manual de
Crisis y Riesgos de Comunicación del Centro para la Prevención y Control de
Enfermedades (CDC), reconocido internacionalmente, especifica que al ejercer la
vocería “hay que limitarse a sus responsabilidades”, “no desviar el mensaje”,
“dar respuestas cortas, enfocadas y organizadas. No deben durar más de dos
minutos entre otras recomendaciones”.
https://emergency.cdc.gov/cerc/resources/pdf/cerc_wallet-card_spanish.pdf
https://emergency.cdc.gov/cerc/ppt/CERC_Spokesperson.pdf
Eso dicen
los manuales. Pero los guiones de las novelas funcionan distinto y una regla de
oro es adaptarse al rating. Si el público quiere más personajes carismáticos,
dáselos. Y ya hemos visto a varios pasar.
Sin duda el
gobierno de López Obrador vio que tenía en López-Gatell una figura de raja
mediática, pero no han sabido resistir la tentación. Cada noche una sorpresa,
cada noche un giro narrativo nuevo. Es más, ya hasta hacen prenovela y
postnovela.
Quizá el
éxito de la novela de las 7 siga, pero volvamos a la pregunta del principio,
¿eso significa que el riesgo para los mexicanos baja? Ya habrá tiempo de sacar
conclusiones.
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