Todos en Nayarit
sabían que “algo fuerte se venía” tras los operativos de la Marina de febrero
pasado, donde abatieron a los líderes del cártel de los Beltrán Leyva,
Francisco Patrón Sánchez, "El H2", e Isaac Silva Gárate, "El
H9". Poco tiempo después detuvieron en Estados Unidos del poderoso fiscal
de la entidad, Édgar Veytia.
Hoy los miedos se disipan en Nayarit. Ya se puede hablar más abiertamente del “imperio criminal” que
construyó el ex procurador en esta región de la mano de distintos grupos de la
delincuencia organizada.
Los negocios ilícitos
del fiscal iban desde el narcotráfico (producción, almacenamiento, distribución,
venta, control de rutas, pactos con cárteles) hasta el secuestro, la tortura,
la extorsión, el “cobro de piso”, el control de “picaderos”, el “despojo de
comercios”, el tráfico de armas y el lavado de dinero.
Se habla con menos
temor de las redes criminales del “fiscal sicario” o "El Diablo",
como se le conoce, y se recuerda a
detalle la noche del 9 de febrero, cuando muchos pensaron que “había iniciado
una guerra”.
“Nunca imaginamos que
los disparos contra narcotraficantes desde un helicóptero de la Marina, como en
esas películas gringas, era el preludio de esta detención de Veytia en Estados
Unidos, sobre todo porque luego se supo que eran del grupo rival del fiscal”,
comenta Luis Alberto Muédano, comerciante de la zona centro de Tepic.
El empresario restaurantero comenta que aunque es “un secreto a voces” los “negocios” del también conocido
como “el fiscal zeta”, nadie se atrevía a denunciar porque “eran bien conocidas
las represalias de Veytia”, como “el secuestro, la tortura o la desaparición de
adversarios”.
Luis Alberto pide omitir su nombre y apellidos reales. La
solicitud es entendible, sobre todo porque –dice– “las policías estatal, judicial y las municipales son las que le hacían
el trabajo sucio al fiscal”.
Sugiere pedir el testimonio de otros comerciantes. Un empresario textilero asegura que Veytia
Cambero también era el responsable directo de “cobrar derecho de piso” o de
“despojo de comercios”
Narra que hace unas semanas, en una reunión de empresarios
con el candidato del PRI al gobierno del estado, Manuel Cota Jiménez, “uno de ellos le confesó al priista que
había sido despojado de una propiedad en Bahía de Banderas, y que en ella
Veytia construyó su oficina de notario público”.
Rodrigo S. es policía
de tránsito en Tepic desde 2002. También pide omitir su nombre. Relata que
desde que “El Lic Veytia” fue nombrado por el gobernador Roberto Sandoval como
secretario de Seguridad Pública, en 2008, las policías de tránsito y
municipales se convirtieron en una especie de “halcones” de los
narcotraficantes asentados en Nayarit.
“Las órdenes de los
mandos superiores eran dar ‘pitazos’ a los narcos o a policías estatales y
municipales sobre despliegues o (sic) operativos del Ejército o la Marina, pero
luego también nos pedían cerrar calles o avenidas para que (los grupos
criminales) se movieran a sus anchas”, comenta.
También reconoce que
no pueden denunciar abiertamente porque “tenemos familia, saben nuestras
direcciones, nuestros nombres... Yo no quiero que le pase nada a los míos”.
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