La corrupción se enraizó en la obra pública
durante el Gobierno de Enrique Peña Nieto, afirmaron legisladores de oposición
esta semana, luego de desatarse el escándalo de los supuestos sobornos que la
empresa Odebrecht habría dado a Emilio Lozoya Austin. Y aunque el ex director
de Petróleos Mexicanos (Pemex) afirma que no hay un solo elemento de prueba en
su contra, los señalamientos han impactado en la imagen del partido oficial, y
voces en el Senado afirman que el caso Odebrecht es otra prueba de la impunidad
con que opera la actual administración federal.
Así lo cree
el Senador Manuel Bartlett Díaz, quien
acusó que funcionarios con señalamientos por corrupción en la obra pública
acompañan a Enrique Peña Nieto desde que era Gobernador del Estado de México y,
además, que el priista Raúl Cervantes Andrade, titular de la Procuraduría
General de la República (PGR) tuvo conocimiento del caso Odebrecht desde que
viajó a Brasil en febrero, una razón por la que la dependencia no podía alegar,
como lo hizo, de no contar con información para señalar a Lozoya Austin.
De acuerdo
con una revisión patrimonial hecha por la Unidad de Datos de SinEmbargo, Lozoya pagó al contado una casa de 38
millones de pesos después de participar en la campaña de Peña Nieto, como
coordinador de Asuntos Internacionales del entonces candidato del Partido
Revolucionario Institucional (PRI).
Pero, el jueves, en una conferencia
de prensa realizada en la Ciudad de México luego de presentarse en la PGR, el
ex director de Pemex insistió en que todos sus bienes son producto de 20 años
de trabajo.
La solución
ante la corrupción, hasta ahora, dista de ser la de una Comisión Internacional
contra la Impunidad como han clamado algunos grupos civiles, dijo Bartlett
Díaz, quien parece más inclinado hacia una apuesta de cambio de partido en el
poder.
En
entrevista con SinEmbargo, el Senador –cercano a Andrés Manuel López Obrador,
líder del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y puntero en las encuestas
presidenciales rumbo a 2018– describió cómo los escándalos de corrupción que
explotan hoy, en realidad comenzaron a tejerse hace años.
—Vistos los hechos, parece que no
tardaba mucho más para que el caso de Odebrecht explotara en México. ¿Cree
usted que el caso amerita que se investigue a la alta cúpula del Gobierno
federal e incluso al presidente mismo?
—Mira, el Gobierno de Peña Nieto es
esencialmente y estructuralmente corrupto. Está demostrado que, desde Peña
Nieto, su familia, sus secretarios de Estado, todos están metidos en la
corrupción. Toda esta cuestión de las empresas que han sido instrumentos para
inflar precios y ganar miles de millones en ganancias, bajo el mando del
capitán de la corrupción galopante que es el Secretario de Comunicaciones
[Gerardo Ruiz Esparza], lo demuestra.
—¿Desde
cuándo inicia esta descomposición?
—No desde que llega a la Presidencia
Peña, sino desde que es Gobernador del Estado de México. Toda la corrupción de
la obra pública la trae ya a nivel nacional. Y ahí está el Secretario de
Comunicaciones. Se conoce que esta corrupción obliga a las empresas
constructoras a meter el peor material para pagar los moches, que no son
pequeños. Es un sistema corrupto de Gobierno de este sexenio.
—Como el
caso Odebrecht…
—Ahora bien,
la cuestión de esta empresa brasileña sale a la luz porque el escándalo es en
Brasil. Y toda esta declaración de escándalos que hacen los que vinieron aquí a
comprar a los que estaban muy dispuestos a ser comprados. No podemos decir que vinieron a corromper, porque ya eran expertos [los
de México]. Resulta que ese tema
tiene ya mucho tiempo. más de un año. Incluso, recordarás que el Procurador
Cervantes asistió a una reunión en Brasil [en febrero de este año], con
procuradores de diversos países de América Latina para tocar esta situación. Y
obviamente se le informó lo que había allá en denuncias. Pero él regresó a
México y no pasa nada.
—Estos casos
hasta no han salido acá, sólo pueden ser ventilados a través de…
—De
escándalos extranjeros y denuncias extranjeras, pero ni así, porque la
Procuraduría, obviamente, no puede decir ahora que no ha llegado la denuncia
[así lo dijo la dependencia, previo a la comparecencia de Lozoya]. ¿Cómo? Si personalmente
el Procurador Cervantes fue a Brasil. Y
el caso lo han tenido en la oscuridad aquí y en plena luminosidad en el
extranjero. Eso le permite a Lozoya salir indignado a decir que él está
exigiendo a la Procuraduría que lo investigue. Y dice: ‘que me citen’, entonces
ya lo citaron. Ya tiene la coartada.
—¿Este
manejo exhibe una vez más al Gobierno federal?
—Esto devela
una vez más que el Gobierno es corrupto estructuralmente. Acaba de ser
capturado en Estados Unidos el Procurador de Nayarit [Edgar Veytia Cambero,
detenido el 29 de marzo por ligas con el narcotráfico]. Y allá lo detienen,
pero aquí no pasa nada. Esa corrupción es tan descarada que Peña Nieto dentro
de sus proyectos y compromisos de campaña, y después en sus promesas en los
compromisos del Pacto por México, puso
que iba a crear un sistema anticorrupción antes de tomar posesión. Y no lo ha
podido montar. ¿Por qué? Pues porque no quiere. Porque aquí todo lo que quieren
sí sale, porque tienen de socios al PRI, por supuesto, y al PAN y el PRD.
—¿Cree que
le faltó dientes al Sistema Nacional Anticorrupción?
—El sistema no existe. El sistema es
una mentira, es una simulación. Los que van a perseguir la corrupción en México
son empleados de confianza del presidente. Y el Procurador Anticorrupción no lo
han podido nombrar. Ahí los del comité ciudadano dicen: “no pues qué
barbaridad, que sea como sea ya empezaron”, porque son paleros también.
—Vemos
propuestas, como la de que venga una comisión internacional contra la impunidad,
de parte de Organizaciones No Gubernamentales. ¿Qué opinión le merecen?
—Pues es una buena idea de estos
ilusos, porque recordemos lo que pasó con el grupo de expertos de la OEA [en
referencia al Grupo de Interdisciplinario de Expertos Independientes por el
caso Ayotzinapa]. Vinieron porque hay un convenio con esa institución y se
pidió que vinieran. No le quedó más remedio al Gobierno federal que aceptar a
ese grupo de expertos internacionales. ¿Y qué les hicieron? Les hicieron la
guerra permanentemente y terminaron corriéndolos. Ya lograron otra vez venir,
pero no tienen ni siquiera elementos para operar. Entonces estos ilusos que
dicen que vengan internacionales a investigar recuerden lo que pasó. El enemigo
es el Gobierno.
—Usted tiene
una larga trayectoria en puestos públicos. ¿Recuerda haber visto en algún
momento previo tantas acusaciones por corrupción?
—No, nunca habíamos llegado a estos
extremos. Ya con Felipe Calderón y los panistas esto se fue convirtiendo en un
sistema [corrupto]. Vicente Fox es un corrupto, él y los hijos de Martita
Sahagún, todos le metieron los dientes a todo lo que pudieron. Tienen un gran
rancho ahí en un páramo donde no cultivaban nada de nada. Ahora es un enorme
sistema. ¿De dónde lo sacó? De la corrupción.
—Eso siguió
en los siguientes sexenios…
—Calderón se suma a ese asunto,
porque la corrupción empieza en las reformas energéticas de él mismo. Y
Calderón, totalmente asociado con el PRD y a Peña, establece las reformas
estructurales por la corrupción. Todos metidos en el negocio de la energía.
Altos funcionarios panistas –por llamarles de alguna manera, porque fueron muy
chaparros– están en el negocio energético. Fox y Calderón son los fundadores de
este sistema totalmente corrupto.
—En el Edomex vimos prácticamente una
elección de Estado en donde se echaron a andar los programas sociales y la
maquinaria estatal en favor del PRI. Y hoy vemos que Lozoya recibe supuestos
pagos que, por las fechas, coinciden con la campaña de Enrique Peña Nieto en
2012. ¿Volverán a intentar estas acciones el próximo año?
—Está clarísimo que, si Lozoya recibe
ese dinero desde la campaña, antes de estar en Pemex, se ve que la recepción de
ese dinero lo consultó con Peña. Y, luego, vienen las acciones desde Pemex, que
a gritos se sabía que lavaban dinero y era el que llegaba del extranjero.
Bueno, pues eso lo consultaba. No era sólo un cacomixtle [mapache], sino una
banda de éstos dirigida por el jefe cacomixtle.
—¿Conforme se acerca el 2018 corremos
el riesgo de ver más casos similares?
—Obviamente, ahí está el aeropuerto
[Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México] no lo van a dejar de
aprovechar. Es un proyecto absolutamente corrompido en terrenos, posesiones y
demás, de miles de millones. Ese lo van a seguir haciendo, aunque no lo
terminen. Pero no van a poder [hacer una elección de
Estado]. Por ejemplo, lo que me dices del Estado de México es el escándalo que
todo mundo vio, menos el INE. Ahora, eso les costó mucho, por eso se están
hundiendo, y este tipo de golpes los hunden más, a un nivel que fuera de la
corrupción del Estado de México no van a poder hacer una operación de este
tipo.
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