México sigue
yendo irremediablemente de escándalo en escándalo, unas veces por los
innumerables casos de corrupción de exgobernadores de distintas entidades
federativas o funcionarios públicos de distintos niveles; otras, por el
generalizado recrudecimiento de la violencia y algunas por decisiones que
francamente alarman.
La última de
éstas fue el acuerdo del Consejo General del INE, de otorgarle a los 9 partidos
políticos nacionales ¡6 mil 788 millones de pesos!, para los procesos
electorales que habrá en 2018, suma superior a los 5 mil 142 millones de los
comicios de 2012.
De esa
cuantiosa suma, equivalente a un gasto diario de 18 millones y medio de pesos,
los tres principales partidos recibirán: el PRI, mil 689 millones de pesos; el
PAN, mil 281 y el PRD, 773, mientras que al de más reciente registro, Morena,
propiedad de Andrés Manuel López Obrador, se le destinarán 650 millones.
Por arriba
de los 578 al PVEM; de 537 a Movimiento Ciudadano y 419 a Nueva Alianza, en
tanto que Encuentro Social dispondrá de 398; el PT, de 376 y los
“independientes”, 43, que son los que electoralmente forman parte de la llamada
“chiquillada”.
Ese dineral
se les asignará justo en momentos en que el clamor general, y que se ha
extendido por todo el país, es que los partidos políticos, lo mismo los
“grandes” y sobre todo la “chiquillada”, han dejado de representar los
intereses ciudadanos para convertirse en jugoso negocio para sus dirigencias.
En lugar de
litigar su caso en la PGR por las denuncias que dirigentes y legisladores de
partidos políticos de oposición han presentado en su contra por el caso
Odebrecht en la Fiscalía de Brasil, el exdirector general de Pemex, Emilio
Lozoya Austin, ha preferido hacerlo ante los medios de comunicación.
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