Salvador Camarena.
El pasado
martes la delegación Tlalpan salió a dar explicaciones con respecto a los
papeles de la fatídica escuela Enrique Rébsamen, donde el 19 de septiembre
murieron 19 niños, sin contar los adultos.
Claudia
Sheinbaum, titular de esa demarcación, exhibió documentos presentados a la
autoridad delegacional por el colegio.
Antes de que
la delegada diera su rueda de prensa compartí con mi colega Claudio González
Caraza una inquietud: “¿Qué tal si en los papeles sale un Rochita?”, le dije.
No estoy hablando en clave. Paso a explicar.
Hace un año,
y gracias a información proporcionada por vecinos de la delegación Cuauhtémoc,
Claudio y yo hicimos un reportaje para la revista Nexos. Se tituló 'El factor
Monreal' y fue publicado en diciembre. Ahí se retrataba la voraz destrucción de
patrimonio inmobiliario en esa demarcación gobernada (es un decir) por Ricardo
Monreal. (http://bit.ly/2xyfYdy)
El reportaje
se planteó, entre otros objetivos, cotejar los documentos mediante los cuales
operan establecimientos mercantiles (principalmente restaurantes) en la Roma y
la Condesa. No fue sorpresivo que todos, todos, tuvieran papeles 'en regla'. La
cosa es que algunos documentos, por ejemplo, los relativos al uso de suelo, son
diferentes (incompatibles, sería la palabra correcta) si uno pide el mismo
papel a la delegación o a la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi).
Tomamos como
muestra ocho restaurantes. Cito el reportaje: “Seduvi indicó, sin excepción,
que los predios donde operan todos esos restaurantes no permiten ese giro
mercantil. En cambio, la delegación respondió con usos de suelo que sí permiten
la existencia de un restaurante en estos locales. Todos los usos de suelo
entregados por la delegación dicen haber sido expedidos entre los años 1989 y
1992”.
Recurrimos a un gestor de permisos y
nos explicó esa 'contradicción': es fácil obtener “un uso de suelo que fabrican
con las características de los de principio de los noventa. Ponen las letras
viejitas y lo hacen en tamaño oficio. Ponen la firma de Rochita. Al enseñarle
los usos de suelo que la delegación entregó a MCCI para estos ocho
restaurantes, todos con la firma de un arquitecto de nombre Roberto Rocha
García, el gestor se ríe. ‘Esa es la firma más falsificada en este medio’. Tan notorios son estos documentos
noventeros que un exdirector jurídico de la delegación Coyoacán asegura que al
recibir documentos con estas características no quedaba más que empezar un
proceso de averiguación, ya que invariablemente eran apócrifos. Un exdelegado
de la Miguel Hidalgo escanea rápidamente los mismos documentos y los regresa al
instante, diciendo, ‘estos son falsos’”.
Volvamos a
Tlalpan. Entre los papeles del Rébsamen hay un 'Rochita', emitido, según eso,
el 16 de marzo de 1990.
Hay algunos Rochitas legítimos, pero
de momento no sabemos si el Rochita del Rébsamen lo es. Y ahí tenemos un gran problema. Un documento en el expediente oficial de
una demarcación puede ser perfectamente ilegal, como de hecho para este caso ha
alegado el Invea, que acusa a la escuela de falsificar documentos. Claro que el
Invea luego fue omiso, como ya lo señaló un tribunal administrativo.
Cuando haya tiempo de revisar lo que
nos pasó el 19 de septiembre un renglón obligado es el desmadre en los permisos
de uso de suelo, incluida la corrupción.
Qué bueno sería que cuando una
familia quiera inscribir a sus hijos a una escuela pudiera cotejar, en línea y
en tiempo real, en Seduvi y en la delegación, los papeles de ese inmueble. Hoy
obtener tales documentos puede llevar hasta seis semanas. Y cuando te los
entregan no sabes si son legítimos o Rochitas.
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